El 2025, un año para olvidar
El Granada ha vivido 12 meses plagados de decepciones e incertidumbre
El Granada le va a dar carpetazo al 2025 con la esperanza de que el nuevo año sea mucho más productivo e ilusionante. Para el conjunto rojiblanco estos 12 meses han estado salpicados de frustración, decepciones y una sensación de desasosiego por todo lo que rodea a la entidad, tanto por lo que ocurre sobre el césped como por lo que sucede en los despachos.
Los rojiblancos arrancaron el año con el mal sabor de la eliminación copera ante el Getafe, un mal menor ante lo que estaba por venir. En Liga, tras la salida turbulenta e inesperada de Uzuni, que dejó herido de muerte el proyecto, el equipo trataba de levantar el vuelo y reencontrarse con las buenas sensaciones ofrecidas durante las primeras semanas de Escribá en el banquillo.
El Granada, tras empatar ante el Burgos y caer en su visita al Levante, parecía recomponerse con dos triunfos solventes contra Sporting y Eldense, pero todo resultó ser un espejismo y los nazaríes entraron en una etapa de irregularidad, en el que las victorias se resistían y el equipo seguía fuera de los puestos de playoff.
Tras intercalar algunas alegrías con tropiezos sonados, como el 5-0 en Córdoba, el Granada resurgió en el momento clave de la temporada, imponiéndose a Almería, Albacete y Cartagena para meter la cabeza en el pelotón de cabeza, un impulso que se desvaneció de nuevo y que, después de empatar contra Elche y caer derrotados en La Rosaleda y ante el Eibar, desembocó en la destitución de Escribá y la llegada de Pacheta como último recurso para intentar salvar la temporada.
La llegada del técnico burgalés supuso una bocanada de aire fresco y el equipo, por enésima vez en el curso, parecía volver a levantarse, ganándose el privilegio de depender de sí mismo en la última jornada para entrar en las eliminatoria de ascenso, una oportunidad que los rojiblancos desaprovecharon ante el Racing, cayendo por 2-1 tras haberse adelantado en el marcador, cerrando el curso de manera decepcionante.
En verano, la realidad golpeó sin piedad y el proyecto tuvo que reconfigurarse por completo. La palabra ascenso, una meta que un año antes era obligatoria, desapareció del discurso y los 50 puntos se convirtieron en el humilde objetivo que alcanzar. El comienzo de la competición constató esta nueva realidad, con el equipo protagonizando el peor arranque de su historia en Segunda tras no ganar en las primeras seis jornadas.
Con un trabajo incansable, poco a poco Pacheta ha ido cincelando un equipo competitivo, capaz de plantarle cara a cualquier rival, pero al que aún le cuesta horrores ganar, algo que mantiene a los nazaríes en la zona baja de la tabla a falta de dos jornadas para finalizar la primera vuelta, con el fantasma de la Primera RFEF acechando.
Más allá de los sinsabores deportivos, lo más preocupante es la deriva que desde hace tiempo lleva el club, con problemas económicos galopantes y la sensación de que no hay una hoja de ruta clara para reflotar la situación, lo que deja a la entidad con un futuro incierto, algo que parecía impensable hasta hace no mucho.
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La plantilla rojiblanca ha comenzado a preparar el duelo ante el Almería con las bajas de Hongla, Luca y Gagnidze





