QUE BONITO ES...

Diego tiene un plan

Fabián Leyva  |  23 de septiembre de 2019
Fabian Leyva (GRJ)
Fabian Leyva (GRJ)

Parecía imposible que algo así ocurriese en el Nuevo Los Cármenes. Nadie lo hubiera imaginado hace unos años, pero sí: el Granada se ha vuelto un equipo previsible. Se acabaron las idas y venidas típicas de los nazaríes en el curso liguero. Al conjunto de Diego Martínez se le ve venir de lejos: va a hacer bien su trabajo de principio a fin.

Si algo hay que agradecer a este Granada es hacer tan sencillo el hecho de tener un plan y ejecutarlo a la perfección. Los pupilos de Diego Martínez saben a lo que juegan, saben lo que tienen que hacer y saben cómo tienen que hacerlo. En la noche de ayer, contra el FC Barcelona, no iba a ser menos.

Los nazaríes afrontaban el encuentro con dos bajas más que significativas: los titularísimos Quini y Fede Vico vieron el partido desde la grada debido a sendas lesiones. Los dos jugadores que los suplieron serían clave en lo que estaba por pasar: Carlos Neva y Ramón Azeez.

 

Ernesto Valverde, por su parte, optó por no salir con Messi desde el inicio y volvió a contar con Carles Pérez y Rakitic, además del debutante como titular Júnior Firpo.

El inicio del partido prácticamente se solapó con el éxtasis en Los Cármenes. En la primera jugada, Puertas ganó un salto a Lenglet, Soldado recogió el balón para devolvérselo al almeriense y este, apurando hasta la línea de fondo, soltó un centro chut que Azeez remató al fondo de la red en el segundo palo. Granada estallaba de júbilo.

El transcurso del partido desde el gol (2’) fue acorde a lo estipulado por Diego Martínez. Los rojiblancos cedieron una posesión estéril al Barça, presionando rápidamente en las pérdidas de balón en zonas próximas al área de Ter Stegen. Era difícil de imaginar, pero los culés apenas crearon siquiera nerviosismo en las gradas del coliseo granadino. Solo Leo Messi fue capaz de disparar a portería (ingresó al terreno en el descanso) una vez.

El 2-0 llegaría con un penalti por mano de Arturo Vidal previo paso por el VAR. La jugada vino de un balón parado en la que el árbitro no vio la infracción cometida por el chileno. Álvaro Vadillo fue el encargado de transformar el gol la pena máxima. El Barça, en la lona.

Granada estaba de fiesta: su gente era consciente de estar viviendo una noche histórica. Otra más para el recuerdo pero con una grandísima diferencia respecto a sus victorias recientes contra los dos grandes de España: esta vez sí lo mereció.

Lo que pasó ayer en Los Cármenes solo reafirmó a ojos de toda España algo que los aficionados del Granada saben desde la llegada de Diego Martínez. Este equipo tiene un plan y va a morir con él. Y pocas cosas hacen más fuerte a un conjunto que tener una idea que defender hasta el final.

@leyvfab

 
 
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