El Bosque
CONTRACRÓNICA | El Granada está alcanzando un nivel competitivo que parecía impensable semanas atrás
Durante las primeras semanas de competición, el Granada parecía un equipo desorientado, incapaz de plasmar sobre el terreno de juego lo que buscaba Pacheta, convirtiéndose en un juguete para los rivales, dejando una sensación descorazonadora en el ambiente que ahora torna en esperanza y un hilo de ilusión.
Incluso en esas primeras jornadas, el discurso del técnico burgalés no cambió ni una coma, pidiendo tiempo y paciencia para un equipo en construcción, creyendo ciegamente en el proceso, como un profeta en el desierto que augura unas lluvias que parecen no llegar nunca. En aquel momento, con los árboles delante, era complicado ver el bosque.
En aquel momento, el equipo parecía destinado a protagonizar una temporada dantesca, en el que evitar el descenso a Primera RFEF era el único objetivo sobre la mesa, algo que incluso los propios actores verbalizaban, colocando la meta en los 50 puntos, conscientes de las limitaciones existentes.
Pero a pesar de esa realidad palmaria, el equipo ha ido creciendo, afilando los dientes y alcanzando un nivel competitivo que parecía impensable solo hace unas semanas atrás, demostrando que el potencial latente está aflorando, con varios jugadores que han dado un paso al frente, confirmando que estaban preparados para rendir en Segunda a pesar de su juventud.
Aunque el camino sigue siendo largo y plagado de obstáculos, el equipo ha logrado borrar el pesimismo reinante e insuflar algo de ilusión entre la afición, que ya ve posible aspirar a algo más que a una temporada tranquila, todo un logro para Pacheta y los suyos.
El canterano aprobó con creces en su obligado debut con el primer equipo
