MINUTO 28

Santiago Martos  |  5 de octubre de 2016
Santiago Martos (GRJ)
Santiago Martos (GRJ)

Saltan todas las alarmas

 

El Granada CF es, en estos momentos, un boxeador noqueado que se encuentra tendido en la lona totalmente aturdido y desde donde oye, como un eco, la cuenta hasta diez del árbitro de la contienda. Ejemplo gráfico de la situación actual que, aunque pueda parecer exagerada, no se aleja mucho del estado anímico, técnico, deportivo y directivo de la entidad nazarí tras una nueva debacle ante el conjunto pepinero el pasado sábado en prime time chino.

Con un Jémez que ya es historia y unas esperanzadoras palabras de Planagumá todo parecía indicar que la hemorragia se detendría aunque fuera en el aspecto de los goles en contra, y así fue durante buena parte del encuentro. Lo que no nos dijo fue que renunciaría a jugar al fútbol en unas condiciones mínimas de profesionalidad y donde cualquier peña de las que juega en Llano de la Perdiz habría hecho más entretenido el choque y hubieran propuesto algo más que lo que demostraron en el feudo zaidinero sus pupilos. Una actuación de chirigota donde se pasó del riesgo permanente y casi suicida de Jémez de jugar en corto desde el portero por imperativo, al pelotazo arriba y ándeme yo caliente y la renuncia expresa a la más mínima intención de jugar a nada. Y, aunque pueda parecer duro, ahí están las ratios de posesión con un casi 25%/75% que lo dice todo sobre quién tuvo la pelota. Un esperpento de partido en el que el mejor de los visitantes fue un cedido nuestro (eso de la cláusula del miedo parece ser ilegal sólo para nosotros) que se llama Rubén Pérez. Para más escarnio del proyecto asiático ayer marcaba en el Bernabéu nuestro excapitán Fran Rico y hace una semana mal contada nos endosaba un chicharro otro ex como Edgar.

Pero, como suele pasar en estos casos y hablando en román paladino, muchas veces la proyección en el terreno de juego es reflejo del funcionamiento interno de un club en el que los rimbombantes y numerosos cargos directivos no sirven absolutamente para nada si los once tíos del terreno de juego no ganan ni a las canicas.

Lo que me preocupa es que desde la entidad se sigue mirando al banquillo como causa y a la vez solución de todos sus problemas. Obvian que un club no se puede dirigir por whatsapp y que se necesita estar. Las delegaciones son eso, delegaciones, y pueden estar muy bien para determinadas gestiones basadas en los automatismos y para solventar pequeños desajustes. Pero esto es fútbol y no existe nada baladí, todo es a lo grande y se pasa en una semana de la cima a los infiernos, de las mejores expectativas a los peores pronósticos y si eso Jiang Lizhang no es capaz de verlo y de aplicar medidas contundentes mala cosa.

La posible llegada de Alcaraz daría al Granada identidad local y un patrón de juego coherente a su plantilla, pero un técnico no es suficiente. En este organigrama sobran la mitad y la otra mitad no llega o no sabe lo suficiente. Se terminaron los fuegos de artificios y de colores. Somos colistas y con un panorama muy negro ahora mismo. Lo único es que quien llegue, ojalá sea Alcaraz, pueda exprimir a estos niños sacándoles un fútbol maduro y que Lizhang prepare y suelte la chequera para que invierno traigamos cuatro o cinco futbolistas que mejoren lo que tenemos. Y aun así veremos a ver si no acabamos bajando y siendo vendidos por el dueño “al peso”.

@martosms


 
 
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