La guinda del pastel
A este Granada solo le faltaba completar una heroicidad como la de ayer en casa de algún grande. El equipo de Diego encumbró su leyenda
El Granada de Diego Martínez lo había hecho casi todo hasta el día de ayer. Ascenso a la máxima categoría, líder, máxima puntuación histórica del club en Primera División, semifinales de Copa, clasificación a competición continental, unos cuartos de final de Europa League en 'Old Trafford'... Pero, había algo que se le resistía: encumbrarse en una de las plazas grandes de LaLiga. A lo largo de estas dos temporadas con el técnico gallego en la élite del fútbol español, el conjunto rojiblanco ha competido en todos los campos posibles. Incluidos el 'Santiago Bernabéu', el 'Camp Nou' y el 'Wanda Metropolitano' la campaña pasada, 'Mestalla', 'San Mamés' y 'Ramón Sánchez Pizjuán'. Sin embargo, pese a estar cerca de puntuar en varios casos, todas las visitas mencionadas tenían un denominador en común, y es que el equipo nazarí salió derrotado.
La historia cambió, por fin, en el día de ayer. El 29 de abril ya no será recordado con el desgraciado día del descenso a Segunda hace cuatro años en San Sebastián, sino como la fecha en que la banda de Diego remontó al Barcelona y logró, por primera vez en la historia, sacar algo positivo del 'Camp Nou'. Y tan positivo, porque no hubo mejor forma de certificar matemáticamente el objetivo principal de la temporada.
En una semana convulsa por la destitución de Monterrubio, el plantel rojiblanco supo hacer lo que mejor sabe. Centrarse en lo puramente deportivo y competir hasta el último minuto respetando siempre la filosofía que le ha llevado a ser el mejor Granada de la historia. Entrega, lucha, garra, sacrificio, adaptación o superación son sólo algunos ejemplos.
Para más incisión en esos valores, los autores de los goles visitantes ayer en el 'Camp Nou' no pudieron representarlos mejor. Darwin Machís, que llegó al Granada hace una década y acabó haciéndose un sitio en el primer plantel después del pasar por el filial y numerosas cesiones, dando a entender siempre su situación que estaba más lejos que cerca del 'Nuevo Los Cármenes'. Y, como le calificó hace unos días el compañero del diario Ideal Rafael Lamelas, el `Matusalén del gol´, Jorge Molina. A sus 39 tacos, el alcoyano no deja de vaciarse en los terrenos de juego. Uno de esos tíos que hacen vestuario, con dos carreras universitarias, y al que se le ha impregnado por completo el espíritu de este equipo. Todo generosidad a servicio de los suyos.
Podrían enumerarse a todos y cada uno de los héroes de una provincia, pero, sin duda alguna, el artífice del éxito nazarí se llama Diego Martínez. Ha conseguido hacer del Granada lo que en su día fue el Mirandés en Copa o el Málaga en Champions. Clubes que, sin contar con una gran masa social fuera de sus fronteras, se ganaron el cariño de todo un país.
Si continuará o no, sólo él lo sabe. Hay quien cree que es el momento de marcharse por la puerta grande. Tres años que han dado para mucho. Mismo tiempo que permaneció Zinedine Zidane en el Real Madrid durante su primera etapa como entrenador, ganando tres Champions. También Unai Emery salió del Sevilla después de tres temporadas en las que alzó tres Europa League consecutivas. La ambición y el ego a veces juegan malas pasadas, como le ocurrió a Vicente del Bosque, permaneciendo en el cargo de seleccionador nacional tras lograr la Eurocopa de 2012, momento en el que seguramente debió dejarlo.
En el caso de que Diego siga, le tocará afrontar el hecho de dejar en el banquillo a piezas fundamentales que le han acompañado en el camino, pero ya veteranos, como Germán, Víctor Díaz o Montoro. El proyecto deportivo, y también económico, serán los temas a tratar en las próximas negociaciones. Si se marcha, se irá como un Dios, con la afición exigiendo, como mínimo, un busto en su honor. Si permanece en el buque nazarí, presumiblemente no restan más hitos por batir. Aunque, como suele anunciarse por las redes sociales, quizás él ya tenga un plan. Porque la ambición de este equipo, demostrado queda, no tiene límites. Apiádense de ellos, cabe la posibilidad de que sean tan ignorantes que no conozcan la palaba "imposible".
@Francalvo1996
francalvo@granadaenjuego.com
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