Las mejores Raquel y Lauri brillan en el mejor Granada
CONTRACRÓNICA | Ambas jugadoras han ido de menos a más esta temporada, como el resto del equipo, y fueron determinantes en la victoria sobre el Juan Grande
Hace ya muchas semanas en las que se dice que el Granada Femenino está en su mejor momento de la temporada. Y se continuará diciendo hasta que no cambie muchísimo la dinámica, algo que no apunta a darse. La inercia, las sensaciones, la calidad y la unión del equipo de Roger Lamesa permiten soñar en grande, aunque desde dentro se apunte al paso a paso y al objetivo principal de quedar entre los cinco primeros clasificados.
No es habitual sufrir una dura derrota y tan solo seis días después pasar por encima de tu máximo perseguidor en la tabla de la forma en que se hizo. El triunfo sobre el Juan Grande no sirvió para remontar puestos, ya que Alhama y Cacereño también hicieron sus deberes, pero permite a las rojiblancas seguir dependiendo de ellas mismas para acabar líderes. Ese camino pasará por dos semanas claves a partir de este momento, con tres encuentros ante Femarguín y Santa Teresa a domicilio y, sobre todo, contra Alhama en el ‘Nuevo Los Cármenes’ en los próximos catorce días.
El Granada ha ido de menos a mucho más este curso, no cabe duda. Hubo incluso dudas desde algunas partes hacia Roger Lamesa por enlazar tres jornadas sin vencer al inicio del campeonato. Sin embargo, el técnico ha demostrado y trasladado una capacidad de adaptación innegable a su grupo. Entre los muchos aciertos, cabe destacar mantener la competitividad interna en la portería con María Pi y Andrea Romero; transformar a Cristina Postigo en una lateral derecho de muchas garantías, aunque ya de central andaba sobrada; convertir a Alicia Redondo en una de las sensaciones de la categoría; suplir la ausencia de una futbolista tan importante como Laura Pérez con Noe Salas, quien no gozó de mucho protagonismo en el primer tramo de la temporada; o traer de Lleida a Inés Faddi, que con pocos minutos siempre proporciona a las suyas pausa para mantener los resultados.
Pero, sobre todo, contra el Juan Grande se reflejó que muchas de sus jugadoras están de dulce. Dos de ellas, Raquel y Lauri, arrancaron la campaña muy lejos de sus versiones habituales. A día de hoy, son capitales en este Granada.
La extremo pacense no tiene nada que ver con la que inició el año. Le costaba buscar desmarques y pedir la pelota. Ahora, se mueve como pez en el agua por el costado izquierdo, generando siempre peligro con el balón en los pies y sin él. Ha permitido, además, gracias a su despliegue que las subidas al ataque de Urre o Carol Hernández no sean tan numerosas y la retaguardia quede defendida por más efectivos. Ante el Juan Grande hizo su quinto gol de la temporada, el cuarto en los seis últimos compromisos, y ya supera los cuatro de la pasada.
Por otro lado, de la atacante albaceteña poco se puede hablar sobre la importancia que ha tenido, tiene y tendrá mientras vista de rojiblanco. Emblema del club, no se encontró a sí misma en las primeras jornadas cuando ejercía labores más atrasadas. Lamesa se dio cuenta de ello y se empeñó en ver a la Lauri de siempre. La que hace un autopase en el centro del campo y filtra una pelota milimétrica a Mascaró. No estuvo tan participativa dentro del área del Juan Grande, pero dio una exhibición de aperturas y envíos al hueco. Casi hizo el tercero tras una maravillosa conexión con, precisamente, Raquel.
Para redondear la matinal del pasado sábado, Laura Pérez volvió a pisar el verde. Hacía un mes que la granadina cayó lesionada e hizo saltar las alarmas, pero el equipo ha sabido sobrevivir sin ella y ya podrá disfrutarla en esta fase de una temporada que puede acabar siendo histórica.
Hacer gala del partido a partido consiste en que no se comenzará a hablar del partido del ‘Nuevo Los Cármenes’ hasta el jueves. Antes, en el campo del Femarguín, el Granada estará dispuesto a dar un nuevo golpe de autoridad en la primera de sus dos balas extras hacia el ascenso. No será mala ocasión para romper el maleficio de las Islas Canarias, donde no conoce la victoria en tres partidos disputados allí, una plaza siempre difícil, y no solo por el aspecto meramente futbolístico.
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