Un accitano en las entrañas de la tragedia del maratón de Boston
Al periodista accitano, Rafa Vega, le fallaron las piernas cuando quedaban 600 metros para la meta. Pasó momentos de incertidumbre hasta que pudo encontrar a su mujer, Nuria Lama, que estaba esperándolo en la meta. Su familia en Guadix confirmó que se encontraba bien, a través de las redes sociales
La imagen que ilustra esta información refleja la ilusión en las caras de Rafa Vega y en la de su esposa, la sevillana Nuria Lama, minutos antes de comenzar la Maratón de Boston, una de las más antiguas del mundo, con más de 25.000 participantes y 91 españoles. Nada hacía presagiar que horas después, la tragedia se iba a cernir con tres artefactos que causaron tres muertes y cientos de heridos, además de sembrar el pánico entre los corredores y el público asistente a esta cita multitudinaria.
La vida del periodista accitano, Rafa Vega Jiménez, que está acabando su tesis en Nueva York, ha estado siempre vinculada al deporte y la casualidad quiso que, a sus 35 años, salvara la vida, ya que las piernas le fallaron a 600 metros de la meta y no finalizó los 42,195 kilómetros. También, por fortuna, su mujer se encontraba esperándolo en las gradas justo enfrente de donde explotaron los artefactos.
Redactor de Canal Sur, es un amante del deporte y, sobre todo, del atletismo. Además de ser amigo personal de Paquillo Fernández y muy apreciado en Guadix por llevar el nombre de la ciudad por todos los rincones del mundo, ha escrito el libro “Manual para correr la maratón ¡Sí se puede!” y prepara ahora otro bajo el título “Efecto Maratón”. Además, en el año 2009, le pidió la mano a su esposa poco antes de la llegada en la maratón de Nueva York. Recientemente, fue reconocida su labor en Guadix a los valores humanos en el deporte, por su solidaridad colaborando con todo tipo de cuestiones humanitarias. Días antes de la cita, Rafa decía que “esto es un sueño y hay que exprimirlo. Va a ser una bonita experiencia. Aquí se respira maratón por todos los rincones”.
Su familia en Guadix confirmó en redes sociales que se encontraban bien
Nada más conocer la noticia del atentado, las redes sociales vía Twitter y Facebook eran un hervidero de comentarios preocupándose por el estado de Rafa y de Nuria. Tras el primer desconcierto, poco antes de las once de la noche del lunes (hora española), Rafa Vega se pudo poner en contacto con su madre, María Jiménez, que tranquilizaba a todos sus amigos y familiares con el siguiente mensaje en Facebook: “Soy la madre de Rafa Vega, lo hemos localizado y nos dice que están bien Nuria y él”. No fue hasta casi las cuatro de la mañana cuando Rafa dio noticias vía redes sociales: “Estamos bien! Con el susto aún en el cuerpo. Muchas gracias a tod@s por interesaros”. Ya por la mañana, confirmaba que, a pesar del miedo, volverá a Boston el año que viene: “En 2014 volveré a Boston. Hay que seguir corriendo, hay qie seguir viviendo...Difícil conciliar el sueño en una noche como ésta. Las pulsaciones siguen altas... Podemos considerarnos afortunados”. También su esposa, Nuria Lama, confirmaba la buena nueva a sus familiares y amigos por Facebook: “Estamos bien. Muchas gracias por preocuparos, afortunadamente ha sido un gran susto pero podemos contarlo. Un beso fuerte a todos!”. Fueron muchos los apoyos y ánimos que ambos recibieron a lo largo del día, entre ellos el del concejal de Deportes del ayuntamiento de Guadix que afirmó “@rafavega_ Un fuerte abrazo desde tu tierra, nos alegramos mucho de que estés bien”.
Reacciones de Rafa Vega en los primeros minutos: "Pasé una hora de incertidumbre hasta que encontré a mi mujer"
Rafa Vega y Nuria Lama no pudieron conciliar el sueño durante toda la noche y lo primero que hicieron fue tranquilizar a sus familias, ya que no volverán a España hasta dentro de dos semanas. Requerido por medios de comunicación y programas como El Larguero en la Ser o el Partido de las 12 en la Cope, éstas eran sus primeras reacciones antes de volver desde Boston en la estación de trenes hasta Nueva York: “No he cruzado la meta, me he quedado a 600 metros afortunadamente, porque las escenas que me han contado son bastante desagradables. Lo he vivido con muchísimo nerviosismo, porque te paran antes de llegar a la meta, no sabes lo que está ocurriendo, dicen que ha explotado algo en la zona de meta, yo tenía a mi mujer allí, no puedes acceder a los camiones donde están nuestras pertenencias, no puedes coger el teléfono móvil,… Conforme pasaban los minutos, te pones cada vez más nervioso sin saber qué ha pasado y, fundamentalmente, saber cómo estaba ella y luego llamar a tus familiares en Guadix y decirles que estaba bien. Estaba en la avenida paralela a la meta y, en ese momento, he escuchado dos golpes secos, jamás había escuchado una bomba o lo que haya sido. Al principio, pensaba que era algo en plan celebración de fuegos artificiales, pero, de repente, empiezan a llegar ambulancias, sirenas, policías, nos han parado y a los tres minutos nos han dicho que la carrera estaba paralizada. Las autoridades han reaccionado rapidísimo”.
Así relataba el accitano el encuentro definitivo con su mujer: “Tras dar muchas vueltas y después de 42 kilómetros no tienes muchas ganas, pero me encontré a un grupo de españoles que iban para el hotel y ella estaba allí por casualidad, ¡un alivio! Toda la gente se echaba a llorar y se abrazaba. Hay gente que te deja el móvil, no puedes contactar con ella o los móviles no funcionan, ha sido casi una hora de incertidumbre y pánico. Afortunadamente, aquí los medios de comunicación están siendo respetuosos con las imágenes del dolor. Es una pena que un día festivo como el de hoy haya terminado así. Al final, en nuestro caso la historia ha tenido un buen final. Cuando me la encontré, me dijo que la bomba había explotado justo donde ella estaba a unos cien metros”.
Vega sabía que había podido salvar la vida, ya que estaba prevista su llegada sobre las cuatro horas de carrera, momento en que tuvo lugar la explosión: “No había tenido un buen día, iba más lento de lo que esperaba. El tiempo que tenía previsto era llegar a la meta justo cuando ha sido la explosión. Afortunadamente, las piernas no me han respetado, pero, sobre todo, la preocupación era por mi mujer porque ella estaba allí y pasas una hora sin saber lo que había pasado. Pensándolo bien, si hubiera llegado dos o tres minutos antes me hubiera cogido allí la explosión”. Vio humo gris y la gente empezó a correr sin asimilar bien lo que había pasado, explica, "a los quince segundos se escucha la segunda explosión y ya no sabes hacia dónde correr".
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