Una ambición desmedida que llevó a la tragedia

El triunvirato formado por Patricia, Pep y Robert arrancó con un mensaje soñador e irreal y terminó, en menos de un año, sin ninguno de esos miembros en el Granada

Fran Calvo |  |  
2 de junio de 2022
Patricia Rodríguez, Robert Moreno y Pep Boada, en la presentación del entrenador (FRAN CALVO)
Patricia Rodríguez, Robert Moreno y Pep Boada, en la presentación del entrenador (FRAN CALVO)

“Será un proceso en el que la normalidad supondrá ver al Granada en Primera División y, espero que de forma continuada o alterna, en Europa”. Esas fueron algunas de las primeras palabras de Robert Moreno como entrenador del Granada el día de su presentación, un 18 de junio de 2021. Le acompañaban en la cita Patricia Rodríguez, quien lo trajo, y Pep Boada, un hombre de fútbol pero al que poco se le dejó decidir. Hoy, menos de un año después, ninguno de los tres se encuentra en el club rojiblanco.

Patricia Rodríguez era una persona en el punto de mira desde su llegada a la entidad para formar parte del Consejo de Administración. Fue en febrero de 2021 y se estrenó con un mágico partido en Nápoles. Una de las pocas alegrías que se llevará de su etapa finalizada ayer con un escueto comunicado. Con Sophia Yang al mando, con quien la guipuzcoana mantenía una nula relación, ya han caído Antonio Fernández Monterrubio, Fran Sánchez (éste “voluntariamente”), Pep Boada y Patricia en cuestión de trece meses. Dos direcciones generales y dos direcciones deportivas.

La ya ex directora general no dejará, ni mucho menos, un grato recuerdo en la ciudad de la Alhambra, como tampoco esas dos personas que completaban un triunvirato ambicioso el día de la presentación de Robert. La mala gestión ha llevado al Granada a tener que jugar en Segunda División una temporada después de vivir la mejor etapa de su nonagenaria historia.

 

De esa ambición desmedida se pasó a un inicio de campeonato desastroso, con la goleada de Vallecas o la vergonzosa imagen mostrada frente al Betis en casa como días para olvidar. Pareció remontarse el vuelo y, cierto es, que el Granada finalizó el año más cerca de Europa que del descenso. Sin embargo, 2022 mostró la negra realidad de un equipo incapaz de ganar, pero, sobre todo, de competir. Sólo Karanka aportó un aire de esperanza, rota en añicos en aquella fatídica última jornada, culminada con cánticos de “Patricia vete ya” y “directiva dimisión” por parte de la hinchada.

Será este jueves cuando se conozca a la nueva estructura del club. Se ha asegurado en el comunicado del cese de Patricia que se escuchará a la afición. Si ello ocurre, por el bien del Granada mejor que sea hoy. Y no mañana.

 
 
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