CON TACO LARGO

Del 'Tiki Taka'… a la Intensidad

Javier Capilla  |  24 de septiembre de 2019
Javier Capilla (GRJ)
Javier Capilla (GRJ)

Llevaba tiempo queriendo retomar esta columna de opinión y específicamente me apetecía escribir sobre el tema que me ocupará seguidamente, aunque mis quehaceres en China y algún suceso vital nada agradable, aunque absolutamente inevitable, lo han ido posponiendo hasta el día de hoy.

Con el Granada CF encaramado a puestos de Champions League y a un punto del liderato tras cuatro jornadas de Liga, y tras el soberano “repaso” que le proporcionó el conjunto de Diego Martínez al actual campeón el pasado domingo, me han impulsado a enfrascarme definitivamente en estos párrafos tanto un artículo del diario Marca acerca de un decálogo sobre la identidad granadinista esbozado en la pizarra local de dicho partido como una interesantísima entrevista a Xesco Espar, extécnico campeón de Europa de balonmano y experto en coaching, que he degustado estos días en mundodeportivo.com.

En ambos escritos, he podido corroborar que ya está muy extendida la idea de que el fútbol ha sufrido otra nueva evolución desde que aquella gran España del “Tiki Taka”, comandada por el mítico y malogrado Luis Aragonés, junto con el “Superlativo” Barça de Pep Guardiola asombraran al mundo hasta la actualidad de nuestros días. Me atrevería, incluso, a meter en el mismo saco a la Alemania campeona de Joaquim Low, el cual predicó a los cuatro vientos que su método había consistido básicamente en copiar la idea de España y retocar algunas pautas a su antojo.

 

Mi “pedrada”, como culé, es que ese nuevo cambio pudo comenzar a fraguarse en aquella eliminatoria en la que el Bayern de Jupp Heynckes “atropelló”, y nunca mejor dicho, al ya por entonces mítico Barça de Messi y del irrepetible mediocampo del juego de posición con Xavi, Iniesta y Busquets. El gran y nunca suficientemente valorado técnico germano ordenó a sus tres centrocampistas, Schweinsteiger, Javi Martínez y un joven Toni Kross, que “tocasen” en cada jugada, con más o menos contundencia y con cualquier parte del cuerpo, a los tres medios azulgranas como intimidación y/o molestia constante en una presión alta tan INTENSA que los catalanes nunca pudieron ni supieron igualar y que acabó por desconcertar y cortocircuitar su fútbol de posesión tanto en la ida como en la vuelta.

En el fútbol del cuarto lustro de siglo ya no vale solamente con ser un gran equipo en posesión de balón, con entrenar y ejecutar perfectamente el dar amplitud a tus centrales y adelantar a los laterales en salida desde zona de iniciación, alternar según necesidad con “salida lavolpiana” colocando a tu mediocentro como último hombre y que en zona de tres cuartos tus extremos aparezcan por dentro como “el tercer hombre”… todo eso, que Guardiola llevo hasta la excelencia en el FC Barcelona y que no hizo ningún “daño al fútbol” como se empeñan en proclamar los entrenadores de la vieja escuela, ahora ya no basta. Hoy en día, como dice Xesco Espar en esa entrevista, “en el deporte profesional hay que, como mínimo, igualar la INTENSIDAD de tu rival”.

Ya raramente te encuentras equipos de los denominados pequeños que se atrincheren en su área esperando ser “ejecutados” por el acierto del Messi o Cristiano de turno. Actualmente, la práctica totalidad de equipos entrenan y ejecutan una presión alta a máxima intensidad que logra incomodar y bastantes veces hasta impedir ese fútbol de posesión que se venía imponiendo desde el principio de esta década. Ese nivel de INTENSIDAD, cohesión, valentía e implicación, que propicia robos en zonas profundas, goles, alegría en el juego, velocidad, dinamismo y fuerza mental, como enumeraba ese “guión de principios” de la pizarra local en el Nuevo Los Cármenes del pasado domingo, es lo que está consiguiendo, hasta un grado de autentica “barbaridad” según sus propias palabras, el entrenador del conjunto granadinista. Durante lo que llevamos de campeonato se ha logrado mejorar, cosa que parecía misión imposible, lo realizado por los rojiblancos el año pasado en la categoría de plata del fútbol español.  

Amén de que “el fútbol es de los futbolistas”, y siempre será así, en los últimos años no sólo vienen ganando los equipos con gran pegada, como el Madrid de Cristiano Ronaldo, o esos que hemos referido del juego de posesión, como pueden ser el City o el Barça; ahora también ganan los equipos que se emplean con esa INTENSIDAD máxima como primera pauta en su estrategia operativa, ahí están los casos del Atleti del Cholo, la Francia de Pogbá, Kanté, Matuidí y Sisoccó, el Liverpool de Klopp… menuda intensidad aquella aciaga noche en Anfield Road… y de ese misma manera es capaz de ganar, incluso de humillar al todopoderoso Barça como pasó el domingo, hasta un modesto como es el Granada CF de Diego Martínez.

Y esta victoria no es flor de un día, sino que viene siendo la tónica de los nazaríes desde el comienzo de la competición. Arrollaron al Villarreal en El Madrigal pese al empate final, ningunearon al Espanyol en Cornellá y doblegaron al Celta en Balaidos aunque con las peculiaridades de este VAR de criterios varios. Sea como fuese, lo importante es dar valor a los equipos que son capaces de rentabilizar todas las facetas del fútbol moderno tanto con balón como sin él y según la calidad y la variedad de su plantilla; particularmente en este caso, hay que dar la máxima calificación al míster del Granada CF por cómo está sabiendo transmitir a sus jugadores su idea y como despierta en ellos ese inmenso grado de implicación, INTENSIDAD y solidaridad en el trabajo, que a mí, como técnico, me parece algo casi imposible de lograr hoy en día en un grupo de esta sociedad del bienestar y las nuevas tecnologías.

P.D. Esperemos que no nos lo quiten pronto porque éste va para entrenador grande.  

@CapillaJavi

 
 
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