ONCE INICIAL
Se gano la batalla, y probablemente la guerra
Comentaba en mi anterior artículo que, sin ser una final propiamente dicha, el resultado de Albacete sería fundamental para la clasificación final. Y lo que pensaba, y no dije, es que si perdíamos tendríamos complicado el ascenso directo, que el empate era un buen resultado que nos obligaba a seguir peleando, pero nos despejaba el camino, y que si ganábamos el premio final estaría muy cerca. Lo que sí dije, es que por encima de todo tenia plena confianza en el equipo, confianza ganada a lo largo de 38 jornadas de darlo todo y en todos los lados.
El partido fue complicadísimo, como no podía ser de otra manera, con un gran Albacete que nos presionó y que llego mucho a nuestra área, con centros laterales y disparos de media y larga distancia, pero sin ocasiones realmente claras, siendo la más clara la nuestra, con un gran disparo de Quini desde fuera del área que repelió el poste. El rival no nos dejo enseñar nuestras armas habituales por su gran presión y derroche físico, y ciertamente fueron superiores a nosotros, aunque en ningún momento nos arrollaron. La segunda mitad fue muy parecida a la primera, con muchas aproximaciones rivales, pero sin grandes ocasiones, volviendo a ser nuestra la mejor ocasión, con Vadillo plantándose solo ante el portero rival que realizó una gran intervención, pero, el rival seguía siendo superior a nosotros, aunque igualmente sin arrollarnos.
Que Diego Martínez es lo mejor que nos ha podido pasar esta temporada es evidente, y su mano se ha visto en el equipo desde el primer instante, construyendo un equipo de obreros, pero con calidad, un equipo muy bien armado y muy competitivo, que ha sabido adaptarse a diferentes circunstancias, campos y rivales. Y ayer volvió a hacerlo con dos cambios sobresalientes. El primero no fue jugador por jugador, fue mucho más, quitando a un Fede Vico que no logró conectar en el juego ofensivo por un Pozo que se situó como carrilero diestro, pasando Víctor Diaz a formar como tercer central junto con un German amonestado y a Martínez. Este cambio sin duda mejoró notablemente al equipo, dándole más seguridad y contrarrestando mucho mejor el juego directo que desarrollaba el rival. El segundo cambio fue igual de importante, ya que entró un Adrián Ramos que a la postre fue el autor del vital gol por un Rodri que, como todos, se dejo todo en el campo. Al final, y no sin sufrimiento, los tres puntos volaban a Granada para alegría de jugadores, técnicos, de los valientes seguidores que estuvieron en Albacete, y de los miles de seguidores más que nos quedamos sin uñas enfrente de un aparato de televisión.
¿Y ahora?. Pues parece que está hecho, pero no lo está, nos falta rematarlo, y que bonito sería hacerlo el próximo domingo en casa y frente a un gran rival como es el Cádiz. No imagino un escenario mejor para una gran fiesta, pero eso sí, sabiendo que el Cádiz es un excelente rival que nos pondrá una y mil dificultades, y que lógicamente querrá aguarnos toda celebración.
Por otro lado, un día antes el Recreativo ya nos había dado una enorme alegría tras su triunfo en Don Benito que certificaba la permanencia de los nuestros otro año más en la categoría de bronce del fútbol español, algo de una enorme importancia para el Club, ya que hace que sus jóvenes jugadores puedan foguearse en una categoría de mucho nivel. Enhorabuena a los jugadores y al cuerpo técnico que se hizo cargo del equipo en un momento muy delicado y que ha conseguido el objetivo de la permanencia.
Y para finalizar baloncesto, donde el equipo nos sigue dando todas las alegrías posibles. Tras la decepción del tercer partido donde caímos por un estrecho margen frente a un gran rival, trabajada victoria el domingo que lleva la resolución de la eliminatoria a un quinto partido en Palma, donde todo puede pasar, y más viendo el compromiso, la entrega y el buen hacer de este grupo de jugadores comandados por un gran equipo técnico que no nos han dado más que alegrías a lo largo de toda la temporada. Se puede ganar en Palma, ¿alguien lo duda?
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