Con once tampoco fue mejor
CONTRACÓNICA | El Granada acumula ocho jornadas sin vencer y el equipo, tampoco antes de la expulsión de Duarte, da sÃntomas de mejorar su imagen
Puede resultar ventajista decirlo ahora y no hace dos meses, cuando el Granada culminaba un mágico 2021 con el histórico triunfo sobre el Atlético de Madrid, culmen de una excelente dinámica que solo empañó el lunar de Mancha Real. Arrancó el año más cerca de Europa, seis puntos, que del descenso, siete. Arañó un rácano punto en Elche, jugando con uno más toda la segunda parte, y empató in extremis frente al Barcelona, algo muy meritorio. A partir de ahí, la relajación de la que avisaba Robert Moreno se hizo latente en sus hombres y el conjunto nazarí acumuló cinco derrotas seguidas. Una racha que puso fin ante el Cádiz, pero la situación no bastó para tranquilizar a la afición y los gritos de “Robert vete ya” inundaron el coliseo del Zaidín en el minuto 93.
No falta a la realidad que el equipo realizó un ejercicio de supervivencia durante una hora con un efectivo menos. Pero, también es cierto que la media hora previa, en igualdad de condiciones, tampoco mostró ganas por vencer. Tan preocupante como los errores infantiles que se sucedieron continuamente en campo propio. De los tres últimos encuentros en casa, solo se salva la segunda parte contra el Villarreal. Un total de 225 minutos de sensaciones negativas, exceso de presión y esterilidad en terreno contrario.
Todo estaba preparado en ‘Los Cármenes’ para vivir una fiesta y celebrar que el descenso se quedaba a seis puntos. Dentro de lo malo, el Granada terminó la jornada a la misma distancia que la empezó, cuatro puntos. El cambio de sistema a tres centrales y dos carrileros no funcionó como esperaba el técnico. La expulsión, precedida de una jugada de chiste, obligó a tornarlo por un 4-4-1. Casi aprovecha el cuadro nazarí la incertidumbre del Cádiz en esos quince minutos hasta el descanso con un destello de Collado que salvó Ledesma. Fue la ocasión más peligrosa en todo el partido junto a un centro que no encontró rematador en el tramo final.
La dinámica actual cuesta pensar en que los futbolistas recuperarán las sensaciones vividas hace poco tiempo. Partido tras partido, no se ve aliciente alguno que invite a ello. Lo mejor, el calendario. Tendrán que visitar el ‘Nuevo Los Cármenes’ muchos rivales directos. La salvación, sin duda, pasará por hacerse fuerte en casa. Pero, el camino a seguir ha de tomarse en otra dirección y, o bien cambiar el chip, o bien quitarse la presión de encima.
Pocos hombres destacaron en el empate contra el Cádiz. Germán y Domingos son meros espejismos de lo que fueron temporadas atrás. Montoro ni entró en los planes del entrenador. Y, Jorge Molina y Rochina saltaron al césped cuando el derbi ya agonizaba, sin tiempo para revolucionar nada. Lo de Machis, reflejado quedó que no tiene la cabeza puesta en Granada. Ausente y apático, el venezolano fue todo lo contrario a Luis Suárez. El delantero cafetero fue el único que derrochó garra y peleó cada balón. Mientras él alentaba al público y a sus compañeros, el de la `Vinotinto´ apenas hacía por alcanzar una pelota que tenía ganada sobradamente. Luis Milla hizo lo que pudo en el centro del campo, y agraciado el equipo de tenerle. Los jóvenes Torrente e Isma Ruiz también actuaron a un nivel aceptable. Por lo demás y por los demás, nada reseñable.
Tocará visitar Mestalla este sábado, estadio al que viajará el Granada sabiendo, otra vez, que pase lo que pase terminará la jornada fuera del descenso. El Valencia juega semifinal de Copa el miércoles, y todavía no sabemos si en el entorno che será un día de fiesta o de ahogar las penas. Que Robert tenga más crédito o no ya no depende de él, casi tampoco del club, sino de los jugadores. Que den un paso al frente y crean que pueden dar la versión que tantas veces han demostrado. El colchón continúa siendo esperanzador y las jornadas transcurren sin ver peligrar la categoría por la distancia de unidades. Pero, la zona roja acecha a apenas un partido y medio. Y restan doce todavía.
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