Raúl Fernández, un Robin convertido en Batman
LOS HOMBRES DE PACO | El bilbaíno aprovechó su oportunidad para convertirse en Zamora y uno de los pilares del ascenso
Las históricas más épicas suelen ser las más inesperadas, y ni el más optimista hubiese pronosticado una temporada como la que ha protagonizado Raúl Fernández en la portería de Los Cármenes. El arquero vasco llegó en verano como escudero de André Ferreira, pero el destino le reservaba un drástico giro de guion.
En la séptima jornada, tras un comienzo de campaña notable, Ferreira caía lesionado de gravedad y Raúl Fernández asumía un papel protagonistas. No le tembló el pulso al bilbaíno, que asumió su nuevo rol con naturalidad, mostrando un gran nivel.
Con el paso de los partidos su figura se agigantó, coleccionando actuaciones salvadoras cada jornada hasta convertirse, junto a Uzuni, en el gran sostén del Granada y una muralla para los rivales, incapaces de batir al vasco.
Levantarse
En la jornada 17, tras una mala salida, Raúl Fernández fue expulsado a los dos minutos del choque frente al Leganés, teniendo que perderse también el siguiente encuentro contra el Alavés. Este lunar no disminuyó el rendimiento del portero rojiblanco, que regresó con más fuerza, llegando a encadenar cuatro partidos sin encajar.
El momento decisivo de la temporada se acercaba, pero una lesión, en este caso propia, iba cambiar de nuevo la historia. Raúl Fernández tenía que dar un paso atrás y ver desde la grada como sus compañeros alcanzaban el ascenso, un logro que sin el bilbaíno hubiese sido más complicado de alcanzar.
Aunque se perdió las últimas jornadas, Raúl Fernández, a sus 35 años, cerró el curso con 19 goles encajados y 16 porterías a cero, erigiéndose como el Zamora de la categoría.
La finalidad es trasmitir cómo los valores que ensalza el fútbol han sido un mecanismo de generación de paz y bienestar
"La eterna lucha queda grabada para toda la vida en mi corazón", asegura el lateral