TERCER ANFITEATRO
El Granada CF afronta su cuarta temporada consecutiva en primera división tras volver del infierno, con el claro objetivo de la permanencia, que es a lo que puede aspirar un club modesto, de bajo presupuesto, sueños improbables al margen.
No obstante, y dado que la permanencia es la finalidad de tres de cada cuatro equipos que compiten en primera división, habría que afinar algo más esa aspiración y elegir la forma de lograrla, para no pasar por las penurias de otros años. De las tres temporadas anteriores tuvimos que esperar hasta el último minuto de campeonato para confirmar la continuidad en la máxima categoría en dos de ellas, y en la otra solo nos sobró un partido.
Por tanto, lo deseable sería que el Granada no llegara a mayo necesitado de puntos, teniendo en cuenta que el penúltimo partido se juega en Anoeta, donde ya hemos apuntalado dos permanencias con sendos empates en los últimos partidos de liga y el último enfrentamiento será frente al Atlético de Madrid en Los Cármenes, un partido que no me gustaría que fuera la venganza del Villareal por aquella carambola que les envió a segunda hace dos años, precisamente frente a los de Simeone. La suerte tiene un límite y no debemos buscar una tercera hazaña frente a la Real; y el partido contra el Atleti debería ser una fiesta final, y sería deseable que el trabajo de constancia durante la temporada nos ahorre sustos finales.
Para ello la directiva ha confiado el barco a un entrenador experimentado como Caparrós, capaz de sacar el ciento cincuenta por ciento a cualquier plantilla. Los refuerzos, a falta de los últimos que puedan llegar para apuntalar sobre todo algunas posiciones defensivas, donde el equipo presenta más limitaciones, han buscado cubrir y dotar al equipo de equilibrio en aquellas zonas que han quedado vacantes.
La baja de Recio, un jugador importante durante dos años para este Granada, al que ya solo veremos en Los Cármenes con la camiseta del Málaga, parece estar bien cubierta con las incorporaciones de Javi Márquez y de Héctor Yuste, que ha convencido al técnico sevillano para que cuente con él, aparte del ramillete de canteranos que en esa posición llaman a la puerta del primer equipo y que han tenido oportunidades de demostrar sus cualidades en los minutos que han disfrutado en la pretemporada.
En la zona de arriba, quitando a los ya conocidos Piti y El Arabi, disfrutaremos de una vanguardia totalmente nueva, para bien o para mal. Mucha competencia en el ataque granadinista, con Juan Carlos, Larsson y Jhon Córdoba y especialmente Rochina, que está llamado a ser el hombre que aporte la diferencia en el equipo. Todo ello sin olvidar a Machís, que se ha convertido en un jugador más maduro y a Ortuño, que si definitivamente se queda en el primer equipo, disfrutará de momentos para exhibir la enorme calidad que atesora.
Hay una serie de factores que al Granada le han complicado su tránsito por la primera división desde que volvió. En la medida que el equipo sea capaz de controlarlos, acabará más cerca de los cincuenta puntos que de los cuarenta. Son muchos, pero me quedo con cinco claves que Caparrós y sus chicos deberán saber manejar:
1. Superar la falta de un líder natural. Desde la marcha de Martins, ese jugador tipo capaz de echarse el equipo a la espalda y hacer que todos vayan a una a la voz de ya, no ha habido en el Granada otro que lo sustituya en esa función. Ni siquiera jugadores franquicia como Mikel Rico, Siqueira, Roberto o Mainz, estos últimos en la plantilla todavía, han demostrado tener tanta jerarquía psicológica sobre el grupo. La grada busca un jefe, pero la respuesta deberá encontrarla en el bloque. Piti podría ser ese hombre, pero hasta ahora le ha faltado continuidad y reconocimiento.
2. Mayor capacidad de reacción frente a la adversidad. El Granada ha sido en los últimos años un equipo acomplejado, incapaz de enfrentarse a las dificultades. De los 23 partidos en los que el rival marcó primero en la temporada pasada, el Granada solo consiguió tres empates, y todos a domicilio. En casa, las once veces que el equipo comenzó a remolque, acabó perdiendo. Caparrós trabajará mucho la autoestima del grupo, sin duda, pero hace falta que los jugadores crean en las remontadas y en su capacidad de sacar los partidos adelante cuando las cosas no salen como se habían previsto en la pizarra.
3. Ser temido por los rivales, ser capaz de meter el miedo en el cuerpo de sus rivales, y provocar la sensación en las aficiones contrarias de que enfrentarse al Granada es una mala noticia cada fin de semana. El Granada perdió en casa once partidos, y consiguió tan solo 22 puntos de los 57 que jugaba como local. Los Cármenes debe convertirse en el fortín que garantice la permanencia y los desplazamientos deben aportar el colchón de puntos que permita al equipo avanzar hacia la permanencia sin sufrimiento.
4. El gol sigue siendo una asignatura pendiente, que esperamos que las nuevas incorporaciones sean capaces de superar. El Granada fue el equipo con peor media goleadora tras el Elche, lo que expresa la dificultades del equipo para anotar. Los doce goles de El Arabi en la pasada temporada se antojan insuficientes para otra permanencia, y el equipo necesitará diversificar el aumento de sus registros goleadores. La dependencia de un solo jugador no es buena y la diversidad de opciones puede ser un aliciente de cara a mejorar los números de anotación.
5. El alto número de goles encajados ha sido otro de los talones de aquiles del equipo. Mantener la portería a cero en un mayor número de partidos será clave para obtener puntos decisivos para una permanencia tranquila y sin sufrimiento, y sobre todo saber no perder cuando no se puede ganar, manejando los momentos críticos de los partidos. En la temporada anterior, el equipo solo pudo mantener su puerta a cero en doce ocasiones, el segundo peor registro de la liga, y cosechó la peor diferencia de goles en los últimos tres años.cordero@granadaenjuego.com
@inchocordero
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