La vuelta a la tortilla trece años después
Raúl Fernández perdió la titularidad en la temporada del ascenso a Segunda un 7 de febrero de 2010. Más de una década después, quiere volar desde el verde hacia Primera
Transcurrían tiempos muy distintos en el Granada. En 2010, el club peleaba por regresar al fútbol profesional más de dos décadas después y no gozaba ni tan siquiera de un lugar fijo para entrenar. Aún debía ir mendigando por distintos campos de la ciudad y de la provincia. Muchas veces, se veía en la obligación de encontrar terrenos de hierba artificial, ya que la competición así lo demandaba por los feudos de los rivales.
En uno de esos partidos disputados en suelo sintético, concretamente en Lucena, Raúl Fernández puso prácticamente fin a su primera etapa como granadinista. Allí, todavía con Álvarez Tomé en el banquillo, el equipo rojiblanco tocó fondo a domicilio. Goleado y humillado por un adversario de mucha menor categoría, el sacrificado por el técnico de aquel 3-1 fue, sin duda, el flanco más fácil: su portero.
Raúl, que se encontraba en Granada cedido por el Athletic, se había ganado la titularidad en la cuarta jornada tras un inicio muy irregular de José Juan, encajando seis goles en los primeros tres compromisos. Veinte fechas después, la hecatombe en tierras cordobesas le relegó a un segundo plano, en favor del gallego. Solo volvió a gozar de minutos en Sangonera, y por lesión de su compañero. Para Fabri se mantuvo inédito y ni tan siquiera le dio la oportunidad de finalizar la temporada desde el verde en la eliminatoria contra la Ponferradina por el título de campeón de Segunda B, con el ascenso a la categoría de plata ya consumado.
Aquel joven guardameta, que ya había maravillado a ‘Los Cármenes’ un año antes por una fantástica exhibición vistiendo la elástica del Conquense, regresó a Bilbao. Se curtió desde el banquillo, ya que Gorka Iraizoz fue un muro infranqueable, aunque en el entorno vasco todavía se recuerda su brava actuación en un derbi frente a la Real Sociedad en 2011. Posteriormente, demostró en el Mirandés, Levante o Las Palmas gozar de cualidades suficientes para ser un portero sobresaliente en Segunda División. Incluso, ganó un Zamora.
La fatídica fecha del 7 de febrero de 2010, tarde en la que se disputó el partido frente al cuadro lucentino, ha pasado, trece años después, a ser totalmente opuesta en cuanto a sensaciones para Raúl Fernández. Y eso que no comenzó la campaña como titular. Su encuentro en Villarreal le ha terminado por encumbrar. Fue el protagonista de la primera victoria liguera a domicilio en casi medio año. Sin capa, pero con máscara, se ha convertido en un superhéroe rojiblanco, y desea volar rumbo a Primera División. Esta vez, desde el césped.
El Granada podría estar dispuesto a negociar si el jugador pide salir
