El Granada CF 2021/22, uno a uno: Robert Moreno
Su discurso, que aprendió a moderar, le sentenció casi desde el inicio y, pese a cuajar un buen final de 2021, la racha de nueve encuentros sin vencer fue insostenible
Asumió el reto de recoger el testigo del mejor Granada y del mejor entrenador de su historia, pero el idilio de Robert Moreno con el club estuvo muy lejos de esa identidad desde prácticamente el comienzo. Ya en su presentación pronunció un discurso muy distante al que había llevado al conjunto rojiblanco a alcanzar cuotas inimaginables y expresó su deseo de verle “de forma continua en Europa”, haciendo gala de su ambición, para muchos, desmedida. Al igual que Diego Martínez, el catalán iba a debutar como primer técnico en la máxima categoría en el banquillo nazarí, aunque la historia acabó de manera muy diferente.
Antes de empezar a competir incluso, su fichaje fue un tanto “polémico”. Se trató de una apuesta de Patricia Rodríguez y su llegada (virtual) fue previa a la de la dirección deportiva, estamento que responde a la lógica en canto a tomar tal decisión. Venía con el cartel de haber sido seleccionador nacional durante nueve partidos con siete victorias y dos derrotas, y de dirigir al Mónaco en la Ligue 1 trece partidos. Una inexperiencia como primer entrenador en el fútbol profesional que justificó constantemente con su trayectoria fraguada y trabajada desde los catorce años.
Con unas pretensiones tan altas, cabía la posibilidad de que si el inicio de curso del Granada no cumplía las expectativas, el público se echaría encima de la cabeza visible. Y así sucedió. Siete partidos tardó en vencer el cuadro nazarí, con desastrosas actuaciones como la goleada sufrida en Vallecas o la derrota en casa frente al Betis. Eso, unido a alguna salida de tono en rueda de prensa, dieron paso a unos pitos sobre el entrenador que en pocas ocasiones dejaron de escucharse en el ‘Nuevo Los Cármenes’ a partir de entonces. No bastó para silenciarlos un muy meritorio empate en el Camp Nou.
A la octava, ante el Sevilla, llegó la vencida. El Granada se quitó un peso de encima y también ganó poco después a domicilio contra el Levante. Dos derrotas seguidas a costa de Espanyol y Real Madrid hicieron tambalear el futuro de Robert, que ganó crédito con un empate a base de resiliencia en San Mamés. Fue la primera de las siete jornadas consecutivas que el conjunto rojiblanco se mantuvo invicto, su segunda mejor racha en la máxima categoría. Pero, entre medias, una eliminación copera a costa del Mancha Real que supuso un lunar difícil de borrar en la etapa del técnico.
El Granada finalizó 2021 más cerca de puestos europeos que del descenso. El cambio de esquema al 4-4-2, la irrupción de Torrente y el amago de la vuelta del ADN de la eterna lucha eran noticias muy positivas que propiciaron ese buen rendimiento. Hasta se coreó el nombre de Robert Moreno tras el histórico triunfo al Atlético de Madrid casi medio siglo después.
Sin embargo, todo se fue a la deriva en 2022. Moreno ya avisó de que se podía pecar de relajación tras los buenos resultados obtenidos. Desde la victoria al Atleti, el Granada estuvo nueve partidos sin vencer, con humillantes derrotas ante Getafe, Osasuna o Villarreal. El entrenador apuró su última bala hasta la vigésimo séptima jornada. Tras caer en Mestalla por 3-1, se anunció su destitución. El equipo estaba en la décimo séptima posición con un punto por encima del descenso.
El clima se había enrarecido de sobremanera y, sin aparente explicación, el Granada estaba a años luz ya no de mostrar posibilidades para ganar un encuentro, sino de competirlo. Robert Moreno había apartado del grupo a varios jugadores (Bacca, Eteki y Soro) que no quisieron marcharse en el mercado invernal. También le tocó sobrellevar la no salida de Machís. Un cúmulo de circunstancias que acabaron dando por insostenible la situación.
El colegiado balear pitará por segunda vez, en la presente temporada, al Granada CF como visitante