Sufrimiento y felicidad bajo la lluvia, 2-1
El Granada logró un triunfo vital de cara a la clasificación a dieciseisavos, que se quedó muy cerca de certificarse matemáticamente cuando el PAOK ganaba 0-2 en Eindhoven. Luis Suárez y Soro, a falta de un cuarto de hora, los goleadores
Casi un mes después volvía la Europa League al `Nuevo Los Cármenes´. En su segunda puesta en escena continental (tercera si se cuenta el choque de la ronda previa ante el Locomotive Tbilisi), el líder del grupo E, el Granada, recibía al Omonia Nicosia, colista y con un pie y medio fuera de la segunda máxima competición europea por excelencia. Tras el encuentro de ida, que se saldó con victoria nazarí por 0-2, los rojiblancos llegaban con siete puntos en su casillero, y con la opción de certificar matemáticamente su pase a dieciseisavos si, en caso de triunfo, se añadía una derrota del PSV en casa frente al PAOK Salónica.
El cuadro de Diego Martínez llegaba con ganas de recuperar sensaciones positivas después de las dos últimas derrotas sufridas en LaLiga. El mal sabor de boca que supuso el partido de San Sebastián, con todas las circunstancias que lo rodearon, y el primer duelo perdido como local en toda la temporada frente al Real Valladolid el pasado domingo, no hacía más que aumentar la ilusión por reencontrarse con tres puntos “muy importantes”, tal y como se calificaron en la previa desde el seno nazarí.
Fueron varias las novedades introdujo el técnico gallego en su once titular, acusado por las numerosas bajas y la carga de minutos acumulada en las piernas de varios de sus hombres. Así, la alineación estuvo formada por Rui Silva bajo palos; Vallejo, Nehuén Pérez, Duarte y Neva en defensa; Gonalons, Milla y Yangel en el centro del campo; Soro y Luis Suárez en los costados, y Soldado en lanza. Sorprendía ver a Nehuén y Soro entre los titulares, pero Germán y Machís eran algunos de esos futbolistas que necesitaban descanso.
El Omonia fue el primero en dar el susto, pero el Granada el primero en golpear. Antes de cumplir los primeros cinco minutos, Shehu remató en el segundo palo tras un saque de esquina y la pelota no encontró portería por poco. Pero, ahí estuvo Luis Suárez para asestar la réplica local, y abrió la lata poco después con un disparo inapelable desde dentro del área. Además, a ese gol se le añadió la gran noticia de que el PAOK se ponía con una ventaja de dos goles antes de cumplir el cuarto de hora en Eindhoven.
Mientras el PSV recortaba distancias en su estadio, el Granada jugaba tranquilamente con el marcador a su favor. Y, conforme más aumentaba la cantidad de agua que caía sobre el `Nuevo Los Cármenes´, más se ralentizaba el ritmo del encuentro. Salvo en alguna jugada ensayada a balón parado por parte de los rojiblancos, poco más hubo que destacar hasta pasada la media hora larga de partido. Tampoco era necesario con la situación que se estaba dando tanto en tierras nazaríes como en territorio neerlandés, y era importante el hecho de que Rui Silva estuviera siendo un mero espectador.
Hubo que esperar hasta la recta final para ver la ocasión más clara que tendría el Granada para ampliar el marcador antes del paso por vestuarios. Con paciencia, como le gusta a Diego Martínez, combinó muy bien el cuadro rojiblanco, y la jugada terminó con un pase de Luis Suárez hacia el punto de penalti. Ahí estaba Soldado en boca de gol, pero el delantero valenciano mandó su disparo desviado por muy poco.
Esa inercia con la que terminó el Granada el primer tiempo también la empleó en el arranque de la segunda, y apenas reanudarse el choque Soldado disparó raso desde la frontal del área, el balón tocó en Lang y acabó siendo repelido por el palo. A la par, pero en Eindhoven, el PSV remontaba en un visto y no visto ante el PAOK y se colocaba 3-2. Poco después, Gonalons también gozó de una buena oportunidad, esta vez de cabeza a centro de Milla, pero su remate se fue por encima del larguero.
A pesar de que el Granada controlaba plácidamente el choque, acabaría pagando la corta ventaja antes de llegar a la hora de partido, y justo después de que el técnico Henning Berg realizara un triple cambio. Uno de los ingresados fue Lecjkas, que lo primero que hizo fue poner una pelota rasa al segundo palo y Asante, ante la pasividad defensiva de Neva, remató completamente solo para poner la igualada.
