Jornada de reflexión
CONTRACRÓNICA |La ausencia de Uzuni cubrió Los Cármenes con un manto de pesimismo
Aunque no estuvo sobre el césped, el ‘fantasma’ de Uzuni estuvo sobrevolando ‘Los Cármenes’ durante todo el encuentro, generando una sensación de desazón y de hastío que se coló hasta el último rincón del estadio y que desembocó en un insuficiente empate, con dos puntos que se escaparon por el sumidero y que ya no volverán.
La reivindicación de Uzuni, como la de cualquier trabajador que exige un aumento de sus emolumentos en función de su rendimiento, es totalmente licita, aunque igual de legitima puede ser la posición del club de remitirse al contrato vigente, un acuerdo que el futbolista firmó de forma libre y que debe ser respetado, igual que ocurre cuando un jugador baja su rendimiento, circunstancia en la que no se concibe que su sueldo se rebaje, aunque ese es un melón para abrir en otro momento.
Territorio diferente es el de las promesas incumplidas, ahí, entre bambalinas, el de Berat se puede sentir defraudado y ninguneado, un agravio que, de ser cierto, podía haber sido expuesto por Uzuni de forma muy diferente, sin dañar al equipo y a sus compañeros, con una reivindicación en la que hubiese estado respaldado sin reservas.
Ahora, el futbolista ha decidido tensar la cuerda de la manera más egoísta posible, acercándose de forma peligrosa a un punto de no retorno, mostrando una rebeldía que despoja a su demanda de gran parte de razón con una actitud impropia de un profesional que, además, presume de su amor por los colores.
Tras presenciar lo vivido ante el Burgos, urge una solución rápida y lo más quirúrgica posible, que limite los daños. Lo más beneficioso para ambas partes sería llegar a un acuerdo, fumar la pipa de la paz y remar todos en busca del ascenso, incluso si esa vía pasa por renunciar a realizar incorporaciones en el mercado invernal.
Renunciar a un futbolista que suma 14 goles en la primera vuelta es lo más cercano posible a un ‘harakiri’ que podría hacer el Granada, que debe moverse con pies de plomo para no echar la temporada por la borda, algo que supondría un cataclismo para el futuro inmediato de la entidad.
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