Un Granada parecido al yin y el yang
Los de Pacheta mejoraron, en un ejercicio de supervivencia, la paupérrima primera mitad firmada en 'La Rosaleda' para igualar el partido
De que manera en quince minutos se puede cambiar tanto la actitud que el Granada mostró durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Eso es lo que debe estar preguntándose la afición de un Granada CF que, por primera vez en la temporada, conoció lo que es sumar puntos a su casillero.
Un equipo no se construye con once talentos, sino con once voluntades. Esa frase, dicha por un genio de los banquillos como Marcelo Bielsa, es algo similar a lo que Pacheta tuvo que aplicar durante el descanso en ‘La Rosaleda’ para inyectarle sangre a un Granada que, aunque tampoco va sobrado de talento que digamos, se dejó merced por un Málaga superior y mucho más ambicioso que los rojiblancos.
Del pasotismo, la desgana, el exceso de tranquilidad y las caras de incredulidad, pasamos a la intensidad, la ambición y el buen juego en escasos quince minutos que sirvieron al Granada para revivir en una Costa del Sol donde parecía iba a ser abrasado con lo visto durante el primer tiempo. La reacción tras el gol de Casadesús antes del descanso, fruto de la casualidad, junto con el tiro al poste de Fayé fueron los ingredientes finales de la pócima mágica que Pacheta inyectó a los suyos durante el entretiempo para que estos mordiesen en los siguientes cuarenta y cinco minutos.
El resultado, por supuesto, por fin fue diferente a lo acontecido ante Deportivo o CD Mirandés. Esta vez si, corrigiendo errores y siendo más certeros de cara a puerta, el Granada consiguió sumar un punto que le debe servir para entrar en la senda de lo positivo. Porque del Yin, el Granada parece haber conseguido pasarse al Yang y como dijo Casadesús, en zona mixta, equipo tiene para revertir la situación.
La temporada del Granada se prevé no acta para corazones sensibles
Sergio Ruíz y Rodelas fueron los más destacados de un Granada que sumó su primer punto de la temporada
