El GALLINERO
El Granada de Los Fedes
El entrenador del Granada siempre responde del mismo modo cuando un periodista quiere pedir una valoración individual sobre alguno de los integrantes del equipo: Es un buen trabajo del grupo, todos están implicados. Si me pides una valoración de un jugador te tengo que decir que todo el vestuario está trabajando bien y lo que nos está funcionando es que todos los que juegan aportan y los que no, también. Ese mensaje también ha calado en ese vestuario al que hacía referencia el técnico Diego Martínez, todos eluden premios individuales y ensalzan la labor de un conjunto que esta temporada es eso, un equipo. Ese mensaje es uno de los grandes secretos de este Granada, un equipo al que muy pocos esperaban en la zona alta de la tabla y que ha sabido recompensar como merece a una afición aquejada en las últimas campañas.
El liderato es un premio al buen trabajo y las sensaciones que exponen jugadores y cuerpo técnico. Algo circunstancial en cualquier caso porque la temporada es larga, difícil y sumamente exigente. Granada y el Granada ya lo saben. Solo hace un año que el equipo vio una coyuntura similar, aunque el contexto en cuanto a juego y resultados eran bien distintos. Se podría decir incluso que el nivel de los equipos este curso también ha incrementado significativamente. Todos pelean y ninguno quiere verse lejos de su objetivo aunque solo han transcurrido 12 jornadas de campeonato. Pero me van a permitir que me salga por la tangente y sea la primera vez que huya del discurso de Diego Martínez para hablar de dos jugadores. El Granada ha conseguido ser un equipo compensado en todas las líneas, todas las facetas del juego están bien custodiadas y, juegue quien juegue, el nivel no se ve afectado como sucedía el año pasado.
Uno de los grandes artífices de ese engranaje se llama Fede San Emeterio. El otro, Fede Vico. El primero nació en la Sierra de Ibio, una localidad del municipio de Mazcuerras, Cantabria. Está situada en la parte noreste del municipio, en la braña del Albino, a unos 110 metros de altitud. Dista seis kilómetros de la capital municipal. Tiene una población de 141 habitantes. Recibe su nombre de la cercana Loma de Ibio. Allí nació hace 21 años, un 16 de marzo. Vistió la camiseta del Racing de Santander y después pasó a formar parte del Sevilla Atlético, equipo en el que creció junto a Diego Martínez. Se ganó la titularidad conmigo a base de trabajo y esfuerzo, explicaba el técnico del Granada en una charla con los aficionados de la peña del Granada Youll Never Drink Alone. El otro futbolista que también citaba es cordobés, tiene 24 años y debutó con Lucas Alcaraz con apenas 16 años en Segunda División. El mismo entrenador que vio ayer una exhibición suya en su estreno local como entrenador del Zaragoza.
San Emeterio y Vico son Los Fedes del Granada. Uno es el cemento, La Roca Cántabra. El otro, la magia y el enganche en ataque. Ambos encadenan el juego de su equipo, empalman los circuitos y acoplan los conocimientos para que en ataque y defensa no escaseen los recursos que dicta Diego Martínez. San Emeterio no comenzó esta temporada siendo titular y Fede Vico vio algunas jornadas desde el banquillo. Ayer ambos fueron titulares y junto a Montoro lideraron el juego de un Granada engrandecido con las jugadas de Vadillo y Pozo. La magia de sus acompañantes hicieron que su trabajo quedase bien gratificado. Los Fedes son el timón de su equipo, los artífices de que la posesión de balón llegara en sintonía con la efectividad que se precisa en la portería contraria. La regularidad es otra de las marcas de la casa, como si de la Alhambra y la ciudad de Granada se tratase. El equipo lleva 12 jornadas respondiendo como la grada merece y buena parte de ello la tiene el trabajo de dos jugadores que ayer volvieron a correr más que nadie, apenas erraron pases y en el caso del cordobés llegó incluso el primer gol del partido. Los Fedes, cedidos y con opción de compra, están de moda y su Granada ya es primero de Segunda División.
@JesAlbarracin
Se desarrollará del 23 de junio al 25 de julio en el pabellón municipal, con grupos reducidos, entrenadores titulados y un enfoque integral en la formación
