El ex futbolista accitano Miguel Espínola dirige una escuela de fútbol en la Línea
El accitano jugó una temporada en Primera División a las órdenes de Lucas Alcaraz y marcó un gol en el Bernabéu
Miguel Ángel Espínola nació en la localidad granadina de Guadix el día 5 de abril de 1974, por lo que en la actualidad tiene 39 años. Tiene tres hermanos y todos ellos también se dedicaron desde pequeños al fútbol desde pequeños. Alberto jugó en varios equipos de la provincia, Paquito sufrió una grave lesión en juveniles cuando clubes como el Málaga estaban muy pendientes de su futuro y Raúl milita actualmente en La Roda de Segunda B después de haber sido un auténtico trotamundos como su hermano Miguel, que ha jugado en diez clubes. Actualmente es el director de una escuela de fútbol en La Línea de la Concepción y como futbolista se caracterizó por su buen físico, su regularidad y por rendir a un buen nivel en diversas demarcaciones.
Se inició en los escalafones inferiores del equipo de su ciudad natal, el Guadix, con el que debutó en Tercera División con 19 años en la temporada 1993/94. En la siguiente también jugó allí y posteriormente se marchó al Motril en la 1995/96, teniendo bastante morbo el partido en el que visitó el Municipal accitano con el equipo costasoleño. Precisamente en dicho ejercicio el Guadix asciende por primera vez en su historia a Segunda B y ficha a algunos de los mejores futbolistas de la provincia para acometer el complicado objetivo de la permanencia, siendo algunos de ellos jugadores del Motril, como el propio Espínola, Castillo o Martínez.
El Guadix, con la aportación de algunos goles bastante importantes de Espínola, que por esa época actuaba tanto de mediocentro como de interior derecho, logra la salvación de manera épica al derrotar en las dos últimas jornadas ligueras a dos rivales directos, el Polideportivo Almería(1-2) y el Polideportivo Ejido (1-0). Su buena temporada llamó la atención del Albacete, que lo fichó en el verano de 1997, aunque después decidió ceder a varios jugadores, entre ellos a Espínola, al Manchego, equipo vinculado que militaba en Segunda B.
También allí completó una buena campaña y después se marchó al Almería, que estaba entrenado por Lucas Alcaraz, joven técnico granadino que tenía la misión de ascender al equipo rojiblanco a la categoría de plata en dicho ejercicio. Pero el cuadro rojiblanco fracasó y acabó descendiendo a Tercera División, lo que motivó que Alcaraz se marchase al Dos Hermanas de Segunda B, donde rozó los puestos de ascenso hasta el final, y que Espinola se comprometiera con la Balompédica Linense, conjunto que acababa de subir a Segunda B y en el que coincidiría con el meta José Antonio Luque. Allí disputó 33 de los 38 partidos de Liga.
Ambos se marcharon el verano siguiente, el del año 2000, al Recreativo de Huelva con la idea de intentar retornar a la categoría de plata después del descenso del conjunto albiazul. Pero la permanencia en Segunda del Decano en los despachos, gracias al impago del Mérida y el Logroñés, provocó que todo cambiara de la noche a la mañana en el proyecto onubense en plena pretemporada. El secretario técnico, Pepe Rivera, y el segundo entrenador, Julio Peguero, tenían buenas referencias de lo realizado por Alcaraz en Dos Hermanas, y el míster granadino era un buen conocedor de la Segunda B y de los mejores futbolistas del Grupo IV de dicha categoría, y por eso uno de los primeros que reclutó fue al propio Espínola, ya que como paisano conocía sus cualidades desde pequeño.
La mayoría de los jugadores de dicha plantilla no tenían experiencia en la categoría de plata, por lo que era toda una incógnita conocer el rendimiento que daría ese Recre. Pero con mucho rigor táctico y sacrificio durante los partidos, el Decano fue de los equipos menos goleados y rozó el ascenso a Primera División y no lo logró por el potencial de los rivales (subieron Sevilla, Betis y Tenerife y se quedó fuera por ejemplo el Atlético de Madrid) y por los errores arbitrales en su contra. Espínola fue un fijo para Alcaraz, disputando 41 de los 42 partidos de Liga, 40 de ellos como titular. Debutó con la elástica onubense en un empate sin goles ante el Badajoz en el viejo Colombino el 3 de septiembre de 2000 e incluso marcó un gol de bella factura de vaselina ante el Extremadura en un partido que finalizó en tablas (1-1) en el Francisco de la Hera de Almendralejo.
Debido a las lesiones de futbolistas como Ignacio o Barajas, mostró su polivalencia actuando tanto en ambos laterales como en alguna ocasión como interior diestro. En la siguiente temporada, la 2001/02, en la que el Decano acabó consiguiendo el segundo ascenso a Primera División de su centenaria historia, Espínola jugó 38 partidos de Liga, todos ellos como titular, siendo nuevamente un comodín para Alcaraz. Y en la siguiente campaña, el futbolista de Guadix debutó en la máxima categoría nacional, concretamente el día 1 de septiembre del año 2002, con una derrota en el Nuevo Colombino por 2-3 ante el Málaga en un choque en el que el Recre comenzó ganando por 2-0.
