Karanka acepta el reto, aunque nunca se fue
El técnico quiere prolongar su trabajo y proyecto en el Granada. Luz verde a la planificación de la plantilla desde ya
Era su prioridad. Aitor Karanka dio el sí a continuar con su proyecto en el Granada, aunque será en Segunda División, ese bache que estuvo a punto de evitar tras una recta final de campeonato en la que se ganó el respeto tanto del vestuario como de la afición. Habló con la nueva dirección deportiva y aceptó el reto de intentar devolver al conjunto nazarí a la máxima categoría.
Ya lo avisaba en diversas declaraciones durante su primera semana en la ciudad de la Alhambra. Él no venía para estar de paso, sino para confiar en un proyecto del que veía jugo que sacar y asentarse en el mismo.
La primera tarea que se le encomendó fue evitar el descenso. Se quedó con la miel en los labios, aunque hizo soñar y casi tocar el cielo a la hinchada rojiblanca. La goleada en Mallorca y el agónico triunfo sobre el Athletic dejaron la permanencia al alcance de la mano, objetivo que se esfumó en aquella fatídica última jornada. Contra el Espanyol pudo tener decisiones más o menos acertadas, pero sería un análisis irreal si se juzga a un entrenador sólo por un partido en el que los nervios y la tensión están a flor de piel. Antes ya había logrado tener al equipo cuatro jornadas invicto, algo que no sucedía desde cuatro meses atrás.
Supo transmitir calma y restar la presión a un vestuario que encontró comido de ansiedad. Lo recalcó en cada rueda de prensa, la responsabilidad caía sobre él y sus futbolistas, a los que consideraba muy buenos, únicamente tenían que hacer lo que sabían. Con un discurso muy distante, por ejemplo, al de Robert Moreno, el Granada empezó a conseguir cosas tan sencillas que parecían inverosímiles, como la organización o el estar ordenados atrás.
Ahora, con la segunda piedra puesta (la primera fueron las llegadas de García Amado y Nico Rodríguez), se comenzará a dar forma a la tercera. La confección de la plantilla, una vez confirmado el dueño del banquillo, ya tiene luz verde. Las presumibles salidas de hombres como Maximiano, Duarte, Milla, Gonalons, Machís o Luis Suárez tendrán que ser debidamente cubiertas para planificar un grupo al gusto de su entrenador. De momento, el orden que se ha seguido es el lógico.
Karanka y la dirección deportiva se entendieron. Nunca llegó a irse, es cierto. Quiso esperar y escuchar, algo que ha sido recíproco por la otra parte. El vitoriano está contento por la decisión y el granadinismo, posiblemente, aún más. El tiempo juzgará.
"Nos desmontamos muy fácil y nos generan muchas dudas", ha admitido el entrenador del Granada
"No estamos pasando por una buena situación, pero vamos a revertirla", ha advertido el central
