ONCE INICIAL

Jaime Lucena | 18 de febrero de 2016

Jaime Lucena (GRJ)

Errores que se repitan hasta el hartazgo

Que el Granada comience un partido bien colocado sobre el campo, presionando bien al rival, y dando buenas sensaciones no es nuevo esta temporada. Que el rival, en su primera aproximación al área, y tras fallo defensivo se adelante en el marcador, tampoco es nuevo esta temporada. Que después del gol rival el Granada vaya perdiendo fuelle y se diluya en su juego sin opciones reales de darle la vuelta al marcador, tampoco es nuevo esta temporada. Que el equipo finalice el partido recibiendo goles, pero pudiendo recibir aún más, y dando la sensación de que no han dejado todo en el campo y que la intensidad ha vuelto a ser deficiente, tampoco es nuevo esta temporada.

Lo de Anoeta lo hemos vivido tantas veces que la rabia porque no se haya puesto remedio a tales errores recurrentes partido tras partido cabrea, y mucho. La sensación de que falta calidad en el equipo es evidente. En los rivales sobra, como por ejemplo en la Real Sociedad, mientras que en el Granada escasea. Excepto Rochina y poco más, la verdadera calidad necesaria en un equipo de Primera no abunda en nuestro equipo. Que falla la parte de dirección técnica ya nadie lo duda. Que Sandoval no haya puesto remedio a los mismos errores desde el comienzo de temporada, es una responsabilidad suya y solo suya. Y luego lo de siempre, la falta de intensidad endémica en los nuestros. Le echan un par un partido, y hay que esperar otros tres o cuatro partidos para ver el mismo carácter. Así no puede ser.

Las palabras de Cordero de hace un par de semanas son claras y transparentes. Con esos errores defensivos el Granada va camino de Segunda. Pero no solamente son los fallos defensivos. La columna vertebral de un equipo es fundamental y esta no está funcionando este año. Que Andrés Fernández, excepto algún partido no ha llegado al nivel que muchos suponíamos es una realidad. Sin ir más lejos, el primer gol de Anoeta es responsabilidad suya, eso sí, con la colaboración evidente de un Foulquier que hace un partido bueno y cuatro malos, ni más ni menos que como el equipo. En cuanto a los centrales, excepto Lombán y no siempre, tampoco ha sido una posición con garantías. Tampoco el medio centro ha respondido. Khrin estaba llamado a ser la pieza fundamental en esa posición, y por la razón que sea, hasta ahora no lo ha sido. Y en cuanto al delantero centro, pues que decir, que El Arabi nunca ha sido ese 9 que tanto necesita un equipo como el nuestro. Por lo tanto, nada está funcionando como debiera.

El problema es que pasan y pasan las jornadas, y seguimos ahí, en puestos de descenso, y parece que el equipo no ha tomado conciencia de ello, porque si no, no se explica que frente a la Real o no se dejasen todo sobre el campo, o parece que no se dejasen todo en el campo. Cualquier equipo y cualquier campo debe ser objetivo de conseguir los tres puntos, y eso, no lo percibimos en Anoeta como no lo hemos percibido en tantos y tantos partidos.

Así que ahora viene el Valencia, un equipo con mucha calidad pero que atraviesa muchos problemas, pero al cual debemos y tenemos que ganar. Uno piensa que esta vez sí, que esta vez el equipo sacará ganas e intensidad, que esta vez si la defensa no cometerá errores groseros, y que esta vez sí jugadores como Success elegirán bien el final de la jugada, por lo menos alguna que otra vez, aunque a jugadores como Sucess o Peñaranda no se les tendría que reprochar absolutamente nada, por su juventud y porque no estaban llamados a llevar el peso del equipo.

En definitiva, partido fundamental el que nos viene, que de perderlo nos meteríamos en muchos problemas, que de perderlo podría costar la cabeza de Sandoval, lo cual sería lógico incluso para aficionados como yo que creemos que la mayoría de culpa no es suya ni mucho menos y que de perderlo en definitiva sería muy peligroso. Pero por el contrario, de ganarlo, las buenas noticias se agolparían, como se agolparán, ya que lo vamos a ganar, seguro.

jlucena@granadaenjuego.com

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