OPINIÓN: La Ponferradina, un equipo con la mente en Segunda División, por Gerardo Morales
Afrontamos una semana decisiva para el Granada CF. En juego la disputa de la primera plaza del grupo, objetivo que ya han conseguido la Ponferradina, Alcorcón y San Andrés en sus respectivos grupos. No es nuestra intención adelantarnos a los acontecimientos, aunque sea el deseo, pero es bueno ir conociendo quienes serán nuestros rivales en el camino hacia la LFP.
De los tres equipos ya clasificados como primeros, uno de ellos seguro tiene plaza en Segunda División, mientras que los otros dos, pueden cruzarse en el camino de los rojiblancos, bien a través del primer enfrentamiento directo o bien a través de la repesca, aunque todos tenemos la esperanza de que sea en el primer enfrentamiento y esa segunda plaza en juego se la lleve el Granada.
Empezamos a analizar brevemente al cuadro leones de la Ponferradina, o la Deportiva, que es como realmente se le denomina a este equipo.
Siempre desde una valoración muy personal, la que da el ver algunos de los partidos de los castellano-leoneses por internet, hablamos de la segunda mejor plantilla de toda la Segunda B, tras la rojiblanca y es que los blanquiazules cuentan con jugadores muy experimentados y ya curtidos no solo en la categoría de bronce, sino también en categorías profesionales.
Para hacer un paralelismo y tener una mayor idea de cómo juega la Deportiva, debemos compararla al propio juego del actual Granada, aunque con las ideas algo más claras, derivadas de una larga temporada jugando a lo mismo y con una plantilla confeccionada y adaptada al criterio de su técnico.
Es un equipo muy bien armado defensivamente, que recibe pocas ocasiones de gol y que ejercen una importante presión sobre el contrario. Esa ha sido la mayor diferencia del equipo entre la segunda vuelta y la primera, una constante presión, con la intención de recuperar el balón y así jugar la baza de las individualidades con las que cuenta el equipo en su zona atacante.
Arriba el equipo no genera muchas ocasiones de gol, pero son muy efectivos en ataque, aprovechan las pocas que tienen, ya sea en juego estático o a la contra, siendo esta quizás una de las mejores armas de los ponferradinos.
Por líneas, en la portería cuentan con un portero experimentado como Alejandro, que conoce bien la categoría y sabe lo que es defender la meta de un equipo que lucha por el ascenso, aunque este año ha repartido y compartido minutos con el otro cancerbero, Mackay.
En defensa, basta decir que es la menos goleada de toda la Segunda B, aunque es un trabajo, un concepto el defensivo, en el que tienen merito desde los centrocampistas, hasta los propios atacantes. Por la derecha juega David Malo, jugador que conoce muy bien el técnico, ya que lo ha tenido en las 2 últimas temporadas en el Alicante. Por la izquierda lo hace un viejo conocido de la afición granadina, Candela, mientras que el centro de la zaga lo conforman, Pepe y Jano, curiosamente ambos, jugadores reconvertidos ya que en sus inicios eran laterales diestro y zurdo respectivamente. Ambos laterales son muy ofensivos, pero no desguarnecen la defensa y miden con precisión las subidas y desdoblamientos, lo que en cierta medida es de agradecer, ya que la mayor obsesión de este equipo es defender.
En el centro del campo cuenta con la experiencia y calidad de Víctor Salas y Jonathan Ruiz, conjugando a la perfección, calidad técnica y física que le proporcionan medios para destruir el juego del rival y a la vez preparar las contragolpes con la mayor rapidez y exactitud.
En los extremos, el joven y habilidoso Zamora lo hace por la derecha, mientras que por la izquierda juega Berodia, más técnico, y que juega con más libertad de movimientos y con el factor sorpresa como mayor herramienta en su juego.
En ataque, la efectividad, porque no se le puede buscar otro calificativo a un equipo que genera tan pocas ocasiones de gol y que siempre termina por materializar alguna, es tarea de Rubén Vega, un mediapunta que trabaja como un centrocampista más en tareas defensivas, siendo acompañado del máximo realizador del equipo, el veterano y experimentado Oscar de Paula.
Aunque empezó jugando con un 4-2-2, se le ha visto jugar sobretodo en la segunda vuelta con un dibujo conformado por el 4-1-4-1. Su técnico es Juan Carlos Granero, que ya conoce lo que es ascender a Segunda División, hace dos temporadas en las filas del Alicante. No tiene problemas en adaptar el juego de su equipo al rival, siempre desde sus conceptos futbolísticos, de los que suele sacar gran partido, ya que estudia minuciosamente las virtudes y defectos de sus contrincantes.
Su terreno de juego es ‘El Tolarín’, con medias estándar 105x68, en perfecto estado y con capacidad para algo más de 8000 espectadores. Suele presentar buenas entradas y el público dadas las características del estadio construido hace 10 años, representa un verdadero jugador número 12.
En definitiva, hablamos de un equipo muy bien trabajado, con jugadores experimentados y veteranos tanto en su once inicial como en el banquillo. Sabe a lo que juega y no les importa especular con el resultado ya que tiene calidad suficiente para mantener la posición del balón en un momento dado y controlar el tempo del partido porque saben que tarde o temprano gozaran de la oportunidad que les de la victoria. Es en cierto modo un equipo muy similar a como Fabri quiere que juegue su equipo, aunque eso sí, insistimos, más trabajado y una plantilla confeccionada para jugar a lo que juegan.