Villar toma el mando
El centrocampista fue el encargado de llevar las manijas del juego rojiblanco
Después de un verano lleno de rumores sobre su posible salida, Villar se quedó finalmente en la disciplina del Granada, iniciando el curso con un papel suplente para Abascal, que lo utilizaba como recurso en el tramo final de los partidos, un estatus que cambió contra el Burgos, donde el centrocampista ofreció un gran rendimiento.
En sus últimas apariciones desde el banquillo, Villar ya se había reivindicado, convirtiéndose en el timonel del equipo cuando estaba sobre el césped, una progresión ascendente que en ‘El Plantío’ tuvo su recompensa, apareciendo en el once inicial.
Escribá no dudó en otorgarle galones al murciano, una confianza a la que respondió siendo de los más destacados del choque. Villar se encargó de manejar el ritmo del juego nazarí, ofreciéndose en todo momento como solución para sus compañeros, dando pausa o vértigo cuando la situación lo requería.
Como catalizador de los granadinos, Villar repartió 42 pases precisos, con un porcentaje de éxito del 88%, lo que inyectaba fluidez al juego de los rojiblancos. Junto a Hongla formó una sala de máquinas equilibrada y sólida, una pareja que podría tener continuidad en los próximos encuentros.
Implicado y centrado en la misión, Gonzalo Villar debería ser una pieza clave en los esquemas rojiblancos. Ahora, el reto es sostener ese rendimiento en el tiempo, algo que sería una noticia inmejorable para el Granada y para Escribá, que ha podido encontrar en el murciano a su extensión dentro del terreno de juego.
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