El Granada deja la permanencia para el último momento, 2-0
CRÓNICA | La derrota contra el Betis y la victoria del Mallorca hace que a los rojiblancos sólo les valga ganar el domingo que viene ante el Espanyol para depender de sí mismos
La fiesta por la permanencia no se celebró en el Benito Villamarín. En lugar de lágrimas de alegría, lo que se vieron en los rostros de los aficionados rojiblancos que inundaron Sevilla al término del partido fueron gestos de claro nerviosismo, debido a que su equipo se jugará todas las habichuelas en la última jornada. El Granada cayó, merecidamente por las razones deportivas que dieron unos y otros futbolistas, contra el Betis por un doblete de Juanmi. La victoria del Mallorca hace que al conjunto de Aitor Karanka le valga únicamente el triunfo contra el Espanyol si no quiere depender de lo que hagan Mallorca y Cádiz ante otros dos rivales que, al igual que el cuadro periquito, no tendrán nada en juego, Osasuna y Alavés, respectivamente.
Sí sorprendió con un nombre Karanka en el once del primer `match ball´ del que gozaría el Granada en busca de la permanencia. Santiago Arias volvía a ser titular cinco meses después para ocupar la banda derecha. A priori, era previsible que Víctor Díaz se colocaría en el lateral diestro y Quini en el zurdo para paliar la baja del sancionado Sergio Escudero, y que Germán y Domingos Duarte ocuparían la zaga. Sin embargo, el colombiano fue el elegido y el capitán continuó como pareja de Duarte en el centro de la defensa. En la izquierda, lo imaginado con Quini. Gonalons y Milla repitieron en el centro del campo, tal y como sucedió frente al Athletic. En líneas más adelantadas, otra novedad fue la presencia de Luis Suárez en el costado. Puertas en la derecha, Collado de mediapunta y Jorge Molina en lanza completaron la alineación.
En el bando local, Pellegrini no reservó absolutamente nada. A dos jornadas para el final, los béticos aún soñaban con alcanzar a su eterno rival, el Sevilla, y hacerse con un plaza en Champions, aunque virtualmente lo tenía muy complicado. Pero, siendo el último partido en casa ante su afición después de una temporada histórica en Heliópolis, con Copa incluida, la clara intención era dejar la victoria en el Villamarín y, por qué no, esperar un favor del Atlético de Madrid para seguir soñando.
El primer gran susto para los más de 1.500 granadinistas que se encontraban en el feudo hispalense llegó a los cinco minutos, y fue de los gordos. Había avisado antes Collado con un chut lejano que terminó en nada y, seguidamente, el Betis tuvo una oportunidad clarísima para ponerse por delante. Álex Moreno le ganó con mucha superioridad la carrera a Víctor Díaz, pisó área y la puso atrás para Borja Iglesias. El `panda´ controló y vio a Juanmi completamente sólo en el punto de penalti. Con toda la portería delante, el malagueño no pudo definir peor para alegría de los de Karanka y disparó muy inocente ante Maximiano, que blocó la pelota en dos tiempos. La respuesta nazarí, aunque no con tanto peligro, llegó en un saque de esquina botado por Milla que peinó Domingos Duarte y Luis Suárez no acertó a rematar en el segundo palo.
A la segunda no perdonó Juanmi. Antes de cumplir el primer cuarto de hora, abrió la lata en una acción donde los futbolistas rojiblancos no estuvieron nada firmes. Canales consiguió llevarse el esférico ante la poca rigidez que presentaron varios rivales, filtró para el siete bético y éste eligió la vaselina en el mano a mano, que superó a Maximiano y supuso la inauguración del electrónico. Instantes previos se conocía la noticia del gol de Muriqi con el Mallorca, por lo que el varapalo fue doble, aunque el Granada, lógicamente, seguía fuera del descenso y no iba a pisarlo en ninguna circunstancia a lo largo de la jornada. Ayudó algo el saber que el Real Madrid se había adelantado en Cádiz, siendo el cuadro amarillo el que se metía, en ese momento, en la zona roja.
Tenía que reaccionar el conjunto nazarí, porque la impresión que estaba dando hasta el momento era la de tener cierto miedo a lo que pudiese suceder de cara a la última fecha del campeonato. Luis Suárez se relamió y a punto estuvo de hacer el empate de forma instantánea con un disparo que tocó en Pezzella y salió llorando directo al poste bajo la mirada de un Rui Silva ya batido.
Con la desventaja, el Granada no le perdió la cara en ningún momento al encuentro, pero sí que atrás estaba mostrando su nivel más bajo desde la llegada de Karanka al banquillo. Los rojiblancos no podían parar la rápida verticalidad del Betis, y cada vez que los de Pellegrini merodeaban el área de Maximiano había sensación de peligro. En una de esas fáciles incursiones forzaron un córner que remató a bocajarro Pezzella en el segundo palo y en muy buena posición, sin fuerza en su definición para desahogo visitante.
Apretó el Granada en el tramo final de la primera mitad en busca del empate y se topó dos veces con un hombre que tantas alegrías le dio en épocas pasadas, Rui Silva. Primero, el luso se sacó de encima como pudo un centro chut de Quini que llevaba mucho veneno y de ese mismo saque de esquina nació un cabezazo mordido de Luis Suárez que se encontró de nuevo con la intervención del guardameta.
