Comunión perfecta y estallido de felicidad

Comunión perfecta y estallido de felicidad

AMBIENTE | Volvió una noche grande de fútbol al 'Nuevo Los Cármenes', donde la afición fue fundamental para lograr el primer triunfo de la temporada

Fran Calvo / GRANADA  |  4 de octubre de 2021
El `Nuevo Los Cármenes` vivió una noche de las grandes ante el Sevilla (FRAN CALVO)
El `Nuevo Los Cármenes` vivió una noche de las grandes ante el Sevilla (FRAN CALVO)

Era el ambiente de las grandes citas. El Granada - Sevilla de ayer suponía el regreso del público al ‘Nuevo Los Cármenes’ sin restricciones de aforo un año y medio después. No se llenó (el tiempo tampoco acompañó), pero sí presento la mejor entrada en lo que va de temporada. Un total de 12.334 espectadores presenciaron el derbi andaluz, de los cuales unos 700 procedían desde la capital autonómica. En definitiva, unos 11.500 rojiblancos horizontales vibraron y cantaron bajo la lluvia en la primera victoria de su equipo en liga.

Se llegó a las 19:00 horas y todavía restaban dos para el partido más esperado durante la semana en Granada. Pero, ni la enorme tromba de agua que caía en esos momentos fue impedimento para que miles de aficionados se dieran cita en la calle Pintor Maldonado, por donde un cuarto de hora más tarde pasó el autobús del equipo rumbo al parking de estadio. Fue divisarse a lo lejos, girando hacia la misma, y las bufandas ondearon al viento en manos de una muchedumbre de gente que interrumpió el paso del vehículo.

Muchos debieron terminar el recibimiento con dolor de garganta por el estruendo de cánticos que se produjo. Otros, como Manolo Lucena, con molestias en su brazo. El eterno 18 no cesó ni un instante de saludar desde la primera fila del autobús a todos los presentes mientras sus ojos se iluminaban, sabedor de que estaba ante el ambiente de las citas importantes y que el partido de ayer no podía escaparse. Lo que tanto sufrió como jugador, el abandono al club de sus amores, ahora disfruta de lo contrario desde la banda como un granadinista más.

 
 
(JOSÉ M. BALDOMERO)
(JOSÉ M. BALDOMERO)

A partir de ahí, poco a poco los bares anexos al recinto se fueron vaciando y el estadio, llenando. En esta ocasión, la salida de los equipos al verde con el correspondiente himno por megafonía era más especial. Por mucho que los seguidores sevillistas intentaron taparlo cantando el suyo, el rugido de la hinchada nazarí fue máximo. Cuando Robert Moreno dijo en una rueda de prensa reciente que le gustaba salir al banquillo del ‘Nuevo Los Cármenes’ para escuchar la letra en boca de la afición era porque le sobraban razones. A pesar de los silbidos que se oyeron cuando se mencionó su nombre en las alineaciones.

Durante el partido, el equipo no estuvo solo en ningún momento. Fue señalar Alberola Rojas el inicio y la grada cumplió su labor de sobremanera. Empujó, empujó y empujó. Ese latigazo de Rochina llevó la fuerza de 11.500 almas. Y cuando lo celebraron, se escucharon como toda una provincia.

El miedo por volver a perder puntos en los últimos minutos sobrevoló en ‘Los Cármenes’. Pero, esta vez no podían volar. Se resistió tanto en el césped como en la grada. Y los dos bandos estallaron juntos de felicidad al término del partido. La imagen del equipo abrazado y conjurado sobre el terreno de juego mientras sus aficionados premiaban el esfuerzo con una enorme ovación supone la primera gran instantánea de la temporada. Si el público quería retornar a su estadio era para vivir días como el de ayer. Cuánta necesidad había, y no solo futbolísticamente hablando.

@Francalvo1996

francalvo@granadaenjuego.com

 
 
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