HISTORIAS: Alcaraz, Aguirre, Enríquez y un señor de Fuengirola, por José Luis Ramos Torres

Poster del diario Ideal de la plantilla rojiblanca al completo en la temporada 1997/98 (GRJ)
Poster del diario Ideal de la plantilla rojiblanca al completo en la temporada 1997/98 (GRJ)

El Granada de Lucas Alcaraz, que en la 97-98 afrontaba su tercera temporada consecutiva en el banquillo, se desenvolvió casi toda la primera vuelta rondando los puestos de liguilla. Pero el juego del equipo empezaba a ser protestado por cada vez más parroquianos y las asistencias a Los Cármenes iban mermando. Para mediados de liga, en alguna de de las muchas tardes lluviosas y frías de aquellos inviernos granadinos de finales de los noventa, los espectadores se podían contar.

Una racha de diez partidos de los que sólo se gana uno, con derrotas en casa ante rivales como Isla Cristina, Cádiz y Betis B, deja al Granada muy alejado de los puestos de ascenso y al mismo tiempo le cuesta el puesto a Alcaraz en la jornada 26. Antes han venido algunos refuerzos en el mercado de invierno: Diego López, centrocampista organizador que jugó bastante; Santaella, jugador de ataque que ya intervino menos; y sobre todo, Corona, defensa central sub 23 cedido por el Sevilla, que se hizo enseguida con la titularidad y dio bastante consistencia atrás, línea en la que se andaba cojo después de lesionarse para largo Matxón. También viene un delantero chileno que es poco utilizado: Moretti.

Para sustituir a Alcaraz Jimena se trae a Aguirre Suárez. La última vez que pudimos verlo por estos andurriales fue cinco años atrás, aunque en calidad de secretario técnico. Fue en la pretemporada 93-94, en la que tras tres semanas de desencuentros con el técnico de entonces, Nando Yosu, se había vuelto a su Argentina. Pero el recién regresado Aguirre sigue sin tener una titulación válida para entrenar en España, por lo que se hace necesario buscar a alguna persona que sí tenga la cualificación para que sea oficialmente el entrenador, limitándose a aportar su título. Tras barajarse varios nombres, incluido un desconocido taxista de Fuengirola, finalmente se recurre a Juanjo Enríquez, que fuera jugador del Atlético de Madrid y que apenas tiene experiencia en los banquillos.

 

Mientras viene o no viene Enríquez, el “negro” Aguirre Suárez dirige a los rojiblancos en dos partidos que se saldan con un empate en el campo del Almería CF y una derrota en casa ante el Huelva. Realmente los métodos del argentino, que plantea una táctica parecida a una especie de insólito e inoperante 2-2-2-2-2, sólo tenemos oportunidad de verlos de cerca en el partido contra el Huelva, el cual se pierde dando muy mala imagen y transmitiendo la idea de que el nuevo técnico no es muy respetado que se diga por sus pupilos. Y sucede que el que había venido para figurar sólo como entrenador oficial no asume ese papel segundón y toma todo el protagonismo en el banquillo, por lo que a partir de la jornada siguiente Juanjo Enríquez es el entrenador de derecho pero también de hecho, y Aguirre Suárez nuevamente regresa a Argentina. Es por ahora la última de las múltiples visitas del que fuera “el cacique del área”, que si de futbolista triunfó en Granada, de técnico le fue francamente mal cada vez que lo intentó.

Enríquez, aterrizado como mero aportador de carné se revela sin embargo, si no como un buen técnico, porque el juego del Granada sigue sin entusiasmar, al menos como alguien a quien los jugadores parecen obedecer. Con prácticamente la única variación de dar entrada en el lateral derecho a Javi García en detrimento de Lucio, consigue que el equipo reaccione, encadenando seis victorias consecutivas que vuelven a dejarlo cerca de los cuatro primeros y vuelven a convocar a un número considerable de hinchas rojiblancos. Pero a falta de tres jornadas la inoportuna derrota en casa ante el Polideportivo Almería vuelve a alejarnos de los puestos de privilegio. El empate sin goles en Isla Cristina (dirigido por Chaparro) en la jornada 37 deja todo para el último partido en Los Cármenes, donde es necesario ganar para acceder al cuarto puesto. El rival es el Lorca, que también necesita la victoria, pero para no descender.

En Los Cármenes, en un partido de infarto pudo el Granada cumplir su objetivo y clasificarse cuarto al derrotar al Lorca 1-0. Casi no faltó ningún ingrediente aquella tarde para que la emoción hiciera galopar los corazones rojiblancos y para que éste sea uno de esos partidos que siempre se recuerdan: campo lleno, lucha intensa, un portero improvisado (Corona) por expulsión de Notario una vez hechos los tres cambios, un único tanto que dio la victoria y que llegó de penalti con el tiempo casi cumplido. Fútbol de calidad no hubo, la verdad, pero es que Segunda B no es precisamente una categoría que lo derroche, y además las circunstancias no eran las más propicias. En cualquier caso se trata de un partido para el recuerdo. La victoria de penalti transformado por Aguilar cuando faltaban menos de cinco minutos desbordó el entusiasmo de la hinchada, que invadió el terreno para felicitar a los suyos. Al domingo siguiente nos esperaba la tercera liguilla de ascenso a Segunda.

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