La lucha contra los elementos (12:30)
El Cebé afronta el choque frente al Girona con un reguero de bajas, que convierten una posible victoria en un acto de heroicidad
Ni los guionistas más brillantes de Hollywood podían idear un guion tan retorcido, unas líneas donde el protagonista sufre una lenta agonía y comprueba como poco a poco todas las esperanzas de salvación se van perdiendo por el sumidero. El Cebé se encuentra en el momento más delicado desde que estalló la tormenta institucional. El ERE se está llevando todo a su paso, incluso antes de ser una realidad y el grupo de salvadores no termina de tomar el timón de un barco que se encuentra a la deriva.
Curro Seguro ha ido asistiendo impasible a la salida de varios de los jugadores fundamentales en su rotación. El primero en hacer las maletas fue Carlos de Cobos, le siguió Mamado Samb y en el día de ayer Francis Sánchez anunciaba que ponía el punto y final a su relación con el Cebé. Por si estas bajas no eran suficiente, Roberto Guerra ha sido sancionado con un partido por el altercado que tuvo durante el e frente al Knet & Éniac. Con estas circunstancias toca saltar a la cancha e intentar competir.
Llega a Granada el Girona, equipo al que el Cebé derrotó de forma clara en su propia cancha, eran otros tiempos, otra vida. Ahora, el conjunto gerundense llega instalado en la zona templada de la tabla, octavo, con diez partidos ganados, nueve perdidos y la convicción de tomarse cumplida revancha del resultado de la primera vuelta.
Zan Tabak ha conseguido compactar los mimbres de su plantilla para conformar un equipo aguerrido y trabajador, que ha convertido el esfuerzo en una virtud capaz de ganar partidos. Sin ninguna estrella de relumbrón, el Girona reparte responsabilidades por igual entre sus jugadores.
La pareja que lleva el peso principal del juego, es la formada por el pívot letón, Rolands Freimanis y el base, ex Cebé, Nacho Ordin. Estos dos jugadores son los encargados de canalizar la anotación y los esquemas del conjunto catalán. Cortar la aportación de alguna de estas piezas, es fundamental para el Granada. Pero el Girona no se sustenta sobre individualidades, los complementos son la argamasa que mantiene unido a los de Zan Tabak. El alero Sergi Capdevilla, el veteranísimo Darryl Middleton, Marc Uson y el pívot norteamericano, Thomas Coleman, forman una clase media de garantías.
El Cebé, por su parte, llega al partido con la mente puesta en mil asuntos y ninguno relativo al baloncesto. Curro Segura va a tener que volver a realizar encaje de bolillos para presentar en el Palacio de los Deportes una rotación con garantías para luchar por la victoria. La cantera, con Fede Ucles al frente, va a tener que dar un paso al frente y madurar de forma instantánea para aportar al juego del equipo. Jesús Fernández tendrá que multiplicarse por tres para tapar las vías de agua dejadas por la marcha de jugadores y Rai López tendrá que elevar su juego y demostrar el potencial que se le presupone. Si todos estos factores consiguen conjugarse sobre el parquet, el Cebé tendrá posibilidades de luchar por la victoria, pero si una sola pieza se quiebra, volverá a producirse el sonido de lo inevitable.
En categoría masculina fue Benjamín Noval el que se alzó con el entorchado nacional