Así se llegó al descanso, cuando el cuadro nazarí estaba viviendo sus mejores minutos sobre el campo, y con resultados en otros campos que no favorecían en absoluto. De no ser por ese arreón final, los hinchas rojiblancos situados en una de las esquinas superiores del Villamarín hubieran seguido enmudecidos, ya que el Mallorca estaba ganando, el Cádiz empatando y el Atlético de Madrid venciendo por la mínima al Sevilla. No afectaba este último resultado en absoluto al descenso, pero sí a la inercia bética. Esa derrota momentánea del conjunto de Julen Lopetegui permitía soñar aún más al equipo verdiblanco, por lo que no debía dejar de pisar el acelerador.
Con mucho tanteo por parte de ambos conjuntos arrancó la segunda parte. Los compases iniciales no tuvieron a un dominador claro, algo motivado también porque los de Karanka adelantaron su presión y al Betis le costó salir más con el balón jugado. Sólo en transiciones rápidas fue capaz de generar alguna situación incómoda para la zaga visitante, como un contragolpe que terminó con disparo arriba de Bellerín.
Estaba apagado el duelo y lo que volvió a encender tanto a los aficionados visitantes como a sus jugadores fueron noticias llegadas desde el exterior. Prácticamente al mismo instante, el Rayo Vallecano igualaba la contienda en Mallorca y el Cádiz fallaba un penalti, lo que mantenía las tablas en su choque contra el Real Madrid. Eso agitó de sobremanera a la esquina superior que unía preferencia y gol norte y con griterío, acompañado de bufandeo, hicieron saber que la situación se volvía a poner muy de cara. En ese momento, el Granada estaba a un gol de certificar la permanencia.
Tardó en mover su banquillo Aitor Karanka y no fue hasta a falta de veinte minutos cuando realizó su primer cambio, en un hombre por hombre de manual retirando a Luis Milla y dando entrada a Petrovic. Pellegrini le “copió” y sacó a Fekir del campo por Joaquín, que se llevó la última ovación de la temporada en su casa, incluyendo también la que le dieron los seguidores visitantes. Precisamente, los dos recién ingresados fueron protagonistas en la siguiente acción de peligro al centrar el extremo verdiblanco y despejar el centrocampista serbio casi sobre su propio arco, saliendo la pelota muy cerca del larguero de Maximiano.
Coincidiendo con la pausa de hidratación, a un cuarto de hora para el final, Karanka realizó su segunda ventana con un triple cambio que conllevó a modificar el esquema. Entraron Germán, Eteki y Arezo por Gonalons, Puertas y Molina, que se llevó una gran ovación de su antiguo público. Así, el Granada pasó a jugar con tres centrales (Víctor Díaz, Germán y Duarte) y dos carrileros (Arias y Quini). Eteki, Collado y Petrovic se situaron juntos en la medular, y arriba Luis Suárez varió su posición a la de delantero, con Arezo de acompañante.
Por muy poco no besó el santo uno de ellos. Eteki filtró un balón fantástico para Arezo, éste para Suárez y Rui Silva sacó el mano a mano ante el colombiano, pero fue Arezo quien la tuvo aún más clara porque en el rechace fusiló a bocajarro y Pezzella evitó el tanto sobre la misma línea de gol. Perdonó en esa jugada el empate el Granada y acabó sentenciado a falta de dos minutos para el término del tiempo reglamentario. Juanmi, otra vez, batió a Maximiano. Dio el asistente suspense porque en primera instancia había anulado el gol por fuera de juego, pero el VAR rectificó la decisión y el segundo subió al luminoso. Agridulce fue la celebración de los aficionados locales porque el Sevilla ya había igualado en el Wanda, dejaba al Betis sin opciones de Champions y a parte de sus seguidores abandonando el estadio con antelación.
Únicamente le quedaba esperar al equipo nazarí un gol en Son Moix. Llegó, pero no del conjunto deseado. El Mallorca marcó el gol de la victoria en el descuento y dejó al Granada con la única opción en el compromiso ante el Espanyol del próximo domingo de ganar sí o sí, siempre y cuando el cuadro bermellón haga también sus deberes en Pamplona contra Osasuna, una escuadra que, al igual que los periquitos, no tiene nada en juego. Se viene en el ’Nuevo Los Cármenes’ una jornada de infarto, pero desde ya se engalana para celebrar una salvación que se sufrirá hasta el último minuto.
REAL BETIS BALOMPIÉ Rui Silva; Héctor Bellerín, Pezzella, Edgar, Álex Moreno; Guido Rodríguez, William Carvalho (Guardado, 84´); Canales (Rodri, 84´), Nabil Fekir (Joaquín, 72´), Juanmi; y Borja Iglesias (William José, 89´).
GRANADA CF Luís Maximiano; Arias (Soro, 88´), Víctor Díaz, Domingos Duarte, Quini; Luis Milla (Petrovic, 70´), Gonalons (Yan Eteki, 78´); Antonio Puertas (Germán Sánchez, 78´), Álex Collado, Luis Suárez; y Jorge Molina (Matías Arezo, 78´).
GOLES 1-0 Juanmi (min. 14); 2-0 Juanmi (min. 88).
ÁRBITRO De Burgos Bengoetxea, Ricardo (Comité vasco). Amonestó al visitante Luis Suárez.
INCIDENCIAS Partido correspondiente a la trigésimo séptima jornada de LaLiga Santander, disputado en el Estadio ‘Benito Villamarín’ ante 45.016 espectadores, de los cuales alrededor de 2.000 procedían desde tierras nazaríes.
Los rojiblancos, que se adelantaron pronto en el marcador con un gol olímpico de Gumbau, realizaron un gran partido ante el Athletic Club
