Un camaleón rojiblanco
CONTRACRÓNICA | Escribá está sabiendo moldear un equipo capaz de adaptarse a las circunstancias
24 horas antes de que el conjunto rojiblanco saltase al césped de Castalia, Diego Martínez se estrenaba al frente de Las Palmas, logrando la victoria con un equipo que se supo sobreponer a los obstáculos que se encontró en el camino, una receta que ya implementó en su Granada y que Escribá ha sabido replicar con éxito, como se demostró ante el Castellón, con los nazaríes mutando a lo largo de los 90 minutos hasta lograr la victoria.
A pesar de las numerosas rotaciones, el Granada se presentó en el partido como un equipo propositivo e intrépido, capaz de desafiar al rival con sus mismas armas, aprovechando los espacios para encontrar las grietas en la defensa local, horadando su resistencia hasta encontrar el primer tanto del encuentro.
Con la lesión de Williams, los nazaríes también tuvieron tiempo para mostrarse como un conjunto apocado y temeroso, que se deshilacho por momentos ante el empuje del Castellón. A pesar de la marejada, los granadinos, a diferencia de lo que ocurría semanas atrás, supieron bracear para mantenerse a flote, esperando que el viento virase de dirección.
Tras el descanso, Escribá recompuso el planteamiento y pronto encontró la recompensa del empate, lo que dejó al descubierto una arista más del equipo, que se volvió reactivo, agazapado aguardando su oportunidad para dar la estocada definitiva.
El Castellón siguió atacando en zafarrancho, obligando a los nazaríes a atrincherarse, ‘aculándose’ en su área y sabiendo sufrir. Tampoco se olvidó el Granada la ambición en los vestuarios y no renunció a buscar la victoria, algo que encontró casi por casualidad en los minutos finales como colofón a un partido lleno de altibajos pero con un equipo convencido de lo que hace sobre el terreno de juego.
Escribá ha conseguido esculpir un Granada poliédrico, como ese camaleón que cambia de piel para adaptarse a las exigencias del momento, algo vital para la supervivencia en una categoría como Segunda, donde cada jornada es una batalla diferente.
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