Calabaza
CONTRACRÓNICA | El Granada sigue lidiando con sus fantasmas en cada encuentro, incapaz de cerrar los partidos con solvencia
El Granada se está acostumbrando a vivir en el alambre, resolviendo los partidos con una moneda al aire que no siempre sale cara. Contra el Zaragoza, a pesar de la superioridad rojiblanca duran gran parte del encuentro, la incertidumbre volvió a sobrevolar 'Los Cármenes', con un sufrimiento final que podía haberse tornado en pesadilla si el remate de Dani Gómez hubiese ido unos centímetros más a la derecha.
Los de Pacheta, al margen del accidente inicial, volvieron a mostrarse como un conjunto sólido y con las ideas claras pero, como ocurre en el cuento de la Cenicienta, cuando tocan las campanadas, que para el Granada son los cambios, el equipo se convierte en calabaza, aparecen las dudas y el plan de partido se desmorona.
Contra el Zaragoza se volvió a repetir la historia, aunque en esta ocasión los nazaríes lograron llegar indemnes a la meta, algo que no ocurrió en Valladolid, donde los granadinos tiraron por la borda una gran primera parte, descomponiéndose en el segundo acto, algo que comienza a ser recurrente y preocupante ante una temporada tan larga y exigente como la que afronta el Granada.
Con el decorado actual, al Granada le da para ganar partidos ante rivales como la Real Sociedad B, el Huesca o el Zaragoza, pero la cosa se complica cuando toca encarar contrincantes de más nivel, contra los que el equipo compite hasta que las fuerzas de la primera unidad se van agotando, momento en el que la vista se nubla.
La próxima semana el Granada tendrá otra prueba de fuego ante el Racing, que en estos momentos es el líder de la categoría, una cita en la que los de Pacheta intentarán no convertirse en calabaza para seguir escalando posiciones.
Los rojiblancos vencieron reponiéndose al tanto inicial del Real Zaragoza tras siete meses sin superar una desventaja
El delantero del Granada CF comentó que el equipo tenía "la necesidad de sumar los tres puntos"