El lateral, que no sufrió ninguna expulsión en sus tres temporadas en el conjunto albiazul, disputó 31 choques en la Liga de las Estrellas, 28 de ellos como titular, e incluso marcó el 0-2 con el que el Recre casi sorprende al Real Madrid, aunque la cita acabó con un claro 4-2. Precisamente ese partido, disputado en el estadio Santiago Bernabéu el 15 de diciembre, no se le olvidará nunca a Espínola y seguramente será uno de los más especiales de toda su extensa carrera deportiva. A la conclusión incluso llegó a decir en tono jocoso que ya incluso se podía “retirar”, y es que no sólo marcó un gol ante el equipo del que se ha mostrado forofo su familia desde siempre, sino que acabó el partido como portero debido a la expulsión de Luque cuando ya el Decano había hecho los tres cambios, y tuvo que intentar detenerle un penalti al portugués Luis Figo, aunque no lo consiguió.
El Recre descendió nuevamente a la categoría de plata y al menos logró salvar la temporada al clasificarse para la primera final de la Copa del Rey de su historia, en la que cayó derrotado por 3-0 ante el Mallorca en el estadio Martínez Valero de Elche. En dicha competición, Espínola jugó cuatro partidos, los dos de octavos de final ante el Betis (siempre se ha caracterizado por defender muy bien al entonces verdiblanco Joaquín) y los dos de semifinales contra Osasuna. Pero ni siquiera fue convocado para disputar la final, lo que motivó su enfado con Alcaraz, del que llegó a señalar en la previa del partido que si el equipo onubense conquistaba el título dejaría caer al entrenador al suelo si lo manteaban. El granadino optó por Merino y Pernía para ocupar los puestos de lateral y se marchó al Racing de Santander unos días después, mientras que Espínola se comprometió con el Algeciras, que acababa de ascender a Segunda División. Su último partido como recreativista fue ante el Rayo en Vallecas, que finalizó sin goles el 21 de junio de 2000. La afición albiazul le guarda bastante cariño pese a que su salida, como la de otros integrantes de aquella plantilla, no fue la más idónea ni la que hubiesen merecido después de conseguir aquel épico e inesperado ascenso con un austero presupuesto.
En el Algeciras, donde coincidió con otro ex del Decano, el pivote José Mari, el lateral accitano disputó 29 partidos y sufrió dos expulsiones, en los encuentros contra el Xerez y el Leganés. En lo colectivo los gaditanos acabaron descendiendo y en lo personal Espínola tuvo que sufrir las iras de un sector de su afición, teniendo incluso que salir escoltado del estadio Nuevo Mirador en algún partido, en buena parte porque pensaban que nació en La Linea de la Concepción (de donde sí que eran su mujer y su hija), y es que la rivalidad entre ciudades cercanas en Andalucía siempre ha sido un mal endémico del fútbol.
Posteriormente estuvo unos meses sin equipo hasta que recaló en el Clyde de Glasgow de la máxima categoría escocesa, en el que disputó seis encuentros. En el verano de 2005 regresó a la Balompédica Linense cinco años después de su marcha. Allí acabó convirtiéndose de nuevo en un futbolista muy carismático para sus aficionados y pronto era ya el capitán. Estuvo allí tres temporadas jugando en Tercera División, y en la última, la 2007/08, consiguió ascender a Segunda B disputando 33 encuentros. Lograron el objetivo en el ‘play-off’ apeando al Mirandés, conjunto que actualmente milita en la categoría de plata.
Pero entonces, y con la pretemporada ya bastante avanzada, a mediados de agosto tuvo algunas discrepancias con la directiva que motivaron su salida de la Balona. Espínola se marchó entonces al Unión Estepona de Tercera División, donde coincidiría con el delantero hispano-brasileño Catanha y donde estuvo dirigido por Raúl Procopio, ex compañero suyo en la Balona. Disputó 26 partidos y logró su segundo ascenso a Segunda B consecutivo, en este caso eliminando en el cruce decisivo al Caravaca murciano.
Tampoco renovó allí su contrato y se marchó a Los Barrios, equipo gaditano de Tercera División en el que completó sus dos últimas temporadas en activo, alternando el puesto de lateral con el de central y convirtiéndose también en el capitán y en el auténtico líder y veterano del vestuario. Un vestuario que lo pasó bastante mal, ya que incluso llegaron a deberles siete nóminas y tuvieron que denunciar la situación ante la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).
Su último encuentro tuvo lugar el 15 de mayo de 2011, es decir, hace dos años, saldado con una derrota por 1-3 ante el Cádiz B en una campaña en la que Los Barrios descendió a la Primera Andaluza. A comienzos de 2012, Espínola se convirtió en el director de la Escuela de Fútbol Base del Linense Club Fútbol en La Línea de la Concepción, donde es un personaje bastante popular. Un currante del balompié que quiere seguir vinculado al fútbol y al resto de los deportes, en este caso con los más pequeños.
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