Uno a uno: Villar, el director de una orquesta desafinada
El murciano intercaló actuaciones brillantes con partidos grises
El Granada contaba esta temporada con varios jugadores que tenían que marcar las diferencias y uno de ellos era Gonzalo Villar, que en el anterior curso había sido una de las apuestas más contundentes del club, que veía en el murciano una pieza clave para que el proyecto creciese.
Abascal arrancó el curso despojando de galones a Villar, que solo fue titular en dos encuentros con el sevillano en el banquillo, mientras que el protagonismo era para sus compañeros de línea.
Con la llegada de Escribá el reparto de papeles cambió y Villar pasó a convertirse en el metrónomo del equipo, con varias actuaciones notables, en las que el juego del Granada mejoraba ostensiblemente cuando el balón pasaba por las botas del murciano, que volvía a sonreír sobre el terreno de juego.
Algunos problemas físicos y la inconsistencia grupal, que también contagió a Villar, fue mermando su rendimiento, con cada vez más partidos discretos, en los que el centrocampista no era capaz de mandar y controlar el ritmo del encuentro, algo que repercutía de forma directa en el nivel competitivo de los rojiblancos, huérfanos de un director de orquesta.
Aunque Villar fue capaz de rubricar actuaciones brillantes ante rivales de tronío como Racing y Almería, su nivel medio fue decepcionante, 'borrándose' en demasiado encuentro a lo largo del curso.
Pacheta también confió ciegamente en el murciano cuando aterrizó en Los Cármenes, una apuesta que no podrá prolongar el curso que viene tras la marcha del centrocampista que, tras rasgarse las vestiduras mostrando un compromiso inquebrantable con el proyecto, se ha marchado en Croacia en busca de nuevas aventuras, cerrando de forma discreta su etapa como rojiblanco.
El delantero priorizaría llegar al conjunto nazarí o al Almería
El club rojiblanco ha llegado a un acuerdo para que la Cámara de Comercio sea su patrocinador principal. Además se ha sellado una alianza con Lowi
