A medias en un derbi que tuvo de todo, 1-1
CRÓNICA | Callejón equilibró el golazo de Rubén Castro en un partido en el que el Granada gozó de innumerables ocasiones clarísimas
Un chapetón de ocasiones, como el de agua que se llevaron cientos y cientos de rojiblancos horizontales que se desplazaron hasta la Costa del Sol, es el que protagonizó el Granada en el derbi de ‘La Rosaleda’. No las pudo tener más claras, pero solo acertó en una, la que significó el empate de José María Callejón al golazo de otro experimentadísimo jugador, Rubén Castro. Puso fin a su sequía a domicilio casi cuatro meses después el equipo de Paco López, aunque no logró el botín de tres puntos de oro que le hubieran acercado muy seriamente a la zona de ascenso directo. Por el contrario, dormirá una jornada más fuera del Play Off.
La única novedad que presentó el once de Paco López con respecto a once que empleó en la victoria sobre el Alavés fue la presencia de Raúl Fernández en portería, que devolvía al banquillo a Adri López tras la sanción que tuvo que cumplir el bilbaíno por su expulsión en Leganés. Por lo demás, alineó a un equipo totalmente calcado al que hace seis días venció al que era líder en aquel momento. Un 4-4-2, con Ricard, Miguel Rubio, Ignasi y Neva en la zaga; Meseguer y Petrovic en la medular; Melendo y Callejón por los costados; y Uzuni y Jorge Molina arriba.
Por su parte, Pepe Mel se decantó entre sus hombres por salir de inicio con dos de ellos que no estaban adquiriendo mucho protagonismo a lo largo de la temporada. Para una trascendental cita de su equipo, que llegaba como colista por la victoria del Ibiza en el último suspiro pocas horas antes, Genaro Rodríguez ocupó sitio en el centro del campo y el jugador del filial Issa Fomba se colocó en el carril zurdo. También sorprendió la actuación de Pablo Hervías en el otro lado, el diestro.
Con protestas arrancó el derbi, por una tempranera amarilla mostrada a Ricard Sánchez y una no amonestación clara a un jugador local en la jugada posterior por cortar una contra de Callejón, y con tres oportunidades clamorosas para Myrto Uzuni. El albanés estuvo totalmente negado de cara a la portería de Rubén Yáñez en los compases iniciales e hizo que más de uno de los granadinistas presentes se tirase de los pelos, mientras que otros simplemente clamaban al cielo. Primero, cabeceó fatal en una buenísima posición un centro de Melendo. Después, el guardameta blanquiazul le tapó el mano a mano en la ocasión quizás menos sencilla de las tres. Y por último, en la más clara, Jorge Molina le sirvió una pelota de oro que se le quedó un poco atrás, controló en lugar de rematar de primeras y su disparo final no encontró portería.
Se tornaron los protagonistas de esa última acción los papeles en la siguiente ocasión, de nuevo clarísima. Melendo volvió a sacar un guante de su bota filtrando hacia Uzuni, que la puso atrás y Jorge Molina, sin Rubén Yáñez en la portería, remató a bocajarro, pero el alcoyano se topó con la milagrosa intervención de Escassi. Parecía la noche un déjà vu de lo ocurrido hace algo más de un mes en Cartagena, donde las llegadas no pudieron ser más peligrosas y la pólvora se mantuvo completamente mojada. Esos fantasmas del maleficio de cara a portería a domicilio amenazaba con afectar a la moral de un equipo que, a excepción de esos últimos metros, estaba controlando muy bien el envite.
Perdonó demasiado y el exceso el Granada en ese primer ecuador de la primera parte y, como suele suceder casi siempre en el fútbol, lo pagó. Rubén Castro, que atravesaba uno de los peores registros goleadores de su carrera, dejó claro que los viejos rockeros nunca mueren, como su amigo Molina también ha hecho en numerosas ocasiones. Aunque, en esta ocasión, la suerte sonrió al canario. Ya avisó con un disparo que tapó Raúl Fernández, aunque nada pudo hacer el vasco ante el disparo que se sacó del pie derecho en el vértice del área. En un palmo del suelo preparó el zapatazo, sin carrera, y encontró la escuadra visitante. La meritocracia, desde luego, que no fue justa al descanso, pero, al fin y al cabo, el Málaga había aprovechado uno de sus dos acercamientos, mientras que los hombres de Paco López no supieron materializar oportunidades inmejorables.
Pese a que ganaban los locales y perdían los visitantes, fue Pepe Mel quien movió fichas en el descanso, y por partida doble al sacar del campo a Pablo Hervías y Luis Muñoz por Javi Jiménez y N´Diaye. Sin embargo, lejos de variar lo que se había visto en el primer tiempo, el Granada volvió a perdonar. Otra vez Melendo mandando un pase tremendo y otra vez Jorge Molina sin acierto. Quiso definir el delantero por debajo de las piernas de Rubén Yáñez, aunque el cancerbero llegó a evitar el tanto del empate.
El acoso nazarí sobre la portería del Málaga fue constante a partir de esa oportunidad. Pero, a la mala puntería se le unió también la discutible decisión tanto de Gálvez Rascón como del VAR de no señalar nada punible sobre un agarrón clarísimo dentro del área a Callejón. Pero, se desquitó muy poco después el motrileño con el gol del empate. Casi cuatro meses después, el Granada volvió a celebrar un tanto liguero lejos del ‘Nuevo Los Cármenes’ gracias a una asistencia de Melendo, que había llevado de forma exquisita la batuta del juego rojiblanco, al ‘nueve’, que hizo inútil la estirada de Rubén Yáñez con un gran disparo al palo contrario.
Justo tras el gol, Paco López cambió su banda derecha al completo. Sorprendió, porque uno de los sustituidos fue Óscar Melendo, posiblemente el mejor hombre del partido hasta entonces. Ricard Sánchez acompañó al catalán al banquillo, e ingresaron Quini y Bryan Zaragoza. No tardo mucho más en retirar a Jorge Molina para dar entrada a Perea, no sin antes gozar el alicantino de otra ocasión clara con un zapatazo dentro del área que blocó abajo Yáñez.
En la recta final, el derbi se rompió por completo y cualquiera pudo llevarse los tres puntos. También hubo más espacio para la polémica, porque Gálvez Rascón esta vez sí vio un derribo de Miguel Rubio sobre Loren Zúñiga, hijo del que fuera jugador del Granada entre 2007 y 2009, pero desde el VAR se le avisó que acudiese a la pantalla para revisar la jugada. Después de una larga deliberación, el madrileño decidió anular el penalti.
Y, cuando ya se accedía al tiempo de descuento, Callejón dejó su última aportación al partido con una falta al borde del área que le dio la oportunidad de firmar su doblete particular. Pero, el travesaño se interpuso entre el empate final y el éxtasis total en una de las esquinas superiores de ‘La Rosaleda’, que pudieron celebrar un gol de su equipo fuera de casa, aunque no sirvió para retornar a la ciudad de la Alhambra con tres puntos.
MÁLAGA CF Rubén Yáñez; Pablo Hervías (Javi Jiménez, 46´), Esteban Burgos, Escassi, Ramalho (Loren Zúñiga, 72´), Issa Fomba (Dani Lorenzo, 63´); Genaro Rodríguez, Aleix Febas, Luis Muñoz (N´Diaye, 46´); Fran Villalba y Rubén Castro (Pablo Chavarría, 85´).
GRANADA CF Raúl Fernández; Ricard Sánchez (Quini, 64´), Miguel Rubio, Ignasi Miquel, Carlos Neva; Víctor Meseguer, Petrovic, Melendo (Bryan Zaragoza, 64´), Callejón; Uzuni y Jorge Molina (Alberto Perea, 72´).
GOLES 1-0 Rubén Castro (min. 37); 1-1 Callejón (min. 62);
ÁRBITRO Gálvez Rascón, David (Comité madrileño). Amonestó a los locales Escassi, Manolo Reina, y a los visitantes Ricard Sánchez, Víctor Meseguer, Miguel Rubio.
INCIDENCIAS Partido correspondiente a la decimonovena jornada de LaLiga SmartBank disputado en el Estadio ‘La Rosaleda’ (Málaga) ante 12.192 espectadores, de los cuales unos 2.000 procedían desde tierras nazaríes. En los prolegómenos del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria de Santiago Aragón García, jugador del CD Málaga en la década de los sesenta y setenta.
Los rojiblancos, que se adelantaron pronto en el marcador con un gol olímpico de Gumbau, realizaron un gran partido ante el Athletic Club
