TERCER ANFITEATRO
La mejor noticia del partido contra el Deportivo de la Coruña fue que, a pesar de todo, los puntos se quedaron en Granada. Y no es poco, tal y como se puso el partido de complicado. Tres puntos de oro, frente a un rival con el que nos cruzaremos en el ascensor de la clasificación durante muchas jornadas de este campeonato, no es un botín menor.
Desde luego que esa fue la mejor noticia, tras ver el juego del equipo en la primera mitad y la escasa capacidad de reacción frente al gol en contra. Pero hubo otras dos buenas, muy buenas noticias.
La primera, que el equipo fue capaz de remontar un marcador adverso, algo casi inédito en 'Los Cármenes' desde la vuelta a primera división, y demostró empezar a tener asimilado ese ADN que Caparrós suele inocular en sus equipos. Si la famosa frase que adorna las camisetas de los jugadores, 'luchar para ganar', la hubiese inventado él, no nos extrañaríamos. Al menos sabemos que hemos traído al tipo adecuado para hacer de la expresión algo más que un ideal, y convertirla en un hecho cotidiano, que acabará por grabarse a base de sudor y esfuerzo en el imaginario colectivo de este equipo.
La segunda es que se marcaron dos goles en casa, algo que no sucedía desde el 8 de marzo pasado, cuando el equipo de Alcaraz ganó por dos a cero al Villarreal. Acostumbrados a ver un equipo incapaz de anotar más de un gol de media por partido durante varias temporadas, marcar dos seguidos en el mismo partido no deja de ser un espejismo, con lo que le cuesta al Granada anotar.
Lo cierto es que las cosas salieron bien al final en un partido que no estaba yendo por buen camino. Algo más que palabras de ánimo debió haber en el descanso, porque sustituciones aparte, la disposición fue otra. Iturra y Ortuño no solo significaron un simple cambio de cromos, sino que movieron a otros compañeros de posición y el rol de Machís, Rochina y Rico se modificó y se revitalizó con el cambio de esquema.
Es muy pronto para hablar de señalados, cuando todavía los jugadores luchan por ganarse la confianza del técnico, y cuando además, no parece que el utrerano vaya a ser muy amigo de aferrarse a un once tipo. Caparrós es de esos entrenadores más proclives a hablar de posibles y de probables que de titulares y de suplentes, por lo que no conviene dar por muerto a nadie antes de tiempo. Sí se ha encargado de dejar muy claro cuáles son aquellos con los que no cuenta, pero de los que se quedan, todos tendrán opciones. Cada partido será un mundo y tendrá sus circunstancias, en las que el míster verá cuáles son las respuestas más adecuadas a cada rival en función de las características y el estado de forma de sus hombres.
Lo cierto es que entrenadores como Caparrós tienen una parte muy poco atractiva para las aficiones de ciertos equipos modestos, deseosas de recitar en sus alineaciones nombres de jugadores que hayan escrito alguna página importante en el fútbol de élite. Él ya ha dejado claro que los jugadores que le han traído le valen y que va a dar la oportunidad de disputar un puesto en el equipo a valores de la cantera. Por lo pronto ya puso su confianza en Ortuño el pasado sábado, cuando el partido estaba cuesta arriba, amén de la titularidad con la que premió a Yuste por su pretemporada, más allá del fallo que emborronó su debut en primera y de mantener durante todo el partido a un jugador que ha sabido hacer la mili en el segundo equipo y esperar su oportunidad, como Machís.
Y así, mientras todos miran cómo quedará perfilada la plantilla al cierre del mercado de fichajes, la dirección técnica sigue cerrando incorporaciones a un Granada B que debe ser una prolongación del primer equipo, y que debe ofrecer respuestas efectivas ante las necesidades de cada momento. Esto es algo lógico tras cuatro años, como consecuencia de la modernización de las estructuras del club desde la vuelta a primera, y ha pasado a ser una prioridad importante en el club actualmente, en lo deportivo (algo por lo que Caparrós también vino a Granada) y evidentemente en lo económico.
En todo caso, todavía nos quedan muchas cosas por ver, y seguro que buenas. Javi Márquez y Jhon Córdoba siguen estando inéditos ante la afición, Murillo debe volver para aportar un plus de seguridad en la zaga y los porteros pelearán por una plaza muy disputada durante cada jornada. Independientemente de la calidad de los jugadores que forman la plantilla de este Granada 4.0, las mejores sensaciones están en la capacidad de adaptación a distintos esquemas y los diferentes registros que pueden desarrollar cada uno de ellos, como demostraron en la segunda mitad del partido frente al Dépor.
Una de las claves de un equipo que aspirar a mantenerse sin sufrir es poder mirar al banquillo o al filial y ver que hay respuestas, cuando la temporada se hace larga y llegan las dificultades en forma de lesiones, sanciones, bajones de forma, o cuando un esquema está agotado. Caparrós lo sabe y ya ha mostrado el camino: Jugarán los que entiendan esto mejor.
cordero@granadaenjuego.com
@inchocordero
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