Un tiki taka 2.0 sin ningún sentido

CONTRACRÓNICA | El Granada se vio condenado por el estilo de juego que quiere implantar Robert Moreno y sigue muy lejos de poder competir

Fran Calvo / GRANADA  |  14 de septiembre de 2021
El Granada estuvo irreconocible ante el Betis y acabó perdiendo en el último minuto (JOSÉ M. BALDOMERO)
El Granada estuvo irreconocible ante el Betis y acabó perdiendo en el último minuto (JOSÉ M. BALDOMERO)

Decía Diego Martínez a su llegada al Granada que, si tenía naranjos, haría naranjas, y si tenía limoneros, haría limones. No sabemos qué fruta concreta le dieron al final, pero lo que sí quedó claro es que supo exprimir hasta el último jugo de la misma. También lo hizo en su persona y terminó extenuado. Fue un entrenador que creó su estilo en base a los futbolistas que tenía. Ahora, en el conjunto rojiblanco, son los futbolistas quienes deben adaptarse en base al entrenador.

Lo del cuadro nazarí ayer en el ‘Nuevo Los Cármenes’ contra el Betis fue un sinsentido. Jugaban ante una afición con ganas infinitas de volver al estadio para apoyar a los suyos después de vivir las dos mejores temporadas de su historia. Ese disfrute solo duró hasta el himno. A partir de ahí, la desilusión hizo acto de presencia en forma de silbidos al viento.

Resultaba inexplicable ver por qué el equipo continuaba empeñado en su idea de tiki taka desde atrás. Un modelo de juego completamente estéril, incapaz, incluso, de sobrepasar el campo bético. Hubo que esperar hasta los instantes finales del primer tiempo para cantar el primer “uy”, en un remate de Montoro a bocajarro que parecía gol seguro. Por su parte, los de Pellegrini ya habían gozado de multitud de ocasiones, la mayoría de ellas propiciadas por esa falta de idea a la hora de salir con la pelota jugada. Lo del tanto de Rodri fue la culminación a ese despropósito.

 
 
(JOS M. BALDOMERO)
(JOSÉ M. BALDOMERO)

La segunda mitad no empezó mejor. Nada más arrancar, Tello erró un mano a mano ante Maximiano. El duelo solo iba 0-1, pero parecía ya casi sentenciado. La entrada de Rochina, su cambio de orientación milimétrico a Luis Suárez y el golazo del colombiano fue un mero atisbo de esperanza y de irrealidad, ya que el equipo rojiblanco no había merecido, hasta ese momento, firmar las tablas. Después, sí se sacó garra durante algunos minutos, no era para menos con el empuje de la afición. Un espejismo que acabó diluyéndose en otra cómica jugada, donde Canales agarró la pelota en el centro del campo y se plantó sin ninguna dificultad en el área local.

El próximo destino del Granada será, precisamente, el lugar donde a Robert Moreno le inculcaron esa idea de juego, la que quiere implantar en la ciudad nazarí. El equipo ha hecho otra mini pretemporada con la liga ya empezada, buscando una seña de identidad que poco se equipara a la vista estos últimos tres años. Ahora, tiene por delante un Everest futbolístico y deberá enfrentarse a Barcelona, Real Sociedad, Celta, Sevilla y Atlético de Madrid. Si dan ya por finalizada la preparación, quizás la primera alegría llegue más pronto que tarde. Los puntos ya sí cuentan y, si no se puede llegar a la luna, que tampoco se pierda la esencia que tanto costó adquirir.

@Francalvo1996

francalvo@granadaenjuego.com

 
 
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