Derrota cruel que deja al Granada más cerca de la Segunda División, 2-1
El Granada pierde en los últimos minutos de forma incomprensible el partido frente al Levante y se deja muchas de sus opciones de permanencia en Valencia. Nefasto arbitraje de Álvarez Iglesias que destrozó el partido con sus decisiones.
No era un partido más, no era un partido cualquiera, no eran solo tres puntos. Era una de las fechas marcadas en rojo en el calendario del Granada en su particular lucha por salir de un descenso en el que se acomoda jornada tras jornada, a pesar de los mensajes de calma y tranquilidad.
Los resultado no acaban de llegar, y la victoria frente al Levante se hacía imprescindible para aferrarse a la esperanza de seguir la quinta temporada en primera. Pero la previa del partido ponía las cosas oscuras para el equipo, mermado por las lesiones y las bajas, hasta el punto que la escasez de jugadores le permitían a El Arabi jugar como titular después de no haber sido no siquiera convocado en las dos jornadas anteriores.
El Granada manda al principio y se adelanta de penalti
Lo cierto es que el partido no empezó mal del todo. Dentro de los nervios y la tensión que mostraban ambos equipos al inicio, Abel Resino consiguió que sus hombres se situaron mejor que un Levante incapaz de acercarse a la inmediaciones de Oier.
El Arabi puso de manifiesto el porqué de su ausencia en las últimas jornadas, rematando infantilmente un balón centrado por Márquez, en los primeros minutos. Pero no tardó en llegar el primer gol fruto de un penalti que el propio ariete magrebí se encargó de transformar.
El Granada mandaba en el marcador y en el campo, cortocircuitando la línea de pase del Levante, que se veía obligado a abusar de los balones en largo, ante los que los defensas granadinistas siempre estuvieron cómodos.
El equipo de Alcaraz se muestra incapaz de hacerle daño al Granada
Con el Levante lejos del área rojiblanca, el Granada explotaba su velocidad por las bandas, con un Lass muy creativo, al que, no obstante, siempre le faltaba tomar una decisión correcta en el momento preciso. Los de Resino se mostraban amenazantes frente a un equipo, el de Alcaraz que mostraba su versión más ramplona e inoperante para tranquilidad del Granada.
El partido, aún así, mostraba muchas de las carencias de unos y otros, y explicaba perfectamente por qué ambos equipos están metidos en el pozo del descenso. El Granada echaba especialmente de menos a hombres como Rubén Pérez y mostraba poca creatividad en la salida del balón. Tras el gol cedió la posesión, y aunque los azulgranas carecían de excesiva mordiente, la pelota duraba cada vez menos en las botas de los jugadores granadinistas.
El árbitro se convierte en el protagonista innecesario del partido
Tras el descanso empezó otro partido en el que se coló un protagonista inesperado: El árbitro. De todas formas, en los primeros minutos de la reanudación las cosas cambiaron poco a cómo se desarrollaron en la primera mitad. El Levante seguía abusando del juego en largo, el Granada buscaba la velocidad de Lass para matar el partido de forma definitiva, y entre unas cosas y otras, los minutos pasaban.
Pero cuando casi había transcurrido media hora de la segunda parte, Álvarez Izquierdo decidió cargarse el partido de forma lamentable expulsando a Colunga por una falta dura en el centro del campo, pero que en ningún caso merecía la tarjeta roja. Pero minutos después se empeñó en manchar aún más su imagen y elevar su actuación al nivel de impresentable, al expulsar a El Arabi y a Ramis, cuando el marroquí se dirigía al túnel de vestuarios para ser sustituido. Fue expulsado antes del cambio y el Granada se quedaba con nueve en la recta final del partido.
El equipo de Resino se fue descomponiendo y acabó perdiendo en cuatro minutos fatídicos
Resino, antes había movido ficha, metiendo a Cala para reforzar al equipo en el trabajo de contención, dejando sin delantera a su equipo, que tras la expulsión de Colunga ya sólo vivía para defender.
Y cuando parecía que el partido acababa, la onda sísmica del terremoto vespertino llegó al Ciudad de Valencia y destrozó al Granada en cuatro minutos. Camarasa marcó aprovechando un error de Oier al salir a despejar un balón al borde del área; y cuatro minutos después, Barral consiguió el gol de la victoria solo ante el meta vasco del Granada que vio, impotente, cómo el balón entraba por segunda vez en su portería justo antes del pitido final.
El Levante, sin hacer nada, con la colaboración de Álvarez Iglesias, se llevaba un partido decisivo en la lucha por la permanencia. Los jugadores del Granada, postrados en el cesped, desolados y entre lágrimas, eran conscientes de que esta derrota es un lastre excesivamente pesado para sus opciones de permanencia.
UD LEVANTE: Mariño; Iván López, David Navarro (Casadesús, m.73), Ramis, Toño, Xumetra (Jason, m.56), Camarasa, Diop, Morales (Rubén García, m.56), Barral y Uche.
GRANADA CF: Oier, Nyom, Babin, Mainz, Foulquier, Iturra, Javi Márquez (Uche, m.84), Lass (Cala, m.76), Colunga, Juan Carlos (Candeias, m.64) y El Arabi.
GOLES: 0-1, m.12: El Arabi, de penalti. 1-1, m.88: Camarasa. 2-1, m.93: Barral
ÁRBITRO: Álvarez Izquierdo (comité catalán). Mostró tarjeta amarilla a los locales Barral, Toño, y a los visitantes Juan Carlos, Riki (en el banquillo), Lass, Foulquier y Javi Márquez. Expulsó, con roja directa, Ramis (m.79) por el Levante y a Colunga (m.72) y El Arabi (m.79) por el Granada.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 24 de la Liga BBVA disputado en el estadio Ciudad de Valencia ante 13.692 espectadores.
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