El legado de Diego
Este Granada ha hecho que los niños de la ciudad vistan la camiseta rojiblanca, y no la de Real Madrid o Barcelona
“El legado que va a dejar este equipo será brutal, único y extraordinario”. Así se refería Diego Martínez a lo conseguido por su Granada hacia la afición tras la eliminación en `Old Trafford´. Pero, ¿y el legado que abona Diego Martínez? Con su futuro aún por decidir, el cual parece más fuera que dentro del `Nuevo Los Cármenes´, pase lo que pase será siempre recordado como el mejor entrenador de la historia del club.
Su cuerpo técnico y jugadores han hecho soñar, ilusionarse y llorar mucho más de alegría que de tristeza a la provincia en un año dramático para la sociedad por la maldita pandemia. Quién lo iba a decir aquel 14 de junio de 2018 cuando se oficializó el fichaje del que había sido preparador del Imperio de Albolote, Arenas de Armilla, Motril, Sevilla Atlético y Osasuna. A ciencia cierta, no era un currículum que aportara el cien por cien de confianza para retornar a Primera División.
Sin embargo, desde la llegada de Diego Martínez al banquillo nazarí todo ha sido maravilloso. El 18 de agosto de 2018, el gallego dirigió su primer partido oficial con el Granada en el `Martínez Valero´ contra el Elche (0-0). Una semana después, unas 7.000 personas vivieron su debut en el coliseo del Zaidín, con un empate a uno frente al Lugo. No hubo que esperar más para que se generaran las primeras dudas. De ahí, a llevar al cuadro nazarí hasta la Europa League en menos de dos años. El entrenador que más tiempo consecutivo ha permanecido en el banquillo del club rojiblanco, con el que va a hacer tres temporadas completas el próximo mes de mayo. Y, por supuesto, con su merecido homenaje en la `Puerta de los Entrenadores´.
Hay ocasiones en las que no es necesario levantar un trofeo para sentirse ganador. Eso lo ha hecho el plantel de Diego Martínez, y no sólo una, sino dos veces. La semifinal de Copa del pasado año fue el culmen de la conexión total entre equipo y afición. Nunca antes se había vivido nada parecido en la ciudad. A buen seguro que, si la COVID lo hubiera permitido, algo mucho más grande se hubiera vivido en la Europa League.
Si así lo desea a final de temporada, Diego podrá marcharse este verano de la entidad granadinista. Se ha ganado el derecho total a decidir él mismo sobre su futuro. Lo que ha hecho ya es de agradecimiento eterno, no sólo en el plano deportivo. Ha levantado una pasión en la ciudad que difícilmente cesará con el paso de los años.
No hace mucho tiempo en que lo extraño en la capital de la Alhambra era ser del Granada. Si no simpatizabas con Real Madrid o Barcelona, te tachaban de “raro”. En los colegios la crueldad iba mucho más allá. Los pocos niños aficionados al equipo de la ciudad sufrían burlas en muchos casos. A día de hoy, nacen ya con la rojiblanca horizontal. Los niños y niñas saben de qué equipo son, conocen a sus ídolos y no dudan en pedir la camiseta por los cumpleaños o Navidad. La escena que se vivió en la Ciudad Deportiva a la llegada de la expedición desde Manchester, con un padre y una madre acompañando a su hijo para fotografiarse con los jugadores, invadidos los tres por la emoción, fue una muestra más de lo que ha conseguido Diego Martínez.
A lo largo del presente curso han sido muchos los partidos calificados como “el más importante de la historia del Granada”. Teuta, Locomotive Tbilisi, Malmö, PSV, PAOK, Omonia Nicosia, Nápoles, Molde y Manchester United. En total, quince sueños. Actualmente, podríamos encontrarnos ante otro, aunque esta vez será la directiva quien lo juegue con el objetivo de atar a Diego Martínez. El hombre del legado eterno.
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Los rojiblancos, que se adelantaron pronto en el marcador con un gol olímpico de Gumbau, realizaron un gran partido ante el Athletic Club
