Un triunfo que parecía imposible y encumbró al mejor Granada de la historia
La victoria del Camp Nou la pasada campaña fue la última gran hazaña de Diego Martínez con el conjunto nazarí
Con el Granada ya apeado del maravilloso sueño de la Europa League, a Diego Martínez todavía le faltaba por consumar su última gran gesta con el conjunto rojiblanco antes de decidir poner punto y final a la unión entre técnico y club. El entrenador gallego había alcanzado cuotas inimaginables con la escuadra nazarí, que no volverán a repetirse a un corto plazo de tiempo. Pero, quedaba algo pendiente: ganar una de las grandes plazas del fútbol nacional.
El mejor Granada de la historia no sabía lo que era vencer en los estadios tipo ‘Santiago Bernabéu’, ‘Camp Nou’, ‘Sánchez Pizjuán’, ‘Wanda Metropolitano’, ‘San Mamés’ o ´Mestalla’. Ni tan siquiera puntúo en las dos campañas que el preparador vigués dirigió a los nazaríes en la máxima categoría. Sin embargo, el pasado jueves 29 de abril rompió las estadísticas a lo grande.
Con el equipo granadinista apurando opciones europeas y un Barça que, de ganar, se colocaba líder de Primera División, los dos conjuntos se dieron cita en un estadio donde nunca antes había logrado sacar nada positivo el club de la ciudad de la Alhambra. Un gol de Messi en el ecuador del primer tiempo apuntaba a que la historia continuaría repitiéndose. Teniendo aún más en cuenta que los visitantes llegaron a la cita con innumerables bajas.
El once del vigués estuvo formado por Aarón; Foulquier, Víctor Díaz, Germán Sánchez, Nehuén Pérez, Quini; Eteki, Yangel Herrera; Luis Suárez, Machís; y Soldado. Durante el encuentro saltaron al verde Gonalons, Jorge Molina, Adrián Marín y Fede Vico. Destacó el cambio de sistema, con tres centrales y dos carrileros.
Aquel equipo resurgió por enésima vez. En la segunda parte, Machís primero y Jorge Molina después, dieron la vuelta al marcador y dejaron con cara de incrédulos a los pupilos de Ronald Koeman. Coincidieron, además, los goleadores de la que fue la primera gran remontada de la temporada en Eindhoven. Un ejercicio táctico y de resiliencia brutal que le dio al Granada el primer triunfo de toda su historia en el Camp Nou. Y, el último del curso más ilusionante en 90 años.
Para añadir más heroicidad a aquel día, esos tres puntos certificaron la permanencia matemática del Granada un año más en Primera División. Algo que fue siempre el objetivo principal para el equipo. Mañana, quién sabe si el Camp Nou, ese territorio inexpugnable hasta el pasado mes de abril, vuelve a abdicar ante el conjunto de Robert Moreno. Sería algo histórico y muy necesario.
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