"Orgullosos de nuestros jugadores"
CONTRACRÓNICA | La afición rojiblanca presente en el 'Nuevo Mirandilla' aplaudió la fe de los suyos en un día en el que Jorge Molina hizo historia
Carranza fue infernal. Empujó, de sobremanera, desde el minuto cero ante el Granada. Incluso, antes. El mítico “me han dicho que el amarillo” sonó a la salida de los futbolistas al verde del ahora ‘Nuevo Mirandilla’ y hubo rojiblancos que no pudieron evitar tararearlo o acompañar con sus voces a ese “por eso viva mi Cádiz, vivan los cadistas, vivan sus coj…”, aunque después el gol que celebrasen fuera el de Jorge Molina, y no el de Arzamendia.
Unos rojiblancos, en torno a cien repartidos por la parte alta de tribuna y de preferencia del estadio gaditano, que acabaron cantando también “orgullosos de nuestros jugadores”. La imagen del equipo, definitivamente, ha cambiado. Posiblemente, todavía reste mucho margen de mejora, pero poco rastro hay ya de aquel que vagabundeó contra Rayo, Betis o Real Sociedad. Vuelve a pelear cada encuentro hasta el último minuto.
No es casualidad que, a comienzos de la temporada, el Granada tuviera la maldición de encajar goles en los últimos minutos. Ocurrió frente a Valencia, Betis, Barcelona, Real Sociedad y Celta. En las últimas semanas, el conjunto rojiblanco ganó puntos en la recta final ante Osasuna, Getafe, Alavés y, más recientemente, Cádiz.
Fue Jorge Molina el detonante de que esos nazaríes regresaran a sus casas con una sonrisa en la cara. Y de que Carranza siga sin celebrar un triunfo como local. Un hombre de 39 años y 235 días que superó, gracias a meter la pierna a la salida de un córner, a Joaquín y Di Stéfano en la tabla de goleadores más longevos, colocándose tercero por detrás de César Rodríguez y Donato. Tanta profesionalidad no hace dudar de que llegará a la cabeza de ese ranking. A priori, se antojaba suplente y hoy lleva ya cinco tantos entre liga y Copa.
Además, también provocó la celebración de Robert Moreno, que fue objeto de charla en redes sociales. El entrenador festejó con rabia, tanta que acabó resbalándose, cayéndose y aprovechando su estancia en la lona para seguir desatándose. No se mirarán clasificaciones desde dentro del vestuario, o eso se dice, pero cada encuentro es una final. El Granada pasó de quedar igualado con el descenso a continuar aventajándolo por tres puntos. Ahora, a preparar otra final pasando por Mancha Real.
@Francalvo1996
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