El infierno rojinegro no pudo hacer más
La afición del Palacio, preparada para celebrar el regreso a la ACB, rugió como nunca, pero su equipo no respondió sobre la pista y las lágrimas fueron de decepción
Desde dos horas antes calentó gargantas la afición rojinegra. Hubo concentración en los exteriores del Palacio para recibir a sus héroes. Con cánticos y botes de humo iba caldeando el ambiente una hinchada que quería terminar el día festejando que la próxima temporada estará en ACB, algo que no saboreaba en los últimos diez años. Era consciente, eran conscientes todos ellos, de que hoy iban a ser el jugador más importante del partido. El más aclamado a su llegada al pabellón fue Pablo Pin, granadino y que merecía, posiblemente como el que más, esa hazaña.
No era necesario mucho incentivo para una afición entregada, aunque siguió al pie de la letra lo indicado por Fran, de MLG Electrosolar, en el vídeo publicado por el club a través de sus redes sociales durante la noche de ayer. Las pautas eran claras: hacer mucho ruido. Eran algo más de 1.500 espectadores, pero parecían los 8.000 de capacidad del Palacio. A excepción de un pequeño y valiente grupo de seguidores lucenses que se recorrieron toda España para apoyar al Breogán, el color rojo tiñó el recinto del Zaidín. Y, con un ruido ensordecedor desde el calentamiento de los equipos.
Como viene siendo habitual, las peñas Frente Nazarí y Esquina Rojinegra llevaron la voz cantante del Palacio. La otra persona en cargada de ponerle sonido al feudo granadino era Noelia Gómez, la excepcional speaker del Fundación, y juntos crearon una armonía atronadora en el momento en que los jugadores locales fueron presentados. Los de fuera ya estaban cumpliendo con creces sus funciones y, a partir de las 19:00 horas, era el momento de los de dentro. Hubo a pie de pista invitados de lujo, como el alcalde Luis Salvador, el ex director general del Granada Antonio Fernández Monterrubio o el futbolista colombiano Luis Suárez.
Sin embargo, las llamas del infierno rojinegro fueron poco a poco apagándose durante el primer cuarto por lo que ocurrió en los primeros siete minutos de encuentro. A Breogán le salió absolutamente todo, y a Coviran nada, ni tan siquiera debajo del aro. Los asistentes miraron con algo de incredulidad al luminoso cuando marcaba el 3-21.
Un triple de Manu Rodríguez a falta de tres minutos levantó, por primera vez, al público de sus asientos. Un espejismo esperanzador que quedó en poco antes de cumplirse la franja inicial de diez minutos. Los triples de Breogán (seis de nueve) pusieron muy cuesta arriba el choque desde el principio y la desventaja con la que los hombres de Pablo Pin debían afrontar el segundo cuarto era de 17 puntos.
No fue mejor el segundo cuarto, al contrario. Pese al empuje del Palacio, los locales no fueron capaces de marcharse a vestuarios con una desventaja menor. El Coviran Granada, si quería ser de ACB, debía remontar 20 puntos en la segunda mitad, los últimos 20 minutos de una temporada que, ya de por sí, era histórica.
El “vamos mi Granada, vamos campeón” se fue tornando en el “Granada échale huevos”. A los tres minutos de reanudarse la contienda, Coviran ya estaba 30 por debajo. Si existió algún atisbo de esperanza en el descanso, ya apenas quedaban partidarios de una milagrosa remontada. La muestra de ello, y casi la entrega del hacha de guerra, se reflejó en la ovación que el Palacio dio a los suyos mediado el tercer cuarto, cuando la pelota no estaba en juego.
Breogán siguió a lo suyo lo que restaba de encuentro y fueron los de azul que se situaron en uno de los fondos superiores del Palacio quienes celebraron el tan ansiado ascenso con el que soñaba la capital de la Alhambra. Aun así, la espectacular hinchada rojinegra no abandonó el pabellón y apoyó a los suyos hasta el final. “Volveremos” se escuchaba.
No fue un Play Off bonito para el Fundación, sino precioso. Después de un año muy, muy complicado para toda la sociedad, la felicidad volvió a resurgir en los aficionados rojinegros. Fue un mes en el que la ciudad nazarí respiró baloncesto por los cuatro costados, neutralizando, incluso, la mágica temporada que protagonizó su equipo de fútbol. Un mes donde se soñó hasta la última fecha. A pesar de este último partido que más que ilusión fue una pesadilla, Granada seguirá mereciendo ACB. Lo ha demostrado y lo va a conseguir.
@Francalvo1996
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