Dos destellos de calidad bastan para cegar al Granada, 2-0
En un partido muy soso el Madrid, sin hacer un gran fútbol, se llevó los tres puntos en juego, aunque la diferencia en el campo no fue tanta como establecen sus respectivos presupuestos. Pero los detalles de calidad y las inocentes colaboraciones de los jugadores granadinistas sirvieron para decantar el partido a favor de los blancos.
El Granada se sobrepone a los primeros minutos de iniciativa local
Lo cierto es que el choque no empezó mal del todo para el Granada. Pasados los diez primeros minutos, en los que el equipo anfitrión metió presión en la salida del balón visitante, y una vez que los jugadores de Alcaraz se quitaron el miedo de encima, el Granada empezó a mover el balón con cierto criterio y a discutirle la posesión al Madrid, aunque siempre muy lejos de la portería de Diego López.
Todo eso fue después de que una falta de precisión de Mainz en un pase en zona defensiva, provocara un corte de balón de Bale, al que Murillo tuvo que parar de forma expeditiva, jugándose una roja que hubiera dejado al Granada en inferioridad. La entrada del colombiano evitó que el madridista se plantara solo delante de Roberto, que ya había tenido que emplearse a fondo para evitar que la parroquia madridista celebrara el primer gol.
Los de Alcaraz muestran una inoperancia total de cara al área rival
Pero era la hora de la siesta, y al Madrid le debió entrar el sopor. El Granada bajó las pulsaciones del partido, y desactivó la principal arma de los de Ancelotti, que se contagiaron de un partido que se jugaba con pocas revoluciones. El Granada hacía lo que debía y los tres hombres de medio campo, se multiplicaban para evitar que el balón llegara franco a las inmediaciones de su defensa. A excepción de algunos acercamientos peligrosos, en los que siempre aparecía la figura de Modric, el Madrid no mostraba la pólvora que suele exhibir en sus partidos domésticos.
Pero al Granada acercarse al área de su rival le costaba mucho esfuerzo, y el Madrid esperaba su momento para robar el balón y armar la contra. Alcaraz no estaba dispuesto a arriesgar lo más mínimo, y solo algunas jugadas con cierto atrevimiento de Brahimi daban algo de chispa al ataque granadinista, aunque cualquier iniciativa moría sin que el meta madridista pudiera ni siquiera exhibir sus condiciones.
Viendo que se le acababa el primer acto, el Madrid metió algo más de intensidad para intentar llegar con ventaja al descanso. Y ahí llegó la mejor intervención de Roberto, que en su desafío particular con Ronaldo realizó un soberbio paradón tras una impecable chilena del portugués. La jugada sirvió para despertar al público adormilado que asistía al Bernabeu justo antes de que el árbitro enviara a los jugadores a vestuarios.
El Granada se retiraba a descansar con la mitad del objetivo cumplido, aunque en su haber solo se pudiera computar un buen trabajo defensivo, que se vio engrandecido con la pasividad del equipo local.
Los detalles de calidad del equipo blanco se traducen en goles
Pero en la reanudación Ancelotti también debió despertar a los suyos del letargo, y el Madrid compareció en la segunda mitad con otro talante. Aún así, tampoco exhibió un gran fútbol ni hizo gala de una gran creatividad. Se limitaron a repetir lo que ya hicieron en la primera mitad, con algo más de rapidez, aumentando la presión en la salida del balón a los defensas del Granada.
Estaba a punto de cumplirse una hora de partido con el empate inicial en el marcador, cuando Iturra regaló un balón en un saque de falta que se convirtió en una contra mortal. El Granada, que hasta ese momento había manejado con soltura los tiempos del partido, se inmoló en una precipitación innecesaria, que precedió a la cita de Ronaldo con el gol.
La infantil pérdida permitió que el balón llegase a los pies del portugués en la frontal de área, que entre un mar de piernas se inventó un disparo seco y ajustado al palo que acabó por horadar la portería de Roberto, que llevaba camino de convertirse en el héroe de la tarde. Un chispazo que hizo la luz en medio de tanta oscuridad blanca, y que emborronó el buen trabajo que como siempre suele hacer el chileno en medio campo.
El Granada fue incapaz de inquietar a Diego López
El Madrid, que estaba atrapado en el entramado rojiblanco, encontró la solución al enredo con una genialidad propia de un mago como Cristiano. El gol no mató el partido, pero lo dejó moribundo para un Granada que no había mostrado ningún recurso ofensivo hasta el momento. La capacidad de molestar la portería de Diego López se limitaba a probar disparos desde lejos que llegaban mansamente a las manos del portero madridista, que tuvo una tarde de lo más placentera.
Pasado el ecuador de la segunda mitad, el Madrid sentenció un choque con una jugada bien trazada, que permitió marcar a Benzemá antes de ser sustituido. Alcaraz había introducido en el campo a Pereira, buscando algo más de verticalidad, pero el equipo no ofrecía sensación de peligro ninguno.
Los cambios evitan males mayores
El técnico granadino dobló la rodilla y destinó sus cambios a evitar daños colaterales. La presencia de Buenanotte fue testimonial y solo sirvió para dar descanso a Piti; pero Coeff entró para evitar que Murillo fuera expulsado, ya que el central granadinista estaba arriesgando demasiado con el Madrid en pleno asedio, que intentaba compensar a su afición tras la anodina primera mitad.
La buena noticia del partido fue la de ver a Fatau, que aunque forzado por la plaga de bajas en la parcela central, ha demostrado que puede competir a un buen nivel en caso que su presencia se haga necesaria. Haber sido el elegido por Alcaraz para este partido, le habrá dado la convicción y la seguridad necesarias para jugar en el primer equipo cuando su presencia se antoje necesaria. Fue muy correcto el partido del canterano, que no desentonó entre tanta estrella blanca.
Y con los goles del Madrid se acabó la historia de un partido que no generará grandes titulares, pero que al menos tampoco provoca grandes hemorragias. El Granada paseó su nombre dignamente por el Bernabeu, y no se hizo el ridículo tan temido por el Arabi en los días previos al choque. Las estrellas blancas no necesitaron más que dos destellos, dos chispazos, que fueron suficientes para cegar el trabajo del los jugadores del Granada.
REAL MADRID CF: Diego López; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Xabi Alonso, Modric, Di María (Illarramendi, 83); Cristiano Ronaldo, Bale (Jesé, 46)) y Benzema (Isco, 77).
GRANADA CF: Roberto; Nyom, Mainz, Murillo (Coeff, 80), Brayan Angulo; Iturra, Fatau, Recio (Pereira, 70); Brahimi, Piti (Buonanotte, 80) y El Arabi.
GOLES: 1-0: Ronaldo de disparo cruzado desde la frontal del área (56); 2-0: Benzema, libre de marcaje, a centro de Marcelo (73).
ÁRBITRO: Gil Manzano (colegio extremeño). Amonestó a Ramos, Benzema, Modric y Di María por el Real Madrid, y a Murillo e Iturra por el Granada.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 21 de la Liga BBVA, disputado en el estadio Santiago Bernabéu.
cordero@granadaenjeugo.com
@inchocordero
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