Puntazo a base de resiliencia

CONTRACRÓNICA | El esfuerzo del Granada en San Mamés fue máximo, pese a encajar un gol tempranero y ver que tres de sus hombres claves se lesionaron

Fran Calvo / ENVIADO ESPECIAL BILBAO  |  28 de noviembre de 2021
El Granada acabó extenuado para sacar el punto de San Mamés, donde perdió a tres jugadores por lesión (PEPE VILLOSLADA / GCF)
El Granada acabó extenuado para sacar el punto de San Mamés, donde perdió a tres jugadores por lesión (PEPE VILLOSLADA / GCF)

Durante la noche del viernes, el Granada no solo fue capaz de sobreponerse a todo tipo de dificultad que se le presentaba por delante en San Mamés, sino que, además, acabó cosechando un punto lleno de mérito deportivo y psicológico frente al Athletic. Pudo llevarse, incluso, la victoria, pero el guion estaba escrito y la desgraciada jugada en la que Luís Maximiano metió el balón en su propia portería reflejó lo que había tenido que ir superando el conjunto nazarí a lo largo del encuentro. Robert Moreno siguió el choque desde la grada, supo interpretar lo que necesitó su bloque, y suma enteros entre una afición que, poco a poco, encuentra a su equipo más reconocible, con esa identidad de no dar el partido por perdido en ningún momento.

Un ejercicio de resiliencia brutal para obtener un empate que, con el paso de las horas, se digiere todavía con más gusto por las interminables dificultades que entramó la contienda. Eso que tan bien se le daba al equipo en temporadas anteriores y se convirtió en una seña inconfundible del mejor Granada de la historia.

 
Jorge Molina anot el segundo gol del Granada en La Catedral (PEPE VILLOSLADA / GCF)
Jorge Molina anotó el segundo gol del Granada en La Catedral (PEPE VILLOSLADA / GCF)

Resiliencia, porque un gol en el minuto diez siempre es un palo psicológico brutal y, lo que hizo el Granada fue remontar en un margen de nueve minutos en todo un escenario como La Catedral. Además, con goles de dos hombres que volvían a la titularidad. La rebeldía de Machis se desató con la celebración del primer tanto, un desahogo en su complicado inicio de temporada. El de Molina fue la enésima muestra de las palabras profesionalidad y compromiso.

Resiliencia, porque los guerreros no dejaban de caer en batalla. Germán, el propio Machis y Rubén Rochina tuvieron que abandonar el campo antes de lo que les hubiera gustado. Cada contratiempo variaba el sistema y, para colmo, provocó que Robert Moreno agotase todas las ventanas de cambios a falta de media hora.

Resiliencia, porque los futbolistas acabaron extenuados y, aun así, gozaron de la última oportunidad del partido con aquella falta de Sergio Escudero que tocó en la barrera y remató fatal Luis Abram a bocajarro. Jugadores como Torrente, cuyo resbalón en el segundo tanto del Athletic no empaña una actuación soberbia en su debut como titular en la máxima categoría, o Gonalons estaban, literalmente, “tiesos”.

Sin duda alguna, se pudo decir que la de San Mamés fue una de las mejores imágenes del Granada en el presente curso. No ganó y sigue coqueteando con el descenso, cierto. Pero, el puntazo de La Catedral se puede hacer magnífico si en la racha de tres finales consecutivas que se presenta para los rojiblancos se saca las unidades que corresponden a lo que se está viendo sobre el campo y no en resultados.

@Francalvo1996

francalvo@granadaenjuego.com

 
 
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