Una derrota para la eternidad, 0-1
El Granada seguirá escribiendo con letras de oro su libro y, pese a la derrota, logró la clasificación para los dieciseisavos de Europa League gracias a la victoria del Omonia sobre el PAOK
Casi 90 años de vida tiene el Granada CF, un club que no hace mucho vagabundeaba por los campos de la Tercera División, y hasta llegó a ver muy de cerca la desaparición. Pues, ese mismo equipo afrontaba esta noche el que podía ser el encuentro más importante de toda su historia, y nada más y nada menos que en competición europea.
Si el conjunto rojiblanco lograba un punto en un `Nuevo Los Cármenes´ vacío físicamente, pero repleto de ilusión y sueños, estaría clasificado de forma matemática para los dieciseisavos de Europa League, además con la condición de invicto en su primera participación continental. Y, además, si vencía al PSV Eindhoven lo haría como primero del grupo E. En caso de derrota, había que confiar en que el PAOK no lograra el triunfo en casa del Omonia Nicosia.
Para el choque ante todo campeón de Europa, y que se jugaba prácticamente todas sus opciones de seguir con vida en el torneo, Diego Martínez empleó en liza a un once con dos novedades importantes. La primera, que Vallejo ocuparía el lateral derecho en lugar de Foulquier, muy lejos de su mejor nivel en los últimos encuentros. Y, la segunda, era la aparición de Soro en el costado de la misma banda, tal y como ocurrió en el choque frente al Omonia. El técnico gallego sorprendía sin Luis Suárez ni Antonio Puertas, dando una nueva oportunidad al joven zaragozano, que fue de los mejores jugadores sobre el verde en el citado encuentro.
Por su parte, el entrenador rival Roger Schmidt, sabedor de que a los suyos sólo les valía salir de la ciudad de la Alhambra con los tres puntos en la maleta, sacó todas sus armas. Una alineación con hombres como Götze, Cody Gakpo o Donyell Malen en la zona ofensiva sólo es una muestra más de que el contrincante de hoy era uno de los clubes grandes del continente.
Nada más arrancar el histórico partido se palpaba la presión altísima y el juego tan arriesgado que estaba empleando el cuadro holandés, dejando, continuamente, apenas uno o dos miembros con camiseta negra en su campo cada vez que la pelota circulaba por terreno nazarí. Los neerlandeses dominaban el choque y creaban llegadas desde los extremos, pero sin poner en apuros a Rui Silva durante los primeros compases del choque.
Desde Chipre anunciaban noticias muy positivas con el gol del Omonia sobre el PAOK, algo que, independientemente del resultado en el coliseo del Zaidín, dejaba muy cerca el celebrar esta noche la clasificación a la siguiente ronda, aunque aún quedaba mucho por sufrir. Poco después, el PSV daría el primer gran susto a los locales con un remate de Donyell Malen, completamente sólo en el punto de penalti, que no encontró portería por muy poco.
La réplica granadinista se produjo acto seguido, aunque no de manera tan clara, ya que el remate raso de Soldado se acabó estrellando en un defensa. Volvería a tener una buena oportunidad el cuadro `granjero´ a balón parado en una falta al borde del área que cometió Germán, viendo la amarilla y quedándose amonestados los dos centrales en el ecuador del primer tiempo, ya que Duarte la había visto poco antes. El lanzamiento directo fue del lateral Philipp Max por encima de la barrera, pero su inocente disparo terminó en las manos de Rui Silva.
No se estaba viendo al mejor Granada, ni mucho menos, pero tampoco estaba siendo el peor. Los nazaríes hacían su partido, sin ningún ápice de precipitación, aunque faltaba una macha más. Ese punto de frescura se notó, sobre todo, antes de entrar en la recta final de la primera parte en un servicio raso de Philipp Max desde el costado izquierdo y Donyell Malen, el hombre gol de los neerlandeses, abría el marcador a bocajarro. De forma automática, se producía el empate del PAOK en Nicosia, aunque, en esos momentos, el conjunto español seguía clasificado.
Justo en el momento previo al gol, Roger Schmidt había sufrido en su plantel un inconveniente de forma de lesión, y se vio obligado a retirar a Madueke por Zahavi, aunque el contratiempo se neutralizó, y de qué manera, con el tanto de Malen. Ya en el descuento, Germán cabeceó arriba un centro medido de Milla, siendo uno de los muy pocos avisos que dio el Granada al bando contrario durante la primera parte.
Tras la reanudación, las sensaciones en cuanto a juego tampoco mejoraron, hasta el punto en que Dumfries se quedó muy cerca de ampliar la ventaja, pero una mano salvadora de Rui Silva evitó el segundo.
La respuesta de Diego Martínez para intentar reflotar al equipo fue un doble cambio, y dio entrada a Foulquier y Luis Suárez por Germán y Soro. No tardó en aparecer el colombiano, y sin apenas haber pisado el verde fue protagonista por un más que posible cometido por Dumfries, pero Roi Reinshreiber señaló falta en ataque.
Los primeros “uy” locales comenzaron a cantarse en tono venezolano. Machís cabeceó fuera por muy poco en el segundo palo, y Yangel Herrera tuvo la más clara tras una dejada de Soldado que, con todo a favor, mandó desviado su disparo. El centrocampista volvió a disponer de otro chut, y esta vez sí fue entre los tres palos, pero se encontró a un Mvogo que se hizo enorme.
Diego Martínez volvió a mover fichas, y Jorge Molina sustituyó a Milla. En la jugada siguiente, sin salir del ámbito vinotinto, Machís se plantó en el mano a mano ante Mvogo, aunque, en lugar de definir, se dejó caer y vio la amarilla por fingir el penalti. Sí hubo algo más poco después en una plancha de Baumgartl sobre Soldado, y como mínimo se pudo haber señalado el libre indirecto dentro del área, pero el árbitro siguió sin ver nada punible. Precisamente, el delantero valenciano sería la última sustitución, y Puertas saltó en su sitio.
No entraba la pelota en las mallas holandesas, pero ya se encargó el Omonia de hacer el trabajo sucio. A falta de cinco minutos, los chipriotas volvían a adelantarse en Nicosia y, si no se producía ningún milagro, el Granada estaría en dieciseisavos de final. Aunque, bien es cierto que si los rojiblancos acababan empatando lo harían como primeros de grupo.
Con el pitido final tanto en Granada como en Nicosia, la alegría se desbordaba en un sólo lugar, el `Nuevo Los Cármenes´, que volvía a presenciar otra hazaña histórica de su equipo. Sorprendía ver el delirio que derrochaban los `granjeros´, un conjunto campeón de Europa, y que celebró por todo lo alto la clasificación, como si de un debutante se tratara. Si alguien menosprecia la Europa League, que vea las imágenes.
Otra más de Diego Martínez, que no se cansa de hacer historia, en mayúsculas, con un club que estaba condenado a los infiernos hace poco más de una década. En dos años y medio, el gallego ha llevado a un grupo de personas desde la Segunda División hasta lo más alto a nivel continental, y el Granada CF estará en el bombo del sorteo de dieciseisavos de final de la Europa League. Ahora, tocará medir la genial resaca emocional con la que dormirán los pupilos nazaríes. El domingo tocará cambiar el chip y afrontar una nueva batalla en liga ante el colista Huesca.
GRANADA CF Rui Silva; Jesús Vallejo, Domingos Duarte, Germán Sánchez (Foulquier, 55´), Carlos Neva; Gonalons, Luis Milla (Jorge Molina, 75´), Yangel Herrera; Alberto Soro (Luis Suárez, 55´), Machís y Soldado (Antonio Puertas, 82´).
PSV EINDHOVEN Mvogo; Dumfries (Baumgartl. 71´), Teze, Boscagli, Philipp Max; Sangaré, Mario Götze, Pablo Rosario; Cody Gakpo, Madueke (Eran Zahavi, 37´) (Hendrix, 88´) y Donyell Malen.
GOLES 0-1 Donyell Malen (min. 38).
ÁRBITRO Reinshreiber, Roi (Israel). Amonestó a los locales Domingos Duarte, Germán Sánchez y Machís, y a los visitantes Sangaré y Mario Götze.
INCIDENCIAS Partido correspondiente a quinta jornada del grupo E de la Europa League disputado en el Estadio `Nuevo Los Cármenes´ (Granada) a puerta cerrada para el público debido a las medidas de seguridad por la situación sanitaria del COVID-19.
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