Un punto más para suturar la herida rojiblanca, 0-0

Incho Cordero  |  9 de noviembre de 2014
Rochina, que entró en la segunda parte, dio otro aire al equipo (LOF)
Rochina, que entró en la segunda parte, dio otro aire al equipo (LOF)
El Granada suma un punto en un campo difícil como el de Balaídos, pero escaso para las necesidades del equipo. Los de Caparrós siguen sin encontrar el camino del gol, aunque consiguen dejar la puerta a cero.
 

Llegaba a Vigo el Granada necesitado de puntos tras seis jornadas consecutivas sin conocer la victoria y con un solo punto conseguido de dieciocho posibles. Por mucho que se quiera quitar presión desde las altas esferas del club, la situación apretaba el nudo de las corbatas de Pina y Cordero, que ven como el equipo va perdiendo puestos en la clasificación general jornada tras jornada.

El Granada empieza ordenado y el Celta no encuentra el camino

El partido, esa hora y media en la que se resuelve todo el trabajo de la semana, empezó con mucha intensidad por parte de los chicos de Caparrós, presionando la salida del balón de los jugadores gallegos, que no se encontraban cómodos en el campo. El entramado montado por el mister granadinista era toda una declaración de intenciones sobre la propuesta de los rojiblancos: La pelea cuerpo a cuerpo en el medio campo resguardaba la trinchera en la retaguardia, que rara vez se vio asaltada por las acometidas celestes en la primera mitad.

La posición de los jugadores de Caparrós atenazaba el juego celtiña, pero no era un planteamiento ganador. Repitió con Foulquier y Juan Carlos por delante de Nyom y Sissoko, y la estrategia de contención daba inicialmente sus resultados; el objetivo de que el balón no transitara de forma clara por los pies de Orellana, Nolito y Khron Dehli y de evitar llegara franco a las botas de Larrivey en las inmediaciones de la portería de Roberto se conseguía sin demasiado sufrimiento. A cambio el Granada renunciaba a tener más presencia ofensiva en el área de su rival, esperando alguna jugada de contraataque letal.

Sin ocasiones, la batalla se libraba en el medio campo

La primera mitad discurrió así, al ritmo que marcaba la mandíbula de Caparrós, mascando chicle en el área técnica, conforme con el paso de los minutos sin que sus hombres pasaran grandes apuros. Las mejores ocasiones del Celta llegaron un por un fallo de Roberto, que luego compensó con una soberbia estirada en línea de gol, y por una inexistente cesión al portero que pitó el árbitro del partido, que recordó a la del partido de la temporada pasada frente al Español y que en aquella ocasión sí costó los tres puntos.

Pero la vuelta del descanso fue otro cantar. En la reanudación el Granada dio un paso atrás, el Celta movió el balón más rápido y con más criterio y los problemas empezaron a multiplicarse para el Granada. Los primeros veinte minutos del segundo acto fueron un monólogo celtiña, que logró que el partido se jugara en treinta y cinco metros de campo, los más cercanos al arco de Roberto.

Rochina y Success recomponen al equipo en su peor momento

El Granada se desmoronaba por momentos y Caparrós movió ficha. Amortizado el esfuerzo de El Arabi y de Córdoba, cambió a los dos jugadores de punta para dar entrada a Success y Rochina, que dieron otro aire al equipo. Con ellos en el césped de Balaídos, la hemorragia se contuvo y el equipo se reordenó en campo. A partir de esos momentos llegaron las mejores oportunidades. Rochina tuvo el gol en sus botas, pero la falta de precisión del delantero valenciano evitó que el Granada tomara ventaja en el marcador, en un momento en el que es partido se había roto.

Desperdiciado el cartucho, el subconsciente del equipo debió empezar a recordar los puntos perdidos en los minutos finales, y asumió que un punto no es un mal resultado, o al menos es menos malo que la derrota. La entrada de Javi Márquez en el campo ayudó a tener más posesión y a dar algo más de criterio a un centro del campo en el que Iturra perdía demasiados balones de forma innecesaria.

La tuvo el Celta en el descuento, pero el maltrecho Roberto evitó en su tierra la victoria del equipo en el que se crió futbolísticamente y ahuyentó a las meigas que acechaban a Caparrós con una espectacular parada, evitando así una derrota que hubiera dejado en una posición muy incómoda al míster sevillano. Al final, un punto más de sutura en la herida del equipo.

RC CELTA:  Sergio, Hugo Mallo (Álex López, 85’), Cabral, Sergi Gómez Fontás, 71’), Jonny, Radoja, Pablo Hernández (Augusto, 63’), Krohn-Dehli, Orellana, Nolito y Larrivey

GRANADA CF: Roberto; Nyom, Murillo, Babin, Juan Carlos; Foulquier, Rico, Iturra, Sissoko (Márquez, 68’); El Arabi (Success, 52’) y Córdoba (Rochina, 59’)

ÁRBITRO: Estrada Fernández, del colegio catalán. Amonestó a Orellana  por el RC Celta y a Iturra, Juan Carlos, Rico, Nyom y Roberto por el Granada CF.

INCIDENCIAS: Partido de la undécima jornada de la liga BBVA disputado en el estadio municipal de Balaídos ante 17.023 espectadores

cordero@granadaenjuego.com

@inchocordero

 
 
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