Una fiesta que se contenía desde hace diez años
El Arenas celebró por todo lo alto su ascenso a Tercera en una tarde mágica en el Municipal de Armilla
No era para menos. En Armilla, y más concretamente en su estadio municipal, la felicidad estalló en torno a las 20:45 horas del 11 de junio de 2022. Su equipo, el Arenas, regresaba a Tercera División una década después gracias a un triunfo que decidió Dani Benítez con un doblete sobre el Atlético Monachil. Desde el pitido final, la alegría se desbordó entre jugadores, cuerpo técnico, directiva, familiares y, sobre todo, afición.
El Municipal de Armilla fue una fiesta incluso desde antes del comienzo del partido. Se aprovechó un momento tan histórico para rendir homenaje en los prolegómenos del choque a personas cuya dedicación ha estado al servicio del club local, como al jugador José Manuel Barajas por sus cien encuentros de tricolor o al speaker Nony, quienes recibieron una camiseta del equipo. Pero, sobre todo, a Fermín Criado, padre del actual presidente y hombre que ha dado mucho tanto al Arenas como al pueblo de Armilla en las últimas décadas.
Botes de humo rojo, blanco y azul generaron una neblina de entre la que resultaba complicado divisar a los jugadores a la salida de los equipos. Y, en los últimos compases de ambos tiempos los alrededor de 3.000 seguidores que abarrotaron el feudo arenero celebraron a lo grande los dos goles de Dani Benítez que certificaban el sueño.
Con el pitido final, gritos de júbilo y llantos inundaron el césped del Municipal, donde se desató una fiesta por todo lo alto. Habían pasado milésimas desde ese momento y Fran Machado no pudo contenerse más. El mejor jugador armillero de la historia, con casi 40 años y después de haber vivido de todo en este deporte, lloraba desconsoladamente de rodillas. Había alcanzado el objetivo por el que llegó un año y medio antes con su familia, muy querida en el pueblo y de mucho fútbol, presente.
Dani Benítez, un hombre que ha saboreado la gloria del fútbol, no podía ocultar su sonrisa ni un segundo, al igual que su mujer y su hija. Ángel Luna, delegado del club y una parte imprescindible de la familia arenera, exultante de satisfacción. El técnico Julio Catalá, aún sin creérselo, recibía abrazos allá por donde pasada. Y, Fermín Criado, el artífice del éxito, no sabía si atender a cada uno de los aficionados que le felicitaban o ir corriendo al encuentro con su familia. Su hijo, agarrado a él, no pudo evitar un “te quiero, papá”, mientras alucinaba por todo lo que se estaba viviendo en la lona de juego. Desde lejos, padre, madre y esposa contemplaban emocionados la escena de ver a todo un pueblo disfrutar por aquellos que algunos llaman “solo son once jugadores detrás de una pelota”.
La fiesta en Armilla no se quedará en lo ocurrido el sábado. Este domingo, el equipo protagonizará una rúa por las calles del municipio en autobús descapotable, poniendo el broche final a la ceremonia en el Ayuntamiento. Allí, serán recibidos por los suyos, aquellas personas a las que tanto hicieron disfrutar por el merecido ascenso a Tercera.
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