Dani Benítez: "Me he planteado incluso dejar el fútbol"
ENTREVISTA | El mítico extremo balear se sincera en Granada En Juego y muestra su postura acerca de los gritos e insultos que sigue todavía escuchando en los campos de fútbol
Han transcurrido ya más de ocho años desde que ocurrió la circunstancia, de sobra conocida por todos, que marcó la carrera de aquella zurda que era presente y futuro del fútbol español. Pero, en este caso, el tiempo no todo lo cura. Dani Benítez reconoció el error, se perdonó a sí mismo tras acatar la sanción correspondiente y decidió afrontar con tranquilidad e ilusión lo que el futuro le deparó en su nueva vida. Un porvenir ligado, como no podía ser de otra forma, al balón. Contando también con que lo sucedido en el pasado le acompañaría allá donde fuera, aunque confiando en que no supondría una losa anímica.
A día de hoy, sus ganas de fútbol y de no dejarse influenciar por la maldad de ciertas personas le privan de dar un paso al lado. Sin embargo, los límites se sobrepasan en prácticamente cada salida que afronta el extremo balear con el Arenas de Armilla, equipo en el que actualmente es referencia a sus 35 años para muchos niños y niñas que, como él en su infancia, soñaron con ser felices a través de su pasión.
El domingo pasado sufrió en Torre del Mar un nuevo episodio de violencia verbal, desde el calentamiento previo hasta minutos después del final del encuentro. Cansado de ese tipo de actitudes por parte de seguidores rivales, Dani Benítez decide alzar la voz con la intención de concienciar y hacer ver que lo único que se provoca con ello es una imagen lamentable. Pierde el fútbol, pierden los “inteligentes” que deciden pasar un partido increpando a una persona y, sobre todo, pierden valores los más jóvenes.
PREGUNTA. Ha pasado mucho tiempo desde aquel episodio que marcó tu carrera y, hasta entonces, no había hablado de ello. ¿Por qué ahora?
RESPUESTA. “Es un tema de mi pasado. Dentro del campo no se puede vivir del pasado. Pero, fuera de él, se sigue viviendo. He decidido hablar porque desde mi vuelta a España en enero hubo casos similares. Ya desde la temporada pasada escuchaba muchas cosas. Y, en esta, se han sobrepasado los insultos y las faltas de respeto son continuas. No está bien y los árbitros han hecho ningún caso. A nivel personal ya me pesa y en el último partido se lo dije al colegiado. Se paró el encuentro, se avisó por megafonía, pero la cosa siguió como si nada”.
P. ¿Por qué algunas personas naturalizan tanto el creer que tienen derecho a todo ante otra persona por el simple hecho de que ella esté dentro de un terreno de juego?
R. “Estoy por encima de ese tipo de personas y ellas hablan por sí solas. No quiero decir las barbaridades que expresan, pero seguro que no gustan ni a los propios aficionados de esos equipos, que pueden ir con niños y niñas al campo. Se debería de cortar, ya que al final ese tipo de actos podrían pasar a mayores y no es justo para nadie”.
P. Usted ya cumplió una larga sanción y la acató. ¿Qué necesidad tiene de seguir aguantando achaques constantes a algo que ocurrió hace tanto tiempo?
R. “Llega un punto en el que no lo comprendes. Entiendo que se escuche algún comentario, porque el fútbol expone a eso. Pero, en el último partido se me increpó desde el calentamiento. Ha habido veces en las que he intentado hablar con esas personas porque quiero darles a entender que puede haber niños en los campos. Y es irónico que algunas de ellas me grita lo que me grita cuando está haciendo cosas que no debería hacer. Los clubes ni los árbitros no deben permitirlo. El colegiado escuchó todo en Torre del Mar, y solo paró el partido porque yo se lo pedí”.
P. Usted no quiere que su familia vaya a los partidos a domicilio.
R. “Yo puedo soportarlo. Pero para una niña que insulten a su padre desde el minuto uno no lo veo bien. Mi hija está al tanto de todo, pero mucha gente quiere meter el dedo en la llaga y hacer daño”.
P. ¿Ha llegado incluso a plantearse dejar el fútbol?
R. “Sí. Es cierto que cuando vine era consciente de a lo que me podía exponer. Pero me estoy quedando sorprendido negativamente. Hay gente que no va al fútbol a disfrutar de un partido. El otro día lloré de impotencia y me pregunté si me compensaba seguir así. Por mí y por mi familia. Quién sabe si algún día ocurre algo peor”.
P. ¿Y por qué no lo hace?
R. “Muy sencillo. Si doy ese paso, les estaría dando la razón a ellos y se sentirían muy orgullosos. No lo voy a hacer. Es mi vida y mientras disfrute del fútbol, seguiré. Dentro del campo puedo evadirme, pero llega un punto en el que a nivel personal te afecta. El último día, por ejemplo, vinieron a verme unos amigos de Málaga y me preguntaron al final del partido que cómo era capaz de aguantar tanto”.
P. Dentro de ese panorama negativo, ¿siente el apoyo de la gente?
R. “Sin duda. Aficionados incluso de otros equipos me han escrito por redes sociales animándome. Si todo fuera negativo, les daría el gusto a los otros y lo dejaría”.
P. ¿Hay posibilidad de erradicarlo?
R. “Creo que sí. Porque estas personas imagino que tienen familia y llegará un punto en el que se pondrán en la situación de la otra parte. Ojalá el alzar la voz ayude para sumar y no para restar”.
P. ¿Qué mensaje le daría ahora mismo a alguna de esas personas que, al igual que usted, tiene hijos a los que educar?
R. “Lo primero de todo, que es muy feo lo que hace. A las familias les duele mucho y si le ocurriese a él lo vería desde otra perspectiva. Sé que van a animar a sus equipos, pero hay muchas formas de hacerlo. Si no tienen hijos, que piensen en los jóvenes y en los mayores que hay en el campo. Una cosa debe quedar clara, y es que todos los que estamos en un estadio, tanto dentro del terreno de juego como los que hay en la grada, son personas”.
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