El núcleo duro, al rescate
CONTRACRÓNICA | El Granada completó su mejor partido de la temporada en una noche de reencuentros en el 'Ciutat de Valencia'
Una exhibición. Eso es lo que dio el Granada sobre el césped del ‘Ciutat de Valencia’ en su primera final de la semana. El partido contra el Levante se antojaba decisivo y el conjunto rojiblanco no pudo solventarlo de mejor forma. La goleada por 0-3 gracias a los tantos de Germán, Luis Suárez y Puertas valió tanto para salir del descenso, dar un golpe de autoridad y sumar el primer triunfo a domicilio de LaLiga.
En Orriols quedó demostrado que en el entorno del Granada no faltaba razón cuando argumentaban el proceso positivo del equipo. Muy posiblemente, los cánticos en contra de Robert Moreno que se escucharon en el ‘Nuevo Los Cármenes’ hace menos de una semana frente al Getafe fueron excesivos. Poco más se pudo hacer para ganar. Solo falto que la pelota entrase, algo que si ocurrió el lunes.
El técnico catalán decidió confiar en el núcleo duro, la vieja escuela. Y, con el ADN de las temporadas anteriores, unido a un juego, hasta ahora, pocas veces visto en los rojiblancos, se doctoraron sus miembros. Víctor Díaz y Germán Sánchez estuvieron tan compenetrados que parecían uno solo, bien Víctor Sánchez, o bien Germán Díaz. Quini y Neva aportaron las garantías de siempre. Luis Milla es, sencillamente, insustituible en este equipo y volvió a dar, como lleva haciendo toda la temporada, una master class. Acompañado de Montoro, más participativo al retrasar su posición. Arriba, ver cómo baja el balón Jorge Molina, cómo busca espacios y cómo controla el juego dentro del área es un deleite para la vista. Su gol ante el Getafe le valió para tener la oportunidad de demostrar, por enésima vez, que el DNI no le es un impedimento para ser titular en el Granada. No se quedó atrás Puertas, cuyo golazo para sentenciar la contienda reflejó el espíritu de la eterna lucha.
Por otro lado, fue un día de reencuentros en el que el visitante le comió el terreno al local. Rubén Rochina bailó, literalmente, en la casa de Soldado. Le costó arrancar al saguntino, aunque bien pronto puso la asistencia del primer gol. Pero, con el paso de los minutos, se acomodó, se quitó la presión de encima y se gustó en cada salida de pelota desde atrás.
En definitiva, una noche casi redonda que, de no ser por la lesión de Milla, hubiera alcanzado la matrícula de honor. Aun así, las molestias del madrileño parecen no ser algo grave y hay esperanzas en que se quede solo en un susto. El Granada sumó una victoria de más de tres puntos y, ahora sí, es consciente de que puede competir al máximo nivel en cualquier circunstancia.
@Francalvo1996
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