Temporada de tormentas
CONTRACRÓNICA | Abascal sigue sin dar con la tecla, probando soluciones que no resultan efectivas
Los días se acortan, el ambiente se carga de humedad y el calor comienza a disiparse… la época estival va agotándose, pero el Granada parece instalado en una pretemporada eterna, con pruebas cada jornada, buscando, sin éxito, encajar todas las piezas para que los nombres comiencen a convertirse en un equipo.
Ante el Depor, Abascal volvió a sorprender, cambiado el dibujo y añadiendo a la mezcla más cambios de los estrictamente necesarios, una apuesta que durante los primeros compases del choque ofreció buenos resultados, pero todo volvió a resultar un espejismo y el equipo se deshizo bajo el intenso aguacero.
Los rojiblancos, que cuentan con jugadores experimentados y curtidos en mil batallas, se sumergieron una vez más en las dudas tras el tanto de los gallegos, convirtiéndose en un pelotón de fusilamiento con los ojos vendados, disparando a ciegas con la vana esperanza de que alguno de esos intentos impactase en el objetivo.
Los nubarrones negros, que no quisieron perderse el partido, sirven como metáfora evidente de los días que se viven en el Granada, con un entrenador en busca de una identidad que no logra encontrar, llevando a sus jugadores al desconcierto.
A pesar de la lluvia y de las pocas jornadas consumidas, la afición rojiblanca entonó por primera vez cánticos contra Abascal, aunque habría que recordar que fue Tognozzi, al igual que ocurrió con el 'Cacique' Medina, quien colocó al técnico hispalense en el banquillo de Los Cármenes, saltándose todos los convencionalismos y las opciones lógicas para apostar por un entrenador sin experiencia en una categoría tan inclemente y traicionera como lo es la Segunda División española.
La temporada de tormentas ha llegado al Granada, amenazando con llevarse todo a su paso, un peligro que Abascal tendrá que regatear con sentido común y mesura si quiere saborear la olla de San Antón.
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