Ola de virus rojiblanco
Miles de personas inundaron los alrededores del estadio en plena época de pandemia. La bienvenida por parte de algunos jóvenes al United no representó a una afición que siempre ha sido ejemplar
Estaba claro que el de ayer era un día histórico para un club, una provincia y una afición. Y también, que el hecho de que el encuentro ante el Manchester United fuera a puerta abierta no iba a evitar ver las imágenes que finalmente se dieron en los alrededores del `Nuevo Los Cármenes´. La pandemia del COVID-19, que está arrasando a nivel mundial y provocando que miles de personas hayan afrontado con mucha impotencia el no poder despedir a sus familiares durante sus últimos días, no resultó impedimento. En consecuencia, la hinchada nazarí protagonizó un muy multitudinario recibimiento a la llegada de los autobuses de Granada y United.
Alrededor de unas 3.000 personas se reunieron a lo largo de la Calle Pintor Maldonado desde las 18:00 horas. Después de una ilusionante espera repleta de cánticos de apoyo al equipo de Diego Martínez, himno incluido, la primera expedición en aparecer fue la del Manchester United. Lo hizo por el lado contrario al que se situaban concentrados los aficionados. Sin embargo, el objetivo de pasar desapercibidos no fue posible y la muchedumbre marchó rapaz para dar su particular bienvenida a los hombres de Ole Gunnar Solskjaer.
Tristemente, la imagen que dieron unos cuantos jóvenes, con algunos que no alcanzaban ni la mayoría de edad, fue bochornoso. Los gritos de “puta Manchester” se adueñaron del sonido ambiente, tal y como ocurrió en los anteriores enfrentamientos contra Nápoles y Molde. Un claro reflejo del sinsentido de varias personas de corta edad y mismo peinado, a las que les da igual el rival que haya delante, ya se llame Manchester United o Manchester City. Volaron también algunos vasos y objetivos hacia los vehículos, no impactando en ellos.
Un poco más tarde llegaron los autobuses más esperados. Las sirenas de la policía y las numerosas motos que acompañaron al Granada desde su salida del hotel de concentración auguraban la llegada. Al girar en Pintor Maldonado hacia el estadio, los humos rojos de los botes y bengalas empezaron a crear un ambiente infernal y el bus granadinista se hacía paso entre ellos. La policía se vio obligada a emplear más fuerza de la cuenta para apartar de su camino a los aficionados. Una imagen espectacular, sí, y un bálsamo de energía positiva para los de Diego Martínez. Pero, sin duda, que no aconteció en el momento más adecuado, aunque sí hubo otros tantos que lo hicieron de forma ordenada, respetando las medidas de seguridad y con mascarilla en todo instante. Otros debieron aprender del ejemplo.
@Francalvo1996
francalvo@granadaenjuego.com
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