Real Madrid, un coloso que intenta recordar lo que fue
El club blanco acapara títulos en unas vitrinas que ya hace demasiado que no se “airean” con nuevos trofeos
8 Copas de Europa, 30 ligas,22 Copas del Rey,4 Recopas de Europa,1 Copa Korac,1 Copa ULEB…no, no estamos hablando del palmarés del Real Madrid de fútbol, sino de su rama del baloncesto. Pudieran las semejanzas resultar equívocas, pero lo cierto es que el club blanco es casi tan grande en el deporte de la canasta como en el del balón. No en vano, atesora uno de los presupuestos más abultados de la ACB, con 22 millones nada menos este año.
Con estos números todo el mundo pensaría que sería un firme aspirante a ganar todas las competiciones, pero lo cierto es que el equipo merengue lleva muchas temporadas erráticas. Adolece de la falta de enjundia que les permite a los grandes saberse ganadores antes de saltar a pista.
El último proyecto blanco comenzó con la llegada del mejor técnico de Europa, Ettore Mesina. Tan insigne fichaje hizo que se trazaran grandes fichajes de renombre, destinados a fraguar desde el principio una etapa ganadora. Prigioni y Vidal arribaron desde Vitoria; Lavrinovic, Kaukenas , Jaric, Almond, Hansen y Velickovic hicieron lo propio de la mano de un italiano que prometía momentos felices para la maltrecha afición.
Sin embargo, temporada y media más tarde, el técnico dio la espantada tras cuajar una gran cantidad de sinsabores para su equipo. Enfrente tuvo la mala fortuna de encontrarse al mejor equipo del continente, equipo que para colmo de males es su eterno rival y cuyas derrotas no se encajan nunca bien. Encima, como guinda del “pastel”, éstas llegaban en forma de palizas, sin poder siquiera a acercarse mínimamente.
De nada servía ser con diferencia el segundo mejor de España, y por ello se largó. Tomó el mando su segundo, un Molin en la oscuridad hasta el momento al que le dio el fogonazo de la popularidad sin avisar. Y si Mesina se parecía más a Mourinho, Molin se va pareciendo cada vez más a Del Bosque. Siempre en un segundo plano y lejos del histrionismo de su antecesor, empezaron a llegar resultados muy sufridos pero ganadores.
En éstas llegó a cuartos de la Euroliga, donde se encontró al que para muchos es el peor de los que queda en liza, pero que para nada es una bicoca, el Valencia. La serie está 2-2 y con el partido decisivo esperando en Madrid. Sin embargo, el CB Granada “se ha metido” de rondón en el calendario entremedias, e intentará rascar una victoria a buen seguro sonada de realizarse.
Los peligros del Real Madrid están claros: un Prigioni letal en las últimas fechas desde la línea de tres, además de sus inverosímiles asistencias. Un Sergio LLull rapidísimo y que cada año mejora en la fiabilidad de su tiro. Y el juego interior, joven pero potente: Un Felipe Reyes curtido en mil batallas y que acapara los rebotes como si tuviera pegamento en sus dedos; Fisher se hace en cada partido muy presente en la zona, y está siendo una auténtica revelación; Mirotic, la “perla” que hace de todo y que a buen seguro pegará el salto en breve a la NBA; Begic, un gigantón que trajeron del frío para ser decisivo, aunque aún esté adaptándose; y por último Tomic, con ganchos con ambas manos demoledores para cualquier defensa.
Con estos ingredientes, los que se acerquen al Palacio de Deportes (el club espera una entrada cercana al lleno) serán agraciados sin duda con un gran recital de jugadas y, quien sabe, si con alguna otra sorpresa en forma de triunfo local. La importancia de una cita posterior al domingo hace pensar que si el Cebé se emplea con dureza, los blancos replieguen velas para no verse dañados en forma de lesiones de última hora.
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