Tiempos pretéritos
CONTRACRÓNICA | La vuelta de Puertas a Los Cármenes despertó recuerdos que ahora parecen muy lejanos
Más allá de lo que dicte el balón, el Granada vive tiempos convulsos, con un proyecto que se tambalea, sin rumbo fijo, algo que se escenifico ayer sobre el terreno de juego y en la grada, con una afición hastiada, al borde de la indiferencia ante la espiral de acontecimientos que llevan rodeando al club desde hace tiempo.
Un sentimiento de desasosiego que se intensificó con la vuelta de Antonio Puertas a 'Los Cármenes' como un recordatorio de tiempos mejores que ahora se antojan muy lejanos y que parece complicado que vuelvan bajo el mandato actual, que ha ido desmembrando aquel recuerdo hasta dejar solo ruinas.
Volver a encontrarse con el almeriense fue como cruzarse con una ex a la que hace tiempo no veías; su figura parece más esbelta, las taras del pasado han desaparecido y no te explicas cómo la dejaste escapar, una sensación que se produjo con Puertas, que parecía flotar sobre el césped, más rápido, preciso y resolutivo que antaño.
Mientras Puertas disfrutaba sobre la que fue su pradera, el Granada se desmoronaba a su alrededor, mostrándose como un equipo desorientado, sin rumbo y que hace tiempo perdió su identidad, eso que es tan difícil construir y que ahora se escurre entre los dedos sin remisión.
Después del enésimo descalabro, la temporada del Granada parece abocada sin remedio al fracaso, lo que colocará al club en una encrucijada que puede marcar su futuro a corto plazo. Con los mismos gestores, es difícil esperar resultados diferentes, por lo que se antoja vital que algo cambie en la cúpula de mando si se quiere cambiar el rumbo de un barco que parece a la deriva y sin timonel.
El equipo se ha ejercitado esta mañana a puerta cerrada con el futuro de Escribá en el aire y el nombre de Alcaraz sobrevolando
En esta ocasión el club no tiene previsto poner autobuses para el desplazamiento