La respuesta de Diego frente al sorprendente tanto nicosiano fue un doble cambio, y dio entrada a Foulquier y Machís por Nehuén Pérez y Gonalons. De esta forma, Vallejo pasaría al centro de la zaga y Foulquier, más ofensivo que Nehuén, se colocaría de lateral derecho.
Sea por los cambios o no, el Granada encontró recompensa antes de entrar en el último cuarto de hora, y gracias a una de esas “sorpresas” que se nombró en la alineación titular. Un disparo de Machís lo paró Fabiano en el primer palo, pero dejando un mal rechace que aprovechó Soro para poner la testa y volver a darle una ventaja vital a los suyos. Muy merecido el gol para el joven zaragozano, que llevaba tiempo esperando su oportunidad y acabó siendo de los mejores sobre el campo.
Con el tanto, y casi entrados en el tramo final del choque, hubo de nuevo reacciones desde el banquillo. Diego Martínez retiró a todos sus hombres de arriba (Soro, Suárez y Soldado) para meter aire fresco con Eteki, que sí entró finalmente en la convocatoria, Puertas y Molina.
Lejos de hundirse con el tanto de Soro, el Omonia dio un paso al frente, y gozó de varias llegadas con peligro a base de centros laterales durante los últimos minutos. Los nazaríes también dispusieron de las suyas con Puertas como protagonista, pero, primero mandó fuera su cabezazo cuando estaba libre de marca y, después, Fabiano estuvo acertado para sacar en el primer palo el disparo del almeriense.
Con el pitido final de Stephanie Frappart y el 3-2 definitivo en Eindhoven confirmaban que el Granada no sería hoy equipo de dieciseisavos, a pesar de que se vio al alcance de la mano con la ventaja de dos goles de la que gozaban los griegos nada más comenzar el encuentro. Aun así, era algo que entraba perfectamente en los planes nazaríes, que cumplieron perfectamente con su trabajo en la noche fría y muy lluviosa de hoy. Sí lo será, y ya dependiendo solamente de sí mismo, si sacara un punto frente a los holandeses el próximo jueves en el `Nuevo Los Cármenes´.
Volvió a la senda de la victoria el Granada, de una forma finalmente más sufrida de lo que podía esperarse, pero demostrando una vez más ese ADN competitivo que tanto caracteriza al conjunto de Diego Martínez. Con diez puntos de doce posibles en su primera participación europea y el pase a dieciseisavos prácticamente debajo del brazo, se podría decir que el Granada volvió a sonreír bajo la lluvia torrencial que cayó sobre el coliseo del Zaidín.
GRANADA CF Rui Silva; Jesús Vallejo, Nehuén Pérez (Foulquier, 65´), Domingos Duarte, Carlos Neva; Gonalons (Machís, 65´), Luis Milla, Yangel Herrera; Alberto Soro (Antonio Puertas, 78´), Luis Suárez (Yan Eteki, 78´) y Soldado (Jorge Molina, 78´).
OMONIA NICOSIA Fabiano Freitas; Hubocan, Luftner, Lang, Mavrias, Kiko (Lecjaks, 58´); Kousoulos, Shehu (Jordi Gómez, 58´), Tzionis (Thiago Santos, 58´), Bauthéac (Asante, 36´); Kakoulis (Sene, 74´).
GOLES 1-0 Luis Suárez (min. 7); 1-1 Asante (min. 59); 2-1 Alberto Soro (min. 73).
ÁRBITRO Stephanie Frappart (Francia). Amonestó a los locales Nehuén Pérez, Gonalons, Yangel Herrera y Machís, y a los visitantes Kiko, Kousoulos, Lecjaks y Jordi Gómez.
INCIDENCIAS Partido correspondiente a cuarta jornada del grupo E de la Europa League disputado en el Estadio `Nuevo Los Cármenes´ (Granada) a puerta cerrada para el público debido a las medidas de seguridad por la situación sanitaria del COVID-19. En los prolegómenos del mismo se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Diego Armando Maradona durante el día de ayer.
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Los rojiblancos, que se adelantaron pronto en el marcador con un gol olímpico de Gumbau, realizaron un gran partido ante el Athletic Club